Por Amparo Vilches y Daniel Gil Pérez
Universitat de València, España. CIMA (Científicos por el Medio Ambiente).
Lo sabemos. Lo hemos leído y escuchado numerosas veces procedente de voces expertas. Estamos viviendo una situación de auténtica emergencia planetaria (Bybee, 1991), caracterizada por un conjunto de problemas estrechamente vinculados y que se potencian mutuamente (Duarte, 2006), como consecuencia, entre otros, de un enorme crecimiento económico y demográfico: desde el agotamiento de recursos fundamentales a una contaminación sin fronteras que está contribuyendo a la degradación de todos los ecosistemas, a una pérdida creciente de biodiversidad y diversidad cultural y amenaza con un cambio climático cuyas consecuencias, que empiezan a ser visibles, pueden conducir al colapso de nuestras civilizaciones (Diamond, 2005). Sin olvidar los crecientes desequilibrios que contribuyen a que miles de millones de personas vivan hoy en condiciones de insoportable miseria y que están potenciando numerosos conflictos y violencias. Por ello desde la comunidad científica se ha planteado la necesidad de convertir el siglo XXI en el siglo del medioambiente, orientando los esfuerzos hacia la resolución de los problemas socioambientales que amenazan nuestra supervivencia (Lubchenco, 1998). Por ello también, Naciones Unidas ha instituido «La década de la educación por un futuro sostenible» (www.oei.es/decada), reclamado a los educadores de todos los niveles y áreas, tanto de la educación formal como de la no reglada (museos, media…) que contribuyan a formar ciudadanas ciudadanos conscientes de la gravedad de los problemas y preparados para participar en la toma de decisiones fundamentadas.
Pero sabemos también que, a pesar de estos llamamientos, nos enfrentamos a una falta de respuesta de la mayor parte de la ciudadanía y de sus responsables políticos. No parece que preocupe demasiado seriamente la problemática medioambiental (en su sentido más amplio de medio ambiente humano, que extiende su atención a las dimensiones sociales). Cabe preguntarse, pues, si no habrá razones que justifiquen esta pasividad… o que merezcan ser discutidas para lograr la implicación ciudadana, si seguimos pensando que la situación exige de manera urgente un cambio profundo de comportamientos y la adopción de medidas correctoras. En lo que sigue sintetizaremos algunos argumentos que escuchamos y vemos recogidos reiteradamente en los medios de comunicación, que podrían justificar esta falta de respuesta:
• Los propios científicos no se ponen de acuerdo en cuestiones clave como el cambio climático: algunos opinan que es debido a la acción humana (quema de combustibles fósiles, deforestación, etc.), mientras otros hablan de causas estrictamente naturales, como la actividad solar, que ya originaron en el pasado glaciaciones y períodos interglaciares. En este último caso, obviamente, no tendría sentido luchar contra el cambio climático y se trataría tan solo de adaptarse al mismo.
• No parece sensato, en todo caso, que en situaciones de profunda crisis económica como la que estamos viviendo, se financien causas “científicamente cuestionables” como la lucha contra el cambio climático.
• Las propuestas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y demás medidas de protección del medioambiente como la prohibición de plaguicidas, el poner fin a la tala descontrolada, etc., se oponen al crecimiento económico necesario para sacar de la pobreza a miles de millones de seres humanos. Son propuestas de un “Norte” insolidario que antepone su bienestar al hambre y falta de condiciones aceptables de vida en el “Sur”.
• Los cambios que preocupan, como el aumento de las temperaturas, son lentos y moderados, por lo que se traducirán en efectos también paulatinos y moderados que permitirán adaptarse a los mismos. No tiene sentido generar tanta preocupación.
• Los problemas que puede generar el desarrollo tecnocientífico serán resueltos, como ha sucedido siempre, por la propia tecnociencia. Se trata, pues, de dejar que los expertos actúen, sin interferencias injustificadas.
Seguro que argumentos como éstos son conocidos por quienes lean esta breve nota; y pueden agregar otros que ayuden a justificar a quienes niegan la gravedad de la situación. Pero también es posible que estos argumentos no les parezcan lo suficientemente fundamentados y crean conveniente replicar a los mismos, saliendo al paso de los obstáculos que están impidiendo la implicación de la ciudadanía. Nosotros –no queremos ocultarlo- nos encontramos entre estos últimos, pero nos encantará dialogar con otros y otras colegas, sean cuales sean sus puntos de vista al respecto.
Referencias bibliográficas
Bybee, R. (1991): «Planet Earth in Crisis: How Should Science Educators Respond?», The American Biology Teacher, 53 (3), pp. 146-153.
Diamond, J. (2005): Colapso, Barcelona, Debate.
Duarte, C. (2006): Cambio Global. Impacto de la actividad humana sobre el sistema Tierra, Madrid, CSIC.
Lubchenco, J. (1998): «Entering the Century of the Environment: A New Social Contract for Science», Science, 279, pp. 491-497.
Publicado el 3 de enero de 2011
Biólogo Marino
Creo que el mundo debe entender que una de las estratégias para poder mejorar las condiciones de vida de las poblaciones de los paises del Sur, esta en la adecuada conservación y aprovechamiento de los recursos. Por ejemplo en la pesca cuando se presenta sobeexplotaciòn pesquera, disminuyen las capturas, y la cadena productiva que se encuentra asociada a ella se ve fuertemente afectada (Plantas Procesadoras, manipuladoras de alimentos, transporte, refrigeración, y mercados finales) como consecuencia desempleo, subempleo, bajos recursos económicos para vivir, inseguridad alimentaria, aumento de violencia, inseguridad, disminución de oportunidad de estudio, prolongación de condiciones de pobreza de las comunidades. Cuando se entienda que la conservacióon y el aprovechamiento sostenible de recursos genera mayores ingresos económicos y asegura el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades vamos a poder tener menos reisgos ambientales y mejores niveles de vidda de la población mas pobre.
Estamos de acuerdo con su reflexión, Sergio Iván. Con ella viene a cuestionar el tópico de que las medidas de protección ambiental son expresión de los intereses de un “Norte” insolidario que antepone su bienestar al hambre y falta de condiciones aceptables de vida en el “Sur”. La sobreexplotación pesquera es un claro ejemplo de degradación ambiental que está contribuyendo, como señala, a la “prolongación de condiciones de pobreza de las comunidades”: a su prolongación y –cabe añadir- agravación.
Podemos poner muchos ejemplos en esa misma dirección de mostrar que no hay incompatibilidad, muy al contrario, entre protección del medio e intereses económicos de la población: la incompatibilidad se da entre el interés particular de quienes buscan su máximo beneficio a corto plazo -sin preocuparse por las consecuencias- y el interés general de la población. Así, por citar un ejemplo que cuenta con el reconocimiento de la comunidad científica, el informe Stern ha evaluado con rigor el coste de las medidas de protección contra el cambio climático y el que se derivaría de la inacción (http://www.ambientum.com/documentos/general/resumeninformestern.pdf). Las medidas de protección son sin duda caras (supondrían alrededor del 1% del PIB mundial), pero la inacción se traduciría en un auténtico desastre de la economía mundial: los daños provocados podrían alcanzar el 20% de ese PIB.
El consenso de la Comunidad Científica en torno al
Voy a debatir respecto al primer \»argumento\» de que los propios científicos no se ponen de acuerdo en cuestiones clave como el cambio climático…, señalar que la mayoría de los medios de comunicación no resaltan el Consenso prácticamente unánime de toda la Comunidad Científica sobre el tema, sino las discrepancias u opiniones, a veces interesadas, de algún científico de dudosa autoridad, poniéndolo al mismo nivel que los informes de los grupos más prestigiosos de la Comunidad Científica .
Así por ejemplo: El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático o Panel Intergubernamental del Cambio Climático, conocido por el acrónimo en inglés IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), se estableció en el año 1988 por la Organización Meteorológica Mundial (WMO, World Meteorological Organization) y el Programa Ambiental de las Naciones Unidas (UNEP, United Nations Environment Programme), que agrupa y recoge los informes de cientos de equipos de científicos de todo el mundo, expresa el consenso de la Comunidad Científica en establecer el grave problema del cambio climático global y en señalar su origen antrópico. Basándose en sus informes y conclusiones, publicadas en 1991, sobre el calentamiento global, se impulsó en 1992 la aprobación de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y, de igual manera, las negociaciones para la creación del Protocolo de Kioto. La última evaluación del IPCC, divulgada en el Cuarto informe de evaluación (AR4) de noviembre de 2003, completado y publicado en febrero del 2007, señaló una tendencia creciente en los eventos extremos observados en los pasados cincuenta años y considera probable que las altas temperaturas, olas de calor y fuertes precipitaciones continuarán siendo más frecuentes en el futuro, por lo cual, en los años posteriores puede ser desastroso para la humanidad. El Grupo Intergubernamental del Cambio Climático, cuyo presidente es Rajendra Pachauri, obtuvo el Premio Nobel de la Paz, en Octubre del 2007, por su trabajo de concienciar sobre el calentamiento global. Miles de científicos y funcionarios de más de cien países han colaborado para conocer con mayor certeza la \»escala del calentamiento\», declaró el Comité Nobel.
Por todo ello la gestión sostenible del planeta constituye una problemática prioritaria de la ciencia actual, Janes Lubchenko, -presidenta de la American Association for the Advancement of Science, la más importante asociación científica a nivel mundial, tanto por el número de miembros como por la cantidad de premios Nobel y científicos de alto nivel que forman parte de la misma y editora de la prestigiosa revista Science- ha reclamado que el siglo XXI sea, para la ciencia, el siglo del medio ambiente y que la comunidad científica debe “reorientar su maquinaria” hacia la resolución de los problemas que amenazan el futuro de la humanidad. (LUBCHENKO, J. (1998). Entering the Century of the Environment: A New Social Contract for Science. Science, 279, 491-497). La Doctora Janes Lubchenco en una entrevista reciente ha dicho: “El cambio climático está sucediendo ahora. No es una teoría, son hechos. Está afectando muchas cosas que le importan a la gente. La quema de combustibles fósiles está impactando los océanos. Está calentándolos, aumentando su nivel, haciéndolos más ácidos y cambiando tanto su belleza, como su abundancia. Los pescadores ya no hallan a los peces donde solían encontrarlos. Los arrecifes de coral se están blanqueando y perdiendo a los coloridos seres microscópicos de quienes dependen. Se está derritiendo el hielo en el Ártico y los osos polares y las focas no tienen donde habitar. Muchas plantas y animales acuáticos podrían extinguirse. Debemos actuar ya, aún estamos a tiempo, pero no podemos esperar más\».
No podemos crear la sombra de la duda, que nos paraliza, difundiendo al mismo nivel las escasas e interesadas discrepancias de algunos sectores negacionistas, como la del libro: Planeta azul, no verde, del político Václav Klaus -el presidente de la República Checa– apoyado en España por la fundación FAES y que \»nos lleva del primo de Rajoy al amigo Checo de Aznar\». Si no fuera porque nos estamos jugando nuestro futuro, el esperpento, la mentira, ignorancia y el ridículo que hacen algunos, nos daría risa…
Consenso científico en torno a la realidad y grave
Compartimos absolutamente, amigo Francisco, los argumentos que das para dejar claro que SÍ existe consenso en la comunidad científica en torno a la realidad y gravedad del cambio climático provocado por las actividades humanas. Nos permitimos tan solo añadir la referencia a un trabajo muy esclarecedor realizado por la investigadora norteamericana Naomi Oreskes y su equipo: analizaron cerca de un millar de artículos científicos acerca del cambio climático, elegidos aleatoriamente, concluyendo que ninguno de los artículos apoyaba las tesis negacionistas [Oreskes, N. (2004). The Scientific Consensus on Climate Change. Science, vol. 306, no. 5702: 1686].
Por contra, más del 50% de los artículos publicados en la prensa durante ese mismo tiempo expresaban dudas acerca del cambio climático, presentando a menudo en plan de igualdad las conclusiones convergentes de miles de trabajos científicos y las opiniones carentes de fundamento de unos pocos negacionistas que acusan a la comunidad científica de catastrofismo en sus análisis y predicciones. Ello se traduce en lógicas dudas de la ciudadanía, las cuales dificultan su implicación.
Se hace necesario, pues, ayudar a distinguir lo que constituye el consenso científico de las opiniones negacionistas sin fundamento, que responden, a menudo, a miopes intereses particulares a corto plazo. Se necesita promover una seria campaña de la comunidad científica y de los educadores y educadoras de todos los niveles y áreas, tanto de la educación formal como de la no reglada (museos, prensa, TV, etc.) para lograr que la ciudadanía y sus representantes políticos comprendan la gravedad de los problemas interrelacionados a los que nos enfrentamos y la necesidad y posibilidad de hacerles frente. A ello responde la institución por Naciones Unidas de la Década de la Educación por un Futuro Sostenible para el período 2005-2014 (www.oei.es/decada).
Falta de conciencia ambiental del ciudadano educad
Muy de acuerdo con tu comentario. Tal vez mi duda sea en la excesiva confianza en que la salida de esta crisis sea a través de la ciencia. Si bien considero que la ciencia y la tecnología es una pata importante correctora, creo que el problema es mucho más profundo. Es un problema de cambio de paradigmas, de cambio profundo en la educación. Una vez escuché de parte de un especialista en estos temas este concepto de \»la falta de conciencia ambiental del ciudadano EDUCADO medio\» refiriéndose específicamente al tema del consumismo y me quedó dando vueltas este concepto. ¿Quienes somos los ciudadanos educados medios? Yo estoy en ese grupo, considero que tengo mucha conciencia del problema ambiental, y estoy tratando de encauzar esa conciencia en acciones, sin embargo no me resulta fácil cambiar mis actitudes. Creo que es un problema de educación pero de un cambio radical de educación que no sé si lo estamos advirtiendo. Espero que se entienda. Tal vez me falten palabras para expresar lo que pienso.
No solo soluciones cientificas
La duda que expresas, Nora, “en la excesiva confianza en que la salida de esta crisis sea a través de la ciencia” es absolutamente legítima. Más aún, esa confianza constituye un obstáculo para una auténtica salida, puesto que supone relegar en otros la completa responsabilidad de las soluciones, justificando la propia inhibición.
Como muestra una amplia literatura, las medidas necesarias son múltiples y pueden agruparse en:
• científico-tecnológicas: desarrollar energías limpias, incrementar la eficiencia de los procesos…
• educativas, destinadas a modificar actitudes y comportamientos: concienciación de la ciudadanía, consumo responsable, comercio justo, activismo ciudadano para ejercer presión sobre los responsables políticos…
• políticas: logro de acuerdos vinculantes para la protección del medio, a nivel local y planetario, para la erradicación de la pobreza extrema…
Medidas que implican la universalización de los derechos humanos como objetivo y a la vez requisito de la sustentabilidad.
Y resulta esencial insistir en que estos tres tipos de medidas son imprescindibles y deben plantease unificadamente para hacer frente al conjunto de problemas. En definitiva, no es posible pensar en soluciones puntuales a problemas aislados: es preciso un planteamiento global también para abordar las posibles soluciones. Este planteamiento global es el que ha dado lugar al concepto estructurante de sostenibilidad.
En la página web http://www.oei.es/decada, dedicada a la Década de la educación por un futuro sostenible, puedes encontrar un “tema de acción clave” dedicado a “La sostenibilidad como [r]evolución cultural, tecnocientífica y política”, así como tratamientos de una cierta profundidad de las medidas educativas (“Educación para la sostenibilidad”), políticas (“Gobernanza Universal. Medidas políticas para la sostenibilidad”) y tecnocientíficas (“Tecnociencia para la sostenibilidad”). Te invitamos a entrar en http://www.oei.es/decada y a consultar esos y otros temas de acción clave.
Especialista en Educación Energética
Estimados colegas que participan en este debate.
Me parecen muy adecuadas las opiniones que se han vertido y al ser invitado a participar por el profesor Daniel, he querido hacerlo enviándoles este artículo que recientemente he publicado en un periódico cubano sobre la educación energética, que mucho tiene que ver con el cambio climático y su enfrentamiento. Yo creo que hay cuatro aspectos clave en todo este asunto de porqué no hay una toma de conciencia y un cambio de perspectiva generalizado. Lo detallo en este artículo que les envío debajo.
Además, científicos del CalTech han encontrado lo que al parecer sería la clave de porqué nos concentramos en el hoy en el ahora y nos cuesta trabajo enfocarnos en objetivos de largo plazo en la sociedad moderna y según ellos tiene que ver con el funcionamiento de la Corteza Dorso Lateral Pre Frontal. Invito a que investiguemos más sobre ese asunto para ver qué hay de cierto y hasta donde podemos influir en cambiar las cosas. El artículo fue escrito básicamente para el público cubano pero quizás pueda ser útil para este intercambio. Si hubiese interés de publicarlo en otra revista profesor Daniel, estoy dispuesto a hacer las modificaciones pertinentes.
Muchas gracias por su atención.
Educación energética: ¿fácil de lograr?
MUCHO se habla de la necesidad de usar racionalmente la energía eléctrica. Los medios de difusión alertan a diario sobre ese tema y explican de forma comprensible, cómo hacerlo en el hogar y en otros escenarios. Se promueven acciones dirigidas a la toma de conciencia por trabajadores y directivos sobre el ahorro de portadores energéticos.
En las escuelas existe el Programa de Ahorro de Energía del Ministerio de Educación que intenta formar actitudes y valores en niños, adolescentes y jóvenes, acerca de la necesidad del ahorro de la energía eléctrica y la protección del entorno. Entonces cabría preguntarse: si se nos instruye desde pequeños en el ahorro, se nos muestra cómo hacerlo y los medios de difusión nos estimulan a convertirlo en una práctica diaria; ¿por qué persisten conductas que contradicen la educación energética que fomentamos? ¿Qué significa tener cultura energética? ¿Es esta solo una preocupación cubana de estos tiempos?
FORMACIÓN DE VALORES
La educación, la cultura y la conciencia energética, tienen que ver con los valores creados en el hombre y se desarrollan si existen condiciones propicias. Un niño puede ser educado en la escuela en ahorrar energía, pero si en el entorno familiar predomina el despilfarro de electricidad y al caminar por las calles de su comunidad ve las luces del alumbrado público encendidas durante el día, no se favorecerá el fortalecimiento de su conciencia energética.
La conciencia energética no se adquiere como se aprende a resolver problemas de física, matemática o ingeniería. No existe un algoritmo para inculcar en las personas conciencia acerca del uso de la energía y sus impactos ambientales. Hay quien dicta conferencias sobre el ahorro de electricidad y la despilfarra en su accionar cotidiano. Algunos se ufanan de su experticia en temas energéticos y adolecen de conciencia al usar la electricidad.
A veces se cambian comportamientos en el uso de la energía pero estos duran poco tiempo. Para lograr cambios duraderos hay que modificar las acciones educativas que generaron los valores que condujeron a un comportamiento descuidado en el uso de la energía. Los comportamientos derrochadores son la manifestación externa de los valores de la persona en relación con el uso de la energía, o sea su conciencia energética. Son la evidencia visible de una falta de educación y cultura energética.
La educación energética para el respeto ambiental es un proceso pedagógico imbricado en la gestión del conocimiento en energía como parte de la formación del capital humano (conocimientos, habilidades, comportamientos y modelos mentales). Para lograrla deben aunar esfuerzos familiares, educadores, psicólogos, ingenieros y especialistas de los medios de difusión masiva, la mercadotecnia y la comunicación social.
Tener cultura energética es saber que la generación, transmisión y uso final de la electricidad, tienen costos económicos, sociales e impactos ambientales. Es asumir el uso de la energía responsablemente y reconocer los flujos energéticos no fácilmente revelables en los procesos de la vida diaria.
CAMBIOS PROFUNDOS
Desde finales del siglo XIX se han producido tres hechos que han influido marcadamente en los hábitos y actitudes vinculadas con el uso de la energía. Por un lado la energía eléctrica se hizo poco a poco imprescindible para la vida cotidiana y relativamente barata a partir de los subsidios concedidos por los gobiernos. Los ciudadanos no son conscientes de los costos ambientales, sociales y militares de los portadores energéticos concentrados (uranio y combustibles fósiles). Con el avance de la ciencia y la tecnología surgieron servicios energéticos como la climatización, informatización, refrigeración y otros, que dispararon el uso de la energía eléctrica. El tercer hecho es que con la llegada de nuevos productos tecnológicos para prestar los servicios energéticos, los flujos de energía se hicieron cada vez más «invisibles». Todo esto ha provocado que las personas sean inconscientes de sus actos en cuanto al uso de la energía y de los impactos que puedan provocar. Veamos un par de ejemplos.
Los habitantes de las zonas frías del planeta pasaron hace poco más de un siglo, de cortar trozos de madera y de hacer carbón vegetal para alimentar el fuego y calentarse, a comprar combustible para su calentador casero y a emplear calentadores a gas, aceite o electricidad para su funcionamiento. Hoy solo apretando un botón se hace confortable la temperatura. Para iluminarse en las noches, nuestros antepasados cortaban trozos de ramas de los árboles y encendían fuego, acciones que requerían de tiempo y esfuerzos. Después aparecieron las velas, las lámparas a gas y hoy solo hay que accionar un interruptor para obtener la luz. En algunos casos basta con nuestra presencia gracias a sensores optoelectrónicos.
Según Karen Ehrhardt-Martinez del Consejo Estadounidense para una Economía Energética Eficiente, «nuestro involucramiento activo en el proceso de calentar (o iluminar) nuestros hogares, y la apreciación visual del volumen de consumo de combustible, ha disminuido a un punto tal que el (ciclo del) consumo de energía se ha hecho completamente invisible. El único contacto que tenemos con la cantidad de energía que usamos es la factura mensual». Pero esta no nos dice cuánto combustible se usó en satisfacer nuestro apetito energético, ni la contaminación ambiental provocada, ni el costo real de la energía servida.
A menudo nos preguntamos: ¿por qué es difícil que las personas asuman conductas adecuadas en el uso de la energía eléctrica? Además de los factores antes mencionados, sucede que la electricidad es un vector energético peculiar. Si al derrocharla se derramase de los equipos eléctricos e inundase las habitaciones, como sucede con el agua cuando dejamos una llave abierta, o se produjesen ruidos molestos cuando se deja una hornilla o una luz encendida sin necesidad, tal vez muchas personas asumirían estilos de vida más responsables. Si cada descuido en el uso de la electricidad provocase olores desagradables, como cuando hay un escape de gas, la mayoría de los usuarios se apresuraría a corregir esas conductas. Si la energía eléctrica estuviese almacenada y pudiésemos ver que la cantidad disponible se agota o si se pagara antes de usarla, quizás muchas personas se esforzarían por emplearla racionalmente.
EXPERIENCIAS FORÁNEAS
Promover cambios de actitudes al usar la energía, es un tema al que se le ha concedido importancia durante décadas. En 1980 a solicitud del Departamento de Energía de los Estados Unidos de América, se creó el Comité sobre los Aspectos Sociales y del Comportamiento en el Consumo y Producción de la Energía. Es paradójico que siendo pionero en estos estudios, en ese país existan altos niveles de despilfarro energético y una abrumadora falta de conciencia en el uso de este vital recurso.
Hoy día la Unión Europea estudia través del Eurobarómetro, las actitudes de sus ciudadanos hacia el uso de la energía. El Reino Unido realiza sus propios estudios de actitudes y conocimientos del público sobre energía y medio ambiente. Países como Canadá, Sudáfrica, Japón, Brasil y Túnez realizan actividades para promover el ahorro de energía y la cultura energética, aunque en muchos de ellos predominan los estilos de vida consumistas. El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía de España, lleva a cabo una campaña de ahorro energético protagonizada por los jugadores del equipo nacional de futbol. China promueve una cultura energética basada en el consumo saludable, civilizado y ahorrativo, y realiza cada año la Semana del Ahorro Energético para establecer un mecanismo de efecto prolongado en toda la sociedad.
SECTOR RESIDENCIAL CUBANO
Cálculos realizados a partir de datos de la Oficina Nacional de Estadísticas arrojan que en el 2009 los hogares cubanos usaron un 38 por ciento de la generación eléctrica. El uso de la electricidad en los hogares creció alrededor de 51 por ciento entre el 2000 y el 2009, en buena medida debido a la generalización de la cocción eléctrica. Las cifras demuestran la necesidad de mantener un diálogo permanente con los clientes del sector residencial e influir en sus hábitos de consumo de electricidad. La factura eléctrica podría ser un útil instrumento didáctico en beneficio de la cultura energética popular, como ya ha comenzado a hacerse. A través de esta la Empresa Eléctrica podría enseñar a sus clientes a usar inteligentemente la electricidad, retroalimentándolos y motivándolos a sostener esos esfuerzos. Ejecutar proyectos demostrativos sobre buenas prácticas en el uso de la electricidad siendo los propios actores quienes difundan los resultados, favorecería una mayor credibilidad por otros usuarios que intentarían imitar esas conductas.
El componente energético es indispensable en la formación de la cultura general integral de cada ciudadano de cara a los retos que supone el enfrentamiento a los impactos del cambio climático, y a la aspiración de lograr un desarrollo sostenible. Hay que inducir en las personas una cultura energética que potencie comportamientos ahorrativos y profundice en el conocimiento de las aplicaciones de la energía solar en sus diferentes manifestaciones como antesala imprescindible a su necesaria masificación.
Comentario
En el 2005 realice un estudio de la temperatura de Quevedo, con datos mensuales [Período 1980 a 2004] proporcionados por la Estación Meteorológica de Pichilingue, perteneciente al Instituto Nacional de Meteorología e hidrología, demostrándose que la temperatura aumentaba cada año. Pero bueno, no es necesario realizar un estudio porque lo sentimos por los desastres naturales a nivel mundial, es tan evidente los cambios bruscos del clima mundial, peor ¿Cuáles son las medidas que están tomando los gobernantes, principalmente los que dicen son desarrollados?, ¿cuál es la labor de hormiga que tiene que realizar cada habitante de este precioso mundo?. Surgen muchos interrogantes, pero pocas respuestas y la principal, y que los gobernantes no quieren entender, es el de la Educación sobre los problemas socio ambientales. Aplaudo la iniciativa de las Naciones Unidas y del Equipo Docente de la Comunidad Iberoamericana de Educadores de la OEI, que con su esfuerzo están construyendo una nueva sociedad.
La concienciación no basta
Su aporte, Mario Alberto, ejemplifica las dificultades de los cambios de comportamiento, incluso cuando hemos comprendido su necesidad. Es cierto que cada vez hay menos gente capaz de sostener que los problemas ambientales son exageraciones de cuatro ecologistas, pero ello no se traduce en una generalización de comportamientos adecuados. La forma en que despilfarramos la energía eléctrica es un buen ejemplo, pero podríamos añadir muchos otros.
De hecho, para algunas personas resulta dudosa la efectividad que pueden tener los comportamientos individuales, los pequeños cambios en nuestras costumbres, en nuestros estilos de vida, que la educación puede favorecer. Los problemas de agotamiento de los recursos energéticos y de degradación del medio, por ejemplo, piensan que son debidos, fundamentalmente, a las grandes industrias y que lo que cada uno de nosotros puede hacer al respecto es, comparativamente, insignificante. Resulta fácil mostrarles, sin embargo, con cálculos bien sencillos, que, si bien las pequeñas reducciones de consumo energético, entre otros ejemplos, suponen un ahorro per cápita pequeño, al multiplicarlo por los millones de personas que en el mundo pueden realizar dicho ahorro, éste llega a representar cantidades ingentes de energía, con su consiguiente reducción de la contaminación ambiental. Hay que insistir, por tanto, en que no es cierto que nuestras pequeñas acciones sean insignificantes e irrelevantes.
En ocasiones se afirma que la falta de respuesta ciudadana a los llamamientos de ahorro energético, separación y reciclado de residuos, etc., probaría la ineficacia de la educación, pero es justamente lo contrario: si ciertos cambios de comportamientos son difíciles, es debido, precisamente, a lo eficaz que ha resultado una determinada educación previa. Hay todo un clima social que empuja a muchos de esos comportamientos. Eso permite esperar que los cambios se producirán si realizamos acciones educativas menos puntuales, más constantes y menos exclusivamente académicas: un obstáculo fundamental para lograr la implicación de los ciudadanos y ciudadanas en la construcción de un futuro sostenible es reducir las acciones educativas al estudio conceptual. Es necesario establecer compromisos de acción en los centros educativos y de trabajo, en los barrios, en las propias viviendas… para poner en práctica algunas de las medidas y realizar el seguimiento de los resultados obtenidos. Estas acciones debidamente evaluadas se convierten en el mejor procedimiento para una comprensión profunda de los retos y en un impulso para nuevos compromisos. Nos remitimos a este respecto a “Educación para la sostenibilidad” (http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=004), un tema de acción clave de la web de la Década de la educación por un futuro sostenible.
Los otros
Hace tiempo que sigo de cerca los escritos de los autores de este Foro-Debate, con los cuales coincido en la mayoría de sus planteamientos. La lectura de los comentarios que ha suscitado también me reafirma en mis creencias sobre la situación límite en la que vivimos. El problema es, como el título de la película de Amenábar, “los otros”. Los que ignoran o menosprecian dicha situación, los que confían en que esto nunca llegará a colapsarnos, los que delegan la responsabilidad de evitarlo a los científicos, políticos, empresarios… y los que alimentan este pensamiento con el marketing consumista: hay que consumir para salir de la crisis, si no hay consumo no se crean puestos de trabajo, si no consumes eres mal visto, el consumo combate la depresión…
¿Cómo convencer a los otros? porque nosotros, los que escribimos o leemos estos foros, ya lo estamos. Esa creo que es la madre del cordero. La estrategia no es nada sencilla y depende de la población diana. A los niños, proporcionarles vivencias en positivo (visitas, juegos, ejemplos, etc.) y en negativo (consecuencias perjudiciales de nuestros actos). A los adultos, facilitándoles comportamientos más ambientalistas: reducción de embalajes y envases, reciclaje, transporte público eficaz,… y penalizando los menos ambientalistas: quien contamina paga, coste progresivo de la energía y el agua, vigilancia urbanística,… Y en ello todos estamos implicados, la familia, la escuela, las autoridades. Mientras esto no sea una prioridad en nuestra sociedad (al mismo nivel, por ejemplo, que el paro), nuestra labor será aislada y casi anecdótica. Pero no desesperemos, como decía Anita Roddick “quien crea que es demasiado pequeño e insignificante para influir, nunca ha dormido con un mosquito en la habitación”.
Los otros
Hace tiempo que sigo de cerca los escritos de los autores de este Foro-Debate, con los cuales coincido en la mayoría de sus planteamientos. La lectura de los comentarios que ha suscitado también me reafirma en mis creencias sobre la situación límite en la que vivimos. El problema es, como el título de la película de Amenábar, “los otros”. Los que ignoran o menosprecian dicha situación, los que confían en que esto nunca llegará a colapsarnos, los que delegan la responsabilidad de evitarlo a los científicos, políticos, empresarios… y los que alimentan este pensamiento con el marketing consumista: hay que consumir para salir de la crisis, si no hay consumo no se crean puestos de trabajo, si no consumes eres mal visto, el consumo combate la depresión…
¿Cómo convencer a los otros? porque nosotros, los que escribimos o leemos estos foros, ya lo estamos. Esa creo que es la madre del cordero. La estrategia no es nada sencilla y depende de la población diana. A los niños, proporcionarles vivencias en positivo (visitas, juegos, ejemplos, etc.) y en negativo (consecuencias perjudiciales de nuestros actos). A los adultos, facilitándoles comportamientos más ambientalistas: reducción de embalajes y envases, reciclaje, transporte público eficaz,… y penalizando los menos ambientalistas: quien contamina paga, coste progresivo de la energía y el agua, vigilancia urbanística,… Y en ello todos estamos implicados, la familia, la escuela, las autoridades. Mientras esto no sea una prioridad en nuestra sociedad (al mismo nivel, por ejemplo, que el paro), nuestra labor será aislada y casi anecdótica. Pero no desesperemos, como decía Anita Roddick “quien crea que es demasiado pequeño e insignificante para influir, nunca ha dormido con un mosquito en la habitación”.
El poder de los otros
Estimado Francisco:
Lo que me preocupa es que los otros tienen el poder político y económico. Me encantó la frase de Anita Roddick, pero yo escuché una del Dr. Riccardo Petrella: \»El poder político es la capacidad de decir el significado de los conceptos\».
¿Quién nos está diciendo el significado del concepto de desarrollo actualmente a nivel mundial? Por ahora son las grandes corporaciones las que están instalando el significado de los conceptos, y esto abarca hasta a la Educación misma.
¿Tendremos nosotros \»los mosquitos\» la fuerza necesaria para construir entre todos el BIEN COMUN y entender y respetar los ciclos biogeoquímicos de la naturaleza?
La respuesta ilustrada
La vida marina y las aves muriendo por millones alrededor del planeta
Millones de criaturas marinas arribando a las costas, muertas
Pájaros
Manitoba: 10.000 pájaros muertos
Suecia: Misteriosa muerte de pájaros
Suecia: Los pájaros están \»muertos de miedo\» (informe veterinario)
Texas: Cientos de pájaros muertos descubiertos en Texas
China: Aguilas y pájaros caen del cielo en China
Kentucky: Los vecinos infomran sobre docenas de pájaros en sus jardines
Louisiana: Mil mirlos en un día (Black Birds) muertos en ese lugar
Mouisiana. 500 mirlos muertos
Arkansas : Para los mirlos, en Arkansas el año nuevo nunca llegó, muertos
Alemania: Pájaros muertos en las carreteras
Japón: En alerta después de haber encontrado pájaros muertos
Carolina: Continúa la escalada de pelícanos muertos
Tucson: Cerca de 70 murciélagos muertos
Somerset (UK). Muertes de gorriones encontrados en los jardines
Miles de pájaros caen muertos desde el cielo en America del Norte y del Sur
Peces
Florida: Miles de peces muertos en Spruce Creek
Arkansas: 100.000 peces tambor mueren en el río Arkansas a unas 100 millas de la muerte de los mirlos.
Kent Island: Los peces mueren por stress causado por el fríorasil: Misteriosas muertes de peces en las costas
Brasil: Muerte de peces en las costas
Ballenas (UK) Peces muertos en el canal de la Marina cerca de Abergavenny
Haití: miles de peces muertos en lago Haití
Australia: peces muertos tapan salida del algo en el aeropuerto
Indiana: Peces muertos en la playa Washington Park
Maryland Muerte inusual de peces en Annapolis.
CANADA
Río Victoria se torna color verde brillante
ITALIA
Dos millas de playas llenas de peces, calamares y cangrejos muertos en la costa
UK
Peces muertos
NUEVA ZELANDA
Cientos de peces muertos en las playas
MAS
Milliones de peces muertos en Louisiana, de todo tipo, inclusive mamíferos
Campo magnético o HAARP?
[http://maps.google.com/maps/ms?ie=UTF8&msa=0&msid=201817256339889828327.0004991bca25af104a22b&ll=28.921631,5.273438&spn
=141.542315,12.30468]
\»el día después de mañana\», es hoy
Kristen Neiling @
Dirección y Producción
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Concientizar desde la escuela
Comparto las opiniones de Amparo y Daniel y lo aportado por los colegas. Considero que, si bien como dice uno de los aportes la \»concienciación no basta\», es fundamental y desde los primeros años de educación.
Como docente trato de hacer mi aporte desde mi humilde lugar hacia el cuidado del medio ambiente, siempre que sea posible en mis clases de Física o Química o de Tecnología, tratamos temas relacionados con el cambio climático, la explotación indiscriminada de diferentes recursos, su disminución, y como afecta al medio ambiente, la falta de controles y de políticas por parte del estado, etc. son temáticas en las que los alumnos se comprometen de un modo sorprendente. Permanentemente les sugiero que talvés parezca ínfimo el aporte que podamos hacer, pero si uno a uno sumamos esfuerzos, vamos tomando conciencia y adquiriendo valores y conductas medioambientales podemos lograr bastante. No solo a partir de lo conceptual sino poniendo énfasis en lo procedimental y actitudinal de los alumnos, desde las diferentes formas de comunicación o traslado de lo que aprenden a sus pares, familia y al resto de la comunidad sino también de compromisos y de diferentes acciones a nivel individual y/o grupal. Obviamente el acompañamiento científico-tecnológico y del estado a partir de políticas responsables son más que fundamentales. Poner manos a la obra.
¿Qué podemos hacer?
Surgen, como usted señala, muchos interrogantes. Algunos, como el primero que usted formula –“¿Cuáles son las medidas que están tomando los gobernantes, principalmente los que dicen son desarrollados?”- pueden desmoralizarnos, porque es obvio que apenas se están tomando las medidas que se precisan con urgencia para frenar la acelerada degradación del planeta. Quizás conviene, pues, replantear las preguntas, para pasar de la descripción a las propuestas: ¿Cómo puede cada cual contribuir, junto a los demás, a que se adopten las medidas necesarias? ¿Qué podemos hacer como consumidores, como profesionales y como ciudadanas y ciudadanos? ¿Qué presiones podemos y debemos ejercer sobre los responsables políticos para que, por ejemplo, se firme ya, este mismo año, un acuerdo mundial justo y vinculante de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero? Son estas preguntas las que subyacen en su segundo interrogante (“¿Cuál es la labor de hormiga que tiene que realizar cada habitante de este precioso mundo?”). Somos miles de millones de “hormigas” que, si coordinamos nuestras acciones, podemos lograr avances importantes. En ¿Qué podemos hacer? (www.oei.es/decada/hacer.php), la web de la Década de la educación por un futuro sostenible presenta dos documentos que sintetizan las acciones concretas que podemos realizar como ciudadanos y como educadores:
• ¿Cómo podemos contribuir cada ciudadan@ a construir un futuro sostenible?
• ¿Cómo podemos contribuir los educadores, profesionalmente, a la construcción de un futuro sostenible?
Se trata de dos documentos fruto del trabajo colectivo de centenares de colegas que han participado en cursos y talleres de educación para la sostenibilidad y que constituyen propuestas abiertas a nuevas aportaciones.
Planteamientos coincidentes
Tienes razón, Francisco Javier, quienes estamos participando en este Foro-Debate tenemos planteamientos básicamente coincidentes. Aquí no aparecen los “otros”, los “negacionistas”, los miopes que solo buscan el beneficio particular a corto plazo sin atender a sus consecuencias… Quizás ello sea debido a que entre quienes nos asomamos a una revista como CTS, y más en general, entre quienes formamos parte de la comunidad científica, apenas hay quien siga sosteniendo las tesis negacionistas. Esto es un dato positivo bien conocido y que nos alegra. Pero como tú bien dices, ¿cómo llegar a los otros? Este es sin duda el objetivo principal de este debate. Y tu texto expone con claridad orientaciones fecundas para acceder a los “otros”.
Planteamientos coincidentes
Tienes razón, Francisco Javier, quienes estamos participando en este Foro-Debate tenemos planteamientos básicamente coincidentes. Aquí no aparecen los “otros”, los “negacionistas”, los miopes que solo buscan el beneficio particular a corto plazo sin atender a sus consecuencias… Quizás ello sea debido a que entre quienes nos asomamos a una revista como CTS, y más en general, entre quienes formamos parte de la comunidad científica, apenas hay quien siga sosteniendo las tesis negacionistas. Esto es un dato positivo bien conocido y que nos alegra. Pero como tú bien dices, ¿cómo llegar a los otros? Este es sin duda el objetivo principal de este debate. Y tu texto expone con claridad orientaciones fecundas para acceder a los “otros”.
El significado de los conceptos
Estimada Nora, compartimos tu preocupación por el significado de los conceptos que orientan y dan significado a las acciones. Es cierto que “las grandes corporaciones” intentan a menudo instalar el significado de los conceptos, pero los movimientos ciudadanos y la comunidad científica tienen de su lado el interés común y la fundamentación rigurosa. Conceptos como Biodiversidad, Diversidad Cultural, Altermundismo, Huella ecológica, Biocapacidad del planeta, Sostenibilidad, y un largo etcétera, no son construcciones impuestas por “las grandes corporaciones”, muy al contrario, son constructos centrales de la [r]evolución en marcha por un futuro sostenible.
Por supuesto nos enfrentamos a un intento permanente de desvirtuar los conceptos, de convertir, por ejemplo, Ecológico en un reclamo comercial; o de confundir Desarrollo sostenible con crecimiento sostenido, depredador e insolidario. Es esencial defender los conceptos contra esas desvirtuaciones. En el tema La sostenibilidad como [r]evolución cultural, tecnocientífica y política (www.oei.es/decada/accion.php?accion=000) se intenta salir al paso de estas desvirtuaciones y de defender el significado de los conceptos, para que no sean los defensores de intereses particulares quienes lo impongan, privándonos de instrumentos transformadores.
Una masiva extinción
Estimada Silvana, ¡Cuántos tristes ejemplos de pérdida de biodiversidad! Y se pueden añadir muchos más. Pero la actual preocupación por la pérdida de biodiversidad no es debida al hecho de que desaparezcan algunas especies, animales y también vegetales, sino porque se teme que estamos asistiendo a una masiva extinción como la que dio lugar a la desaparición de los dinosaurios y otras grandes extinciones que se han dado a lo largo de la evolución de la vida. Y esas extinciones han constituido auténticos cataclismos. Lo que preocupa, y muy seriamente, es la posibilidad de provocar una catástrofe que arrastre a la propia especie humana. Es urgente, pues, poner fin al conjunto de problemas (creciente urbanización, contaminación pluriforme y sin fronteras, explotación intensiva de recursos, introducción de especies exóticas depredadoras…) que está provocando la degradación del planeta, contribuyendo así a salvaguardar la biodiversidad y evitar la extinción de especies, con medidas que salgan al paso de estos problemas y, en particular, planes de acción encaminados a proteger los hábitats y las diferentes especies de fauna y flora. Nos remitimos al tema Biodiversidad (http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=18) que la web de la Década de la educación por un futuro sostenible dedica a esta problemática central para la supervivencia de millones de especies y de la propia especie humana.
La importancia de la educación
Totalmente de acuerdo, estimada Liliana: la concienciación no basta, pero resulta fundamental. Concienciación de los problemas y sus causas, pero también de que esos problemas tienen solución. Como han señalado Hicks y Holden [“Exploring The Future A Missing Dimension in Environmental Education”, Environmental Education Research, 1(2), 185-193 (1995)], si se comienza a hablar de problemas sin la perspectiva de la posibilidad de hacerles frente, se generan lógicos sentimientos de agobio y desánimo que inducen a la pasividad y al rechazo de informaciones que, a menudo, son tildadas de catastrofistas.
Se trata, pues, de un serio obstáculo que debemos evitar quienes llamamos la atención acerca de los problemas: es preciso poner énfasis, desde el primer momento, en que es posible actuar, que el estudio de los problemas está al servicio de la búsqueda de soluciones. Y que esas soluciones existen y estamos a tiempo de adoptar las medidas necesarias. Algo que, debemos insistir, responde a la realidad: incluso los estudios que advierten de los peligros más graves, como la posibilidad de una sexta gran extinción que arrastraría consigo a la especie humana, indican que estamos aún a tiempo de adoptar las medidas necesarias para hacer frente a la situación.
Nuestra acción como educadores es determinante para el logro de esa concienciación, sin olvidar el papel de la educación no reglada: medios de comunicación, museos, documentales… A todos estos ámbitos se dirigen los llamamientos de Naciones Unidas que han culminado con la institución de la Década de la educación por un futuro sostenible para el periodo 2005-2014 (ver http://www.oei.es/decada).
La sustentabilidad y los intereses
Lamentablemente, vivimos en un mundo donde la economía (hoy globalizada)está absolutamente fuera de control de los políticos, incluso de la ONU. Los ciudadanos comunes nos hallamos expuestos desde ya hace más de 20 años a la voracidad de un sistema que como un moderno Saturno no duda en fagocitarse a sus propios hijos.Es lamentable la ruín postura de los medios de comunicación vendidos a las grandes corporaciones expoliadoras de recursos de todo tipo, y también es absolutamente vergonzoza la postura de \»acatamiento\» que presentan muchísimos científicos que son útiles a este sistema y que ayudan a sostenerlo. No miremos para otro lado y reconozcamos que la gran mayoría de los equipos de investigación de vanguardia en muchos campos del conocimiento, pero principalmente en CyT son sostenidos economicamente por esos grandes grupos que les imponen haciadónde deben investigar y hasta donde deben hablar. Creo que de una vez por todas debemos tomar conciencia que \»se sostiene\» desde el afuera y \»se sustenta\» desde adentro, y que ésto no implica una simple diferencia semántica.En tanto y en cuanto no haya algún tipo de control serio de la economía fagocitaria, no creo que haya soluciones concretas para la humanidad.Pido disculpas por mi pesimismo, pero lamentablemente \»los amos\» no me demuestran otra cosa.
La emergencia planetaria, el cambio climático
ESTIMAD@S AMPARO Y DANIEL
¡FELICITACIONES POR SU NOBLE Y EXCELENTE TAREA EN DIFUNDIR Y FORMAR CONCIENCIA AMBIENTAL EN LA CIUDADANIA a traves de sus artículos, libros, etc!!!!!
Los detractores siempre existiran porque la sostenibilidad esta ligada al aspecto económico, por eso debemos hacer esfuerzos para conciliar lo ambiental con lo económico en el que todos ganen me refiero a la sociedad, de lo contrario seguiremos avanzando muy lentamente.
¿La tecnociencia al servicio de los depredadores?
Estimado Carlos Rubén,
Pides disculpas por tu pesimismo… pero afortunadamente ese pesimismo no te ha sumido en la inacción: denuncias, escribes, dialogas. Eso es lo que cuenta. No crees “que haya soluciones concretas para la humanidad”. Si por soluciones concretas entiendes acciones puntuales, tienes razón: nadie debe esperar que sean una solución para el conjunto de problemas estrechamente vinculados -y que se potencian mutuamente- que caracterizan la actual situación de emergencia planetaria. Y la tienes en que esta situación es debida, fundamentalmente, a un crecimiento económico depredador, orientado por miopes intereses particulares a corto plazo. Aunque esto no es ninguna novedad, no es algo que se inicie hace un par de décadas: las conquistas de unos pueblos por otros, la esclavitud, el vasallaje, el trabajo infantil, la destrucción de ecosistemas… impregnan toda la historia de la humanidad. Pero también la impregnan los movimientos de liberación, los cuestionamientos de las injusticias, la concepción y extensión de la idea de Derechos Humanos. Y en este lado de la confrontación ha estado y sigue estando lo mejor de la comunidad científica. ¿Acaso no fue la bióloga Rachel Carson, con su Primavera silenciosa, quien inició a mediados del siglo pasado el combate contra los COP (contaminantes orgánicos permanentes) como el DDT y es reconocida hoy como la madre del movimiento ecologista? ¿No fueron científicos como Molina, Rowland o Crutzen quienes advirtieron de la gravísima destrucción de la capa de ozono por los compuestos CFC (clorofluorcarbonados) y batallaron, apoyados por movimientos ciudadanos, hasta conseguir su eliminación? ¿No está hoy el conjunto de la comunidad científica al frente de quienes denuncian las causas del cambio climático y promueven las alternativas para hacerles frente? ¿No son economistas como Sen, Sachs, Rifkin, y tantos otros, quienes están fundamentando la necesidad y posibilidad de un profundo cambio del sistema productivo que interrumpa el actual crecimiento depredador?
Estamos viviendo, sin duda, un momento crucial en la historia de la humanidad. Nuestra huella ecológica ha sobrepasado ya la biocapacidad del planeta. Pero al propio tiempo cobran fuerza las propuestas fundamentadas para la construcción de un futuro sostenible y solidario, que proteja la diversidad biológica y cultural, que sustituya la competitividad por la cooperación. Sigue habiendo quien solo piensa en su beneficio inmediato, es verdad, pero los problemas también llaman a su puerta cada vez con más insistencia. Está en nuestras manos intentar que la historia de la humanidad se decante hacia la sostenibilidad y evite el colapso. No importa si somos pesimistas u optimistas, tan solo si actuamos, en la medida de nuestras posibilidades, por construir un futuro sostenible.
Por una Economía Verde
Tienes razón, María Trinidad, es preciso conciliar lo ambiental con lo económico, algo que hasta aquí no se ha hecho: se ha promovido el crecimiento económico sin tomar en consideración sus repercusiones ambientales. Este proceso productivo, que ha venido caracterizado por utilizar los recursos a un ritmo superior al de su renovación y producir residuos a un ritmo superior al de su digestión por los ecosistemas, es insostenible y ha alcanzado límites extremadamente peligrosos de agotamiento de recursos y degradación ambiental. Es preciso un cambio profundo del sistema productivo. Es preciso y es todavía posible.
Para algunos –incluidos influyentes responsables políticos- no es ahora el momento de adoptar medidas rigurosas para pensar en medidas de protección del medio, porque las exigencias económicas que esas medidas comportan podrían agravar la crisis. Lo urgente ahora sería estimular de nuevo el consumo y reactivar el crecimiento económico: el medio ambiente podría y debería esperar. Pero no tiene sentido pensar en salir de la actual crisis económica reincidiendo en los mismos comportamientos de consumo depredador y de crecimiento insostenible que han ido creando las condiciones de un auténtico colapso. “No podemos resolver los problemas utilizando los mismos razonamientos que empleamos para crearlos”, advirtió en su día Albert Einstein. Como señala Cristopher Flavin, presidente del Worldwatch Institute, “esta frase debería presidir las aulas de las escuelas de economía, las salas de consejos de administración de las empresas y los grandes hemiciclos donde los legisladores del mundo deciden el curso de las políticas públicas”.
En el boletín 32 (http://www.oei.es/decada/boletin.php?boletin=032) de educadores por la sostenibilidad insistíamos en estas ideas y añadíamos: podemos y debemos aprovechar la seria advertencia que supone esta crisis para impulsar un desarrollo auténticamente sostenible, una Economía Verde, que Ban Ki-Moon, Secretario General de Naciones Unidas, ha calificado como “La gran máquina de empleos verdes”, con inversiones productivas en, por ejemplo, nuevas tecnologías de energía renovable y de eficiencia energética y alimentaria que disminuyan, al propio tiempo, nuestra huella ecológica: “En un momento en que el desempleo está creciendo en muchos países, necesitamos nuevos empleos. En un momento en que la pobreza amenaza con afectar a cientos de millones de personas, especialmente en las partes menos desarrolladas del mundo, necesitamos una promesa de prosperidad; esta posibilidad está al alcance de nuestra mano”.
Se trata, pues, de una oportunidad, una elección histórica de cambio de modelo a una Economía Verde frente a la crisis, para poner fin a un rumbo de fracaso y degradación. Una primera andadura en el camino de la necesaria [r]evolución para la sostenibilidad que requiere también el replanteamiento de premisas económicas clave y de prácticas empresariales que potencien economías que satisfagan las necesidades básicas de toda la humanidad, al mismo tiempo que protegen el planeta, contribuyendo a construir un mundo sostenible. Nos remitimos al tema de acción clave “Crecimiento económico y sostenibilidad” (http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=002) para un tratamiento más detenido de estas cuestiones.
Acesso à Educação Ambiental
Muy interesante debate aquí sobre este problema que nos afecta a todos. Yo vivo en la tristeza del Amazonas, Manaus, Brasil, y con la que veo aquí es una gran falta de conciencia y la sensibilidad de la población en relación con el cuidado del medio ambiente. Hice una cierta investigación con mis alumnos de la Universidad Federal de Amazonas, el grado en Biología en enero de 2010 sobre esta cuestión. Mientras que muchos responden con el medio ambiente (que se resume en su pensamiento a la flora y fauna) debe ser conservado, lo que vemos es la negligencia, son personas que hacen de los arroyos (conocido como son los arroyos que cruzan la ciudad) una de basura al aire libre, jugar a través de las ventanas de sus coches que consumen latas vacías, jugando en el papel del piso, restos de comida, barbacoa palos y paletas de helado. Otro día, un hombre de 60 años, tirando de mí en un transporte de conversación, me dijo: \»¿Ves?\», Señalando el arroyo a nuestra derecha. Mientras mira, me encontré con botellas de PET quantdade que cubre el lecho del río. Movió la cabeza afirmativamente, a lo que respondió: \»culpar a la lluvia, que trae la basura.\» Eso es lo que piensan las mentes simples de la gente de aquí que no pueden comprender que es culpa nuestra y no de la lluvia … El espacio aquí es poco para hablar de todas esas enfermedades. En una de mis clases, al tratar de explicar a mis alumnos que se gradúan del medio ambiente no sólo incluye la fauna y flora, que es mucho más complejo, que lanzó la pregunta \»¿cuál es la relación entre la prostitución se producen en el entorno de nuestro Colegio y los problemas medio ambiente?\», para que un académico me dijo satisfecho,\» los codones que se juegan sobre el asfalto después de su uso ?!?\»…
Me gustó pensar en su pregunta. Quisiera pedir su permiso para tomar este texto para iniciar mis clases de \»Educación Ambiental\» en el curso de Contabilidad para discutir con mis alumnos. Gracias.
Planteamientos coincidentes
Tienes razón, Francisco Javier, quienes estamos participando en este Foro-Debate tenemos planteamientos básicamente coincidentes. Aquí no aparecen los “otros”, los “negacionistas”, los miopes que solo buscan el beneficio particular a corto plazo sin atender a sus consecuencias… Quizás ello sea debido a que entre quienes nos asomamos a una revista como CTS, y más en general, entre quienes formamos parte de la comunidad científica, apenas hay quien siga sosteniendo las tesis negacionistas. Esto es un dato positivo bien conocido y que nos alegra. Pero como tú bien dices, ¿cómo llegar a los otros? Este es sin duda el objetivo principal de este debate. Y tu texto expone con claridad orientaciones fecundas para acceder a los “otros”.
Gracias a usted, Ana Paula, por compartir con nosotros sus fundadas preocupaciones. Ejemplos como los que usted narra los encontramos, lamentablemente, en muchos lugares. Y es lógico que nos duelan. Nos duelen y nos movilizan para erradicarlos.
Nos alegra que le haya gustado la pregunta que da pie a este debate (¿Emergencia planetaria… o catastrofismo ecologista?) y será para nosotros un honor que utilice ese texto o cualquier otro que pueda interesarle de los que hemos ido incorporando en la web de la Década de la educación por un futuro sostenible (www.oei.es/decada) o en nuestras webs personales (www.uv.es/vilches y http://www.uv.es/gil). No nos pertenecen: son contribuciones a un patrimonio común, que se ha nutrido del trabajo de muchos otros autores y autoras.
Emergencia Planetaria o Catastrofismo Ecologista?
Los maestros por bendición de nuestra profesión somos los profesionales que estamos en contactos con niños y jovenes, a fin de que podamos concienciar a los mismos.
Somos los maestros, que con la práctica, mismo en nuestras escuelas, debemos dar ejemplos a nuestros niños, a favor de la ecología,asumiendo compromisos con la comunidad educativa.
Conflictos de intereses
Estimado Carlos Rubén, coincido contigo pero con la seguridad que todo responde a un Orden Superior, supongo que Prigogine sabía lo que expuso con su ley del caos y orden, aunque es cierto que la mayoría de las investigaciones en diversos ámbitos están supeditadas a los conflictos de intereses que todos conocemos… por eso es fundamental discernir, más allá de la Biblioteca, más allá de nuestra estrechez mental… Masanobu Fukuoka decía que el imperfecto conocimiento humano jamás alcanzará el perfecto conocimiento de la naturaleza, por esto es necesario que dejemos de teorizar e individualmente despertemos esa Conciencia Superior susceptible de milagros y comencemos a educar a nuestros hijos y alumnos holísticamente.
Naciones Unidas ya habla de Noosfera, han surgido nuevas pedagogías a raíz de las necesidades de los nuevos niños que nacen con una disposición cada vez más espiritual, de la que el mundo de los adultos se aleja.
Abrirnos a nuevos paradigmas, flexibilizar el método científico, agregarle CONCIENCIA y creer que nuestra intención influye sobre la materia son los primeros pasos para solucionar lo que la ciencia no ha podido hasta ahora…
Un cordial saludo, Zunilce. Hace usted referencia al papel de ejemplo que, a través de la práctica, tenemos los maestros y maestras. Se trata, sin duda, de un aspecto esencial en la educación para la sostenibilidad. En http://www.oei.es/decada/hacer.php puede encontrar, con el título de “¿Qué podemos hacer?”, propuestas realizadas por centenares de docentes para contribuir, como ciudadanos y como educadores, a la construcción de un futuro sostenible. Esperamos que sean de su interés y ojalá pueda contribuir a enriquecer dichas propuestas.
Comentario
Hola. Me permito externar una opinión acerca del gravísimo problema al que nos enfrentamos en presente y la terrible herencia que se proclama para futuras generaciones.
De igual manera que la humanidad durante la historia ha logrado cambios importantes en el rumbo de sus sociedades, por medio de la educación y la información, comprendo que apelemos a ésta como una alternativa para conseguir un cambio.
Mi comentario viene a dar cuenta de una posibilidad de cambio que promete resultados a corto plazo y que puede llegar a la masividad (parte utópica) si se crea el compromiso: eliminar lo más posible el consumo de carne.
Existe una gran cantidad de artículos científicos que corroboran la importancia que es para el planeta detener el impacto que la crianza de ganado para la alimentación ocasiona: la destrucción del suelo, el excesivo consumo de agua y granos para alimentar a los animales, la emisión y acumulación de gases provenientes del excremento de los criaderos, etc.
En lo personal considero que es tiempo de reflexionar en torno a las consecuencias de nuestros placeres alimenticios, que no sólo dañan la salud de cientos de personas sino que también destruye nuestro entorno e ignora las alternativas para proteger nuestro hogar universal.
El crecimiento
En casi todo estoy de acuerdo pero creo que desde América Latina no se debe decir, bajo ningún concepto, que el crecimiento económico no debe existir.
En Brasil el gobierno de Lula ha logrado unas tasas de crecimiento importantes que se ha reflejado en un importante, muy importante diría, reducción de los niveles de pobreza. Es más Dilma, su sucesora, en su primer mensaje ha dicho que quiere erradicar la todavía existente miseria extrema de parte de su población.
Omito escribir sobre la situación en otros lugares de nuestra región que no han tenido el crecimiento de Brasil. Se dirá que basta con una resdistribución de la riqueza. Eso hace falta para que no seamos la región más desigual, pero no olviden la brecha del PIB per capita de nuestros países con respecto al primer mundo.
Europa, Estados Unidos seguramente no deben crecer pero América Latina lo necesita.
El modelo alimentario
Totalmente de acuerdo, María Graciela. Como usted señala, existen abundantes estudios científicos, de resultados convergentes, que muestran el impacto negativo del abuso en el consumo de carne. Resulta sorprendente conocer que la producción de carne es la segunda mayor causa de emisiones de gases de efecto invernadero, es decir, la segunda mayor causa del cambio climático.
En el tema “Consumo responsable” (http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=08) nos referimos a las consecuencias ambientales del modelo alimentario que se ha generalizado en los países desarrollados. Un modelo caracterizado, entre otros, por:
una agricultura intensiva que utiliza grandes cantidades de abonos y pesticidas y recurre al transporte por avión de productos fuera de estación, con la consiguiente contaminación y degradación del suelo cultivable;
la inversión de la relación vegetal/animal en las fuentes de proteínas, con fuerte caída del consumo de cereales y leguminosas y correspondiente aumento del consumo de carnes, productos lácteos, grasas y azúcares. Se trata de una opción de muy baja eficiencia porque, como ha señalado Jeremy Rifkin, hay que producir 900 kilos de comida para obtener 1 kilo de carne (¡), a lo que hay que añadir que se necesitan 16000 litros de agua. En definitiva, el consumo de energía es muy elevado, de modo la industria de la carne es responsable de más emisiones de CO2 que la totalidad del transporte.
la refinación de numerosos productos (azúcares, aceites…), con la consiguiente pérdida de componentes esenciales como vitaminas, fibras, minerales, con graves consecuencias para la salud.
Será necesario, como usted señala, revisar a fondo las consecuencias de nuestro modelo alimenticio.
Estimada Mercedes, leyendo su comentario tenemos la impresión de que sobra el “pero”, porque también nosotros estamos de acuerdo en que para los habitantes de bastantes regiones del planeta el aumento del consumo y, por tanto, el crecimiento, resulta esencial. A este respecto hacemos nuestras las palabras de la premio Nobel sudafricana Nadine Gordimer: \»Mientras para nosotros, los consumidores descontrolados, es necesario consumir menos, para más de 1000 millones de las personas más pobres del mundo aumentar su consumo es cuestión de vida o muerte y un derecho básico\».
Cuando se afirma la imposibilidad de un crecimiento continuado se está hablando a nivel planetario: es obvio que en un planeta finito no es posible seguir consumiendo recursos a mayor ritmo que el de su recuperación ni produciendo residuos por encima de la capacidad del planeta para digerirlos. Será necesaria una justa redistribución de los esfuerzos para que la huella ecológica de la humanidad no supere la biocapacidad del planeta.
Estamos también de acuerdo con usted en otro aspecto esencial: no basta con la redistribución para lograr la satisfacción de las necesidades básicas y derechos fundamentales de los seres humanos. Es necesaria una profunda transformación del sistema productivo para que no esté basado en el beneficio a corto plazo (ni siquiera el de los miles de millones que viven hoy por debajo del nivel de pobreza) mediante un crecimiento que vaya acompañado de una insostenible degradación ambiental. Es preciso y posible reorientar el desarrollo de las sociedades humanas con criterios sostenibles. Nos remitimos a este respecto a los temas de acción clave incorporados en la web de la Década del desarrollo sostenible (www.oei.es/decada) y, en particular al dedicado al crecimiento económico (http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=002). Estamos seguros de encontrará en ellos planteamientos convergentes con los suyos.
Espléndido comentario
Mercedes:
Te felicito por tu comentario.
Un saludo
Jorge
Gracias
Muchas gracias Jorge.
Me alegro que mis argumentos te hayan gustado.
A Amparo y Daniel les diría que aunque coincido con el 90% de sus argumentos no creo que poner limitaciones al crecimiento sea bueno ahora para América Latina.
La propuesta de Ecuador de recibir por no explotar es muy buena pero la va aceptar el primer mundo que necesita para crecer la energía.
Hay que ser realista y sólo creciendo se nos va a respetar. Se respeta a Brasil ahora, pero se hacía hace 15 años?
De pesimismos y esperanzas
Estimados Amparo y Daniel:
Primero agradecerles por el nivel de compromiso que han tenido con este foro el cual no deja de atraparme. Son muy buenos los comentarios de los compañeros y las respuestas por parte de Uds. a cada uno de ellos, tratando de transmitirnos siempre su mirada positiva y esperanzadora de un cambio que todos coincidimos en que es necesario y urgente, pero que no todos sabemos la forma de lograrlo.
Hay un tema que les pido que me ayuden a entender. Uds. afirman en un comentario que \»las conquistas de unos pueblos por otros, la esclavitud, el vasallaje, el trabajo infantil, la destrucción de ecosistemas impregnan toda la historia de la humanidad\».Mi pregunta es ¿existe en la actualidad alguna cultura que se pueda tildar de sostenible en el tiempo?
Mi pregunta apunta a entender si el problema de la insostenibilidad actual es debida a que nuestra sociedad tiene una cosmovisión equivocada del mundo; y cómo se generó esa cosmovisión. La educación recibida a través de los años (siglos) ¿cómo influyó en la construcción de esa cosmovisión?¿Podemos nosotros con nuestros principios, valores, ética, moral de hombres occidentales hacer frente al desafío de la sostenibilidad de nuestra especie? Tengo la sensación que con los mismos esquemas de pensamiento no vamos a lograr el cambio necesario. Me remito a Edgar Morin: \»La reforma de la enseñanza debe conducir a la reforma del pensamiento y la reforma del pensamiento debe conducir a la reforma de la enseñanza\». ¿Vamos en esa dirección? No conozco la realidad de otras culturas.
De una cosa estoy segura y es que mientras busco las respuestas a estas preguntas no puedo dejar de actuar.
Para los pesimistas como yo les dejo una frase de Freire que me enseñaron y que me hizo bien: \»No soy esperanzado por pura terquedad sino por un imperativo existencial e histórico\» Y destacaba que esta esperanza debía entramarse en la acción comprometida, situada. La esperanza de ninguna manera es pura espera.
Estimada Mercedes, nos unimos a la felicitación de Jorge y aprovechamos para extender la felicitación y el agradecimiento a todas y todos los que están participando en este debate. Las numerosas contribuciones nos están permitiendo avanzar en la comprensión de la situación de emergencia planetaria, sus causas y las posibles medidas a adoptar.
Y aprovechamos para seguir convergiendo en los argumentos… La propuesta de Ecuador de ser compensado por no explotar recursos energéticos y preservar así la naturaleza como patrimonio común es ciertamente muy oportuna y necesaria. Y hemos de ser capaces de obligar a los líderes políticos del “primer mundo” (¿primero en degradar?) a aceptarla. Hemos de ser capaces de imponer acuerdos justos y vinculantes para mitigar el cambio climático, para acabar con la pobreza extrema de miles de millones de seres humanos, para sentar las bases de un futuro sustentable, necesariamente solidario. Ese es el desafío al que nos enfrentamos.
Acciones fundamentadas en el conocimiento
Amiga Nora,
Permítanos que comencemos haciendo nuestras sus últimas palabras: La esperanza de ninguna manera es pura espera. Esta esperanza ha de entramarse en la acción comprometida… fundamentada en el conocimiento y en esos valores que la humanidad viene construyendo y que distan mucho de haberse universalizado: los Derechos Humanos.
Su pregunta de si existe en la actualidad alguna cultura que se pueda tildar de sostenible en el tiempo tiene una respuesta muy clara: NO. Pero la respuesta sería muy diferente si nos preguntáramos si se están dando en la actualidad pasos para la construcción de un futuro sostenible.
El concepto de sostenibilidad surge por vía negativa, como resultado de los análisis de la situación del mundo, que puede describirse como una “emergencia planetaria”, como una situación insostenible que amenaza gravemente el futuro de la humanidad. (Ver a este respecto el tema La Sostenibilidad como [r]evolución, cultural, tecnocientífica y política en http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=000). Se trata, como ha expresado el biólogo Rodger Bybee, de \»la idea central unificadora más necesaria en este momento de la historia de la humanidad\», aunque se abre paso con dificultad: se trata de un concepto absolutamente nuevo, que supone haber comprendido que el mundo no es tan ancho e ilimitado como habíamos creído. Y ese conocimiento es nuevo: la idea de insostenibilidad del actual desarrollo es reciente y ha constituido una sorpresa para la mayoría. Y es nueva en otro sentido aún más profundo: se ha comprendido que la sostenibilidad exige planteamientos holísticos, globales; exige tomar en consideración la totalidad de problemas interconectados a los que la humanidad ha de hacer frente y que sólo es posible a escala planetaria, porque los problemas son planetarios: no tiene sentido aspirar a una ciudad o un país sostenibles (aunque sí lo tiene trabajar para que un país, una ciudad, una acción individual, contribuyan a la sostenibilidad).
Una idea reciente que avanza con mucha dificultad, porque los signos de degradación han sido hasta recientemente poco visibles y porque en ciertas partes del mundo los seres humanos hemos visto mejorados notablemente nuestro nivel y calidad de vida en muy pocas décadas. La supeditación de la naturaleza a las necesidades y deseos de los seres humanos ha sido vista siempre como signo distintivo de sociedades avanzadas, explica Mayor Zaragoza, ex Director General de UNESCO. Ni siquiera se planteaba como supeditación: la naturaleza era prácticamente ilimitada y se podía centrar la atención en nuestras necesidades sin preocuparse por las consecuencias ambientales y para nuestro propio futuro. El problema ni siquiera se planteaba. Después han venido las señales de alarma de los científicos, los estudios internacionales… pero todo eso no ha calado en la población, ni siquiera en los responsables políticos, en los educadores, en quienes planifican y dirigen el desarrollo industrial o la producción agrícola…
Mayor Zaragoza señala a este respecto que \»la preocupación, surgida recientemente, por la preservación de nuestro planeta es indicio de una auténtica revolución de las mentalidades: aparecida en apenas una o dos generaciones, esta metamorfosis cultural, científica y social rompe con una larga tradición de indiferencia, por no decir de hostilidad\». Y hemos de ser nosotros, amiga Nora, los protagonistas de esta necesaria revolución de las mentalidades y de las formas de relacionarnos entre nosotros y con el resto de la naturaleza. Todo un reto apasionante.
Preocupación
En 2006, tome un curso en la Casa de Cultura de Chimalhuacán con un filósofo, que tenía aproximadamente 70 años, ya retirado, pero se dedicaba al turismo, fue sacerdote. Precisamente comentaba sus experiencias y con la curiosidad llegamos al tema de la catástrofe del planeta, donde indicaba \»que efectivamente el planeta da lo que pides, y que si de algún modo, algo nos perjudica o nos falta el mismo hombre podrá encontrar la manera de poder solventar ese faltante o dar solución. La verdad quede impresionada ante sus respuestas porque él no mostraba la misma preocupación que yo, tal vez por su edad y sus vivencias de todo lo que vivió. Pero bueno, yo considero que si todos los países especialmente México, pusiera el ejemplo en concientizar certeramente a sus ciudadanos de mejor el ambiente y esos políticos se dejen de tanta corrupción, estaríamos hablando de un México limpio, es preocupante cuando alguien te dice cambio tú o hazlo, y los demás les vale, no estamos avanzando, de todo esto se deprende tanta injusticia, miseria y situaciones tan deplorables, que mi país me da tristeza y sobre todo al ver una nube gris de contaminación ambiental. Hace un mes en Ciudad de Neza hubo explosiones subterráneas por la acumulación de gases, lo cual paso a perjudicar muchas casas y esas explosiones se han repetido, esto fue por causa del tiradero que se encontraba muy cerca de la ciudad, y aún así no se hace nada, o que otras pruebas queremos para cuidar el medio.
Acciones fundamentales
Como expresó uno de los colegas \»para mejorar las condiciones de vida, una de las estrategias está en la conservación y aprovechamiento sostenible de los recursos…\» Creo que cada uno de los países debiera comenzar por comprometerse en una acción específica y atacar los problemas o situaciones que afectan al medio ambiente que conciernen a la región o buscar qué mecanismos son factibles de llevar a cabo según las necesidades del contexto. Si bien la sostenibilidad exige un tratamiento global, y como dice otra opinión: \»no tiene sentido aspirar a una ciudad o país sostenibles\» pregunto: ¿está mal que un país aplique políticas específicas para \»su realidad\» socio-económica, ambiental, etc. contribuyendo a la sostenibilidad? Sería perfecto que todos estuviérammos en igualdad de condiciones en todo aspecto para tratar una problemática en forma global, pero lamentablemente nuestro mundo es muy desigual y esta cuestión de desigualdad se ve muy bien reflejada en las palabras de la premio Nobel Nadine Gordimer, lo que para nosotros es necesario reducir para otros es imperioso tenerlo por que está en juego la vida.
Por esta razón, sabemos que el problema es global, concierne a todos, pero cada población puede contribuir, tomando conciencia y comprometiéndose a partir de acciones más espcíficas. La suma de ellas, como si fuera un trabajo de hormigas, tendrá su repercusión a futuro y redundará en beneficios para todos, por eso pienso que sí tiene sentido y no está mal aspirar a un país sostenible. Sería fantástico, como un sueño, que todos pudiéramos cambiar la energía que consumimos por energía solar, o que pudiéramos comprarnos un auto eléctrico, o una moto eléctrica, pero esta no es la realidad, para la gran mayoría esto es imposible, los paneles son muy costosos, el coste de una moto eléctrica ronda los 7000 a 10000 dólares, el del auto eléctrico no recuerdo, y así…En esto radica la importancia de la educación temprana, de la concientización desde los primeros años escolares y de las pequeñas acciones pero no menos importantes que podemos realizar ya sea en forma individual o como grupo social, para tratar un problema que sí es global aunque sea difícil de encontrar la o las soluciones globales.
Motivos para la acción
Estima Ernestina, su texto da pie a reflexionar en torno a cuestiones importantes. Nos centraremos en comentar la actitud de su filósofo septuagenario dedicado al turismo: su idea de que “si de algún modo, algo nos perjudica o nos falta, el mismo hombre podrá encontrar la manera de poder solventar ese faltante o dar solución” está bastante extendida. Es una actitud frecuentemente asociada a pensar que las actividades humanas no tienen mucho que ver con la situación de emergencia planetaria, lo que conduce a la despreocupación y, por tanto, a la inacción. Es lo que piensan muchos líderes políticos que se niegan a adoptar compromisos de protección del medio: lo estamos viendo, por ejemplo, en la resistencia que una mayoría de los republicanos del Congreso de los Estados Unidos opone a que se adopten las necesarias medidas contra el cambio climático. Al fin y al cabo en sus dólares está impresa la leyenda “In God we trust”. Dios está con nosotros –vienen a decir- y no hay por qué preocuparse ni ocuparse. El problema reside en que miles y miles de científicos de todas las edades –incluidos muchos septuagenarios e incluso filósofos- nos advierten fundamentadamente, como fruto de investigaciones rigurosas de resultados convergentes, de que sí hay motivo para la acción. No todos los creyentes, por supuesto, adoptan esa actitud irresponsable y prefieren aplicar el conocido refrán: “A Dios rogando y con el mazo dando”. El resto de su texto muestra que usted, afortunadamente, sí cree en la necesidad de “dar con el mazo” empezando por llamar la atención sobre la necesidad de concienciación y de adoptar medidas contra problemas íntimamente relacionados: la corrupción, la miseria y la contaminación ambiental.
Estimada Liliana, sus argumentos vienen a expresar con claridad nuestro propio pensamiento: el hecho de que problemas como el cambio climático o el agotamiento de recursos básicos tengan una dimensión planetaria, no quiere decir que exijan idénticos comportamientos y responsabilidades de todos los seres humanos. Sería injusto e inefectivo. Más aún, los problemas son “glocales” (a la vez globales y locales) y se precisan medidas a nivel local y global. Y, como usted recuerda, si bien “no tiene sentido aspirar a una ciudad o país sostenibles” (olvidándose del resto del planeta), sí lo tiene “que un país aplique políticas específicas para ‘su realidad’ socio-económica, ambiental, etc., contribuyendo a la sostenibilidad”. Totalmente de acuerdo.
Obrigada
Irei utilizar e, principalmente, discutir.
Felicitaciones
Felicitaciones!!! por el tema.
Desde algunos años atrás he estado registrando en centros virtuales que se dedican al cuidado y causar conciencia a la sociedad.
Pienso que hoy por hoy tenemos las herramientas para cuidar mejor de lo que estamos haciendo hasta hoy.
saludos cordiales
xavysp
Herramientas para la protección del medio
Estimado Xavier, tiene razón, hoy disponemos de herramientas para ayudarnos en la protección del medio ambiente (en su sentido más amplio de medio ambiente humano). En particular podemos referirnos a las numerosas webs de instituciones dedicadas a la promover la sostenibilidad, impulsando acciones ciudadanas, sugiriendo medidas concretas, etc. Ese es el caso de la web de la Década de la educación por un futuro sostenible o sustentable (www.oei.es/decada), a la que ya hemos hecho referencia en otros comentarios.
En dicha web encontramos “Temas de acción clave” que abordan con cierta profundidad el conjunto de problemas estrechamente vinculados que configuran la actual situación de emergencia planetaria, sus causas y medidas a adoptar. Estos temas van desde el concepto de “Sostenibilidad” al de “Gobernanza universal”, pasando por el análisis de problemas como el “Agotamiento de recursos”, la “Contaminación sin fronteras”, el “Cambio climático”, etc., y las propuestas de “Consumo responsable”, “Tecnociencia para la sostenibilidad”, “Educación para la sostenibilidad” o universalización de los “Derechos Humanos”.
En cada uno de los temas, periódicamente actualizados, se ofrece una selección bibliográfica y toda una serie de vínculos a webs de interés para seguir profundizando. Nos atrevemos por ello a solicitar su ayuda, dándonos a conocer alguna web que considere útil y que no vea incluida en los temas de acción clave. ¡Muchas gracias!
El hombre! Algo tendrá que ver…
Creo que no se necesita mucha ciencia para darse cuenta de que la acción del hombre sobre la naturaleza acarrea un sinnúmero de cambios ambientales. Para bien o para mal. En Misiones, AR, el clima subtropical se ha convertido en tropical a causa del calentamiento global que desplazó los límites de la fronteratropical y la acción negativa de la represa de Yacyretá y los desmontes del bosque nativo, cada vez menos presente.
emergencia planetaria.
La gente es conciente del daño que le está causando al planeta desde todos los ámbitos en su afán de utilizar todos los recursos naturales a cualquier costo sin importar quien se perjudique o no, pero la mayoría no trata de aportar su granito de arena para salvarlo porque no le interesa o porque piensa que sus intereses individuales se verían afectados.
La mayoría de la gente esta acostumbrada a usar bolsa plástica para todo y a desecharla de una manera impresionante y por ello es necesario que la idea de ir disminuyendo el uso de la bolsa plástica(fenomenal esa idea) se haga a través de campañas educativas sumamente intensivas para que la gente se coNScientice del daño que ella misma esta provocando.
Igualmente son importantes estrategias para ir minimizando la quema de árboles, la quema de basuras caseras, utilizar los arroyos como depósitos de basura(en algunos países),y otra cantidad de situaciones que a nivel de hogar y familia son actitudes que degradan el medio ambiente y la naturaleza.
Pienso que la primera actitud que se debe cambiar es la que concierna al individuo en su hogar y familia, para que lo proyecte a su comunidad y barrio.Todo individuo que no le interese estas primeras instancias, no se va a interesar por su ciudad, país y mucho menos el planeta y jamás va a exigirle a sus dirigentes acciones en pro del medio ambiente.
La tarea es difícil, pero hay que hacerla.
La tarea de hacer conscientes a la gente del daño que le están haciendo al planeta, es díficil, pero hay que hacerlo si queremos que nuestras futuras generaciones tengan un lugar donde vivir.
La superación del síndrome de la rana hervida
Estimada Belarmina,
Compartimos su impresión de que hoy no debiera resultar difícil “darse cuenta de que la acción del hombre sobre la naturaleza acarrea un sinnúmero de cambios ambientales”. Hechos como los que usted refiere y muchos otros como el incremento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos atmosféricos extremos, el avance de las floraciones, los cambios en los patrones de migración de las aves y un largo etcétera, son claros indicios de ello.
Sin embargo sabemos que, en general, no es así: buena parte de la población mundial (incluidos sus responsables políticos) parece no ser consciente de la gravedad de la situación y de la necesidad (y posibilidad) de actuar. Hay que concluir que serios obstáculos lo impiden. Uno bien estudiado es el denominado “síndrome de la rana hervida”, que podemos resumir así: si intentamos introducir una rana en agua muy caliente, da un salto y escapa; pero si la introducimos en agua a temperatura ambiente y procedemos a calentarla lentamente, la rana permanece en el agua hasta morir hervida (¡si no la sacamos antes!).
La explicación obvia es que al calentar poco a poco la rana parece no percibir la gravedad de los sucesivos “pequeños” cambios, al tiempo que va insensibilizándose a los mismos, por lo que acaba siendo incapaz de reaccionar. Y la pregunta que cabe formularse es si no estará sucediéndonos lo mismo a los seres humanos. La respuesta, según explica Jared Diamond en su libro Colapso (Editorial Debate, Barcelona 2006), es afirmativa: Diamond ha investigado el repentino colapso que sufrieron sociedades como la de la Isla de Pascua o los Anasazi y ha encontrado patrones de comportamiento que se ajustan a este síndrome de la rana hervida: asistieron sin reaccionar al agotamiento de sus recursos, a la degradación ambiental, al crecimiento desmedido de la población… hasta dar lugar a enfrentamientos que acabaron en genocidios y el colapso de toda forma de organización social. Y, según sus detenidos estudios, la situación actual se asemeja en muchos aspectos a la que precipitó el colapso de aquellas sociedades, por lo que podría conducir al mismo resultado, pero ahora a escala planetaria.
Sin embargo, añade Diamond, existe una diferencia fundamental entre la situación actual y la existente en esas sociedades que colapsaron: ahora tenemos conocimientos que nos permiten prever lo que puede suceder y actuar para evitarlo. Conocimientos científicos como los que proporciona el IPCC en torno al cambio climático y cómo hacerle frente, o los relativos a la pérdida de biodiversidad, que amenaza con una masiva extinción de especies, de la que los seres humanos seríamos principales causantes y víctimas si seguimos actuando como estamos haciendo, etc.
La cuestión estriba, pues, en lograr que la especie humana \»salte\», antes de sucumbir víctima inconsciente de los \»pequeños cambios\». Ese es el objetivo central de la Década de la educación por un futuro sostenible: contribuir a que seamos conscientes, cuanto antes, de la gravedad de la situación, sus causas y las medidas que se requiere adoptar; porque, aunque se están agotando las posibilidades de evitar un desastre global e irreversible, aún estamos a tiempo de saltar. Y debemos hacerlo ya. Un debate como este se inscribe en ese objetivo.
La relevancia de las acciones individuales
Tiene usted razón, Carmen: la tarea de educación por la sustentabilidad (o sostenibilidad) es difícil, pero hay que hacerla. Las dificultades son múltiples, en efecto. Acabamos de hacer referencia, en el comentario anterior, al “síndrome de la rana hervida” que impide a muchos ser conscientes de la gravedad de la acumulación de los “pequeños cambios” que se están produciendo. Ahora usted nos señala acertadamente que incluso cuando somos conscientes del carácter nocivo de nuestras acciones, muchos seguimos realizándolas sin “aportar nuestro granito de arena”. A menudo ello se justifica con el argumento de la escasa incidencia de los comportamientos individuales: los problemas de agotamiento de los recursos energéticos y de degradación del medio –se afirma, por ejemplo- son debidos, fundamentalmente, a las grandes industrias; lo que cada uno de nosotros puede hacer al respecto es, comparativamente, insignificante.
Resulta fácil mostrar, sin embargo, con cálculos bien sencillos, que, si bien las pequeñas reducciones de consumo energético, por poner un ejemplo, suponen un ahorro per cápita pequeño, al multiplicarlo por los millones de personas que en el mundo pueden realizar dicho ahorro, este llega a representar cantidades ingentes de energía, con su consiguiente reducción de la contaminación ambiental. Hay que insistir, por tanto, en que no es cierto que nuestras pequeñas acciones sean insignificantes e irrelevantes.
La clave está en la necesidad, como usted indica, de “campañas educativas sumamente intensivas”. Campañas en las que todos nosotros debemos participar, haciéndonos eco del llamamiento de Naciones Unidas a los educadores de todas las áreas y niveles para que contribuyamos a formar una ciudadanía consciente de los problemas y de las vías de solución. Ese es el objetivo –repitámoslo una vez más- de la Década de la educación por un futuro sostenible (www.oei.es/decada).
Y no se trata solo de actuar para hacer posible que “nuestras futuras generaciones tengan un lugar donde vivir”. Los problemas de degradación socioambiental (contaminación sin fronteras, agotamiento de recursos básicos, pérdida de diversidad biológica y cultural, desertización, desequilibrios insostenibles, etc.) están ya afectando a la presente generación. Un “egoísmo inteligente” obliga a apostar por la solidaridad, por el bien común, por un desarrollo realmente sustentable.
Mitos y cortoplacismo
Estimados amigos
Acepto gustosamente vuestra invitación honrando con ello vuestra labor y el espléndido debate que ha suscitado. Comparto muchas de las inquietudes que se han vertido en este foro. Añadiré mi punto de vista sobre esta compleja cuestión.
Creo que en este debate hay dos mitos que sobrevuelan por nuestras cabezas. Uno es el mito de la educación, por el que pensamos que solo la educación, orientada hacia nuevos valores, podrá reemplazar los actuales en una dirección deseable. Este mito es roussoniano, atractivo, pero no real. La educación siempre es ejercida directa o indirectamente por una generación que comparte, por activa o por pasiva, los valores dominantes. No digo que no haya algún profesor que intente fomentar el pensamiento crítico, pero esto no es suficiente en un contexto socializador en el que, hoy más que nunca, es la tribu la que educa, y más si en la tribu metemos a los medios de comunicación. Por otra parte, en el supuesto de que la educación ambiental sea efectiva, está el problema de los plazos. Una generación bien educada en medio ambiente no llega a ser relevante socialmente hasta que pasa un dilatado tiempo de reemplazo generacional y muchos de los problemas ambientales no pueden esperar tan dilatado tiempo. Véase el caso de la famosa década sobre el cambio climático…
Por otra parte tenemos el mito de la democracia. Pensamos que en una democracia es el pueblo el que decide su futuro y que por tanto lo que hay que conseguir es una concienciación en las masas para que a través de su voto vayan seleccinando las opciones ambientales más adecuadas. Este mito ignora que estamos en una democracia representativa, no participativa y que por lo tanto la participación se limita al depósito del voto cada cuatro años. Todos sabemos que las decisiones electorales son manipulada por costosos aparatos de propaganda que penetran en todas nuestras casas y sistemas electorales que impiden que prospere la disensión. En nuestro país, instalado ya el bipartidismo, ambos son claramente capitalistas en su modelo económico. Tenemos que tener claro, por si hay alguien que no lo tenga, que con el modelo capitalista, ahora neoliberal, con o sin paños calientes de tipo social, es totalmente imcompatible con cualquier estrategia de cambio en la conciencia ambiental, sencillamente porque se basa en el crecimiento y no el desarrollo sostenible y como este modelo es el que impera en todo el mundo, todo el mundo es afectado por él.
A estos dos mitos unimos una cuestión antropológica: el cortoplacismo de nuestra psicología. Somos animales inteligentes pero todavía arrastramos el atabismo del cortoplacismo. Las medidas ambientales suelen ser a largo plazo. Sabemos que en el año 2050 tendremos unas condiciones ambientales inaceptables para la vida humana y de muchas criaturas del plantea, pero preferimos ignorar este hecho porque lo vemos lejano, y nos aferramos al día a día. Está demostrado que sólo cuando la bomba estalla es cuando la gente reacciona, no cuando el problema es inminente, sino cuando el problema ya empieza a afectarnos de forma directa. Prefrimos actuar como la rana en el agua caliente.
Puede sonar a pesimista, pero creo que los que luchamos por cambiar estas cosas no debemos pecar de ingenuos y pensar en estrategias que realmente sean efectivas, sin dejar a un lado que lo que se necesita es un cambio radical de perspectiva, de modelo económico y de modelo social. Tenemos mucho que hacer para alertar a los que están ahora en el agua caliente y aún no se han quemado. Tenemos que hacerlo, porque peor es quedarse con los brazos cruzados.
Salud y fuerza
Rafael
No podemos quedarnos con los brazos cruzados
Estimado amigo,
Tus reflexiones podrían sonar a derrotismo, pero sabemos que no es así, muy al contrario: el último párrafo de tu comentario lo deja bien claro. Es preciso denunciar esos mitos (nosotros les denominamos obstáculos) y salir al paso de la creencia tranquilizadora (y por tanto desmovilizadora) de que los cambios necesarios son fáciles de lograr. Sería iluso pensar que el logro de sociedades sostenibles es una tarea simple. Se precisan cambios profundos que explican el uso de expresiones como “revolución energética”, “revolución del cambio climático”, etc. Mayor Zaragoza ha insistido en la necesidad de una profunda revolución cultural y la ONG Greenpeace ha acuñado la expresión [r]evolución por la sostenibilidad, que nos parece particularmente acertada al unir los conceptos de revolución y evolución: revolución para señalar la necesidad (a la que tú haces también referencia) de cambio profundo, radical, en nuestras formas de vida y organización social; evolución para puntualizar que no se puede esperar tal cambio como fruto de una acción concreta, más o menos acotada en el tiempo.
Dicha [r]evolución por un futuro sostenible exige de todos los actores sociales romper con creencias, actitudes y comportamientos profundamente enraizados como los que tú denuncias:
• romper con planteamientos puramente locales y a corto plazo, porque los problemas sólo tienen solución si se tiene en cuenta su dimensión glocal (a la vez local y global);
• romper con la indiferencia hacia un ambiente considerado inmutable, insensible a nuestras “pequeñas” acciones; esto es algo que podía considerarse válido mientras los seres humanos éramos unos pocos millones, pero ha dejado de serlo con más de 6700 millones;
• romper con la negación de la propia responsabilidad: lo que cada cual hace –o deja de hacer- como consumidor, profesional y ciudadano tiene importancia;
• romper con la búsqueda de soluciones que perjudiquen a otros: hoy ha dejado de ser posible labrar un futuro para “los nuestros” a costa de otros; los desequilibrios no son sostenibles;
• …
Esta [r]evolución, repetimos, no es fácil, pero es necesaria y es todavía posible. Y aquí tocamos otro obstáculo fundamental: pensar que es casi imposible hacer algo efectivo. Ese derrotismo se convierte en un elemento aún más desmovilizador que pensar que los cambios son fáciles. Y la verdad es que tenemos ejemplos de importantes logros. Recordemos uno relativamente reciente: el acuerdo mundial para la sustitución de los compuestos clorofluorcarbonados que destruyen la capa de ozono. La convergencia de estudios científicos rigurosos y de movimientos ciudadanos que exigieron se les prestara la debida atención, lograron superar las resistencias basadas en intereses particulares a corto plazo.
Hay obstáculos serios, es verdad, pero también tendencias positivas que debemos impulsar, que estamos impulsando. Como bien dices, tenemos mucho que hacer y tenemos que hacerlo. Gracias, Rafael.
Estrategias que realmente sean efectivas
Gracias Rafael. Tu aportación me ahorra argumentar en el mismo sentido. Ser realista hoy nos conduce sin duda al pesimismo. Las cosas están muy mal y creo que van a estarlo mucho peor año tras año, no sé si poco a poco o quizá en forma progresivamente más acelerada. Creo que esta es una visión realista del proceso que estamos viviendo. Un proceso de degradación ambiental, económica y social de carácter global que la mayor parte de la población sólo vislumbra en alguna de sus manifestaciones y vive todavía con cierta despreocupación e impotencia (sólo hay que ver los resultados de las encuestas sobre la percepción social de aspectos preocupantes).
Es evidentemente que aún no se se comparte la idea de que estamos viviendo una situación de auténtica emergencia planetaria que exigiría cambios y actuaciones globales de enorme magnitud y dificultad. ¿Cómo evitar que \»los mercados\» (el poder financiero) sigan imponiendo el modelo económico y social imperante? ¿Es posible que en las sociedades democráticas actuales se configuren mayorías parlamentarias y gobiernos que desarrollen leyes y políticas concretas que se dirijan realmente a la sostenibilidad global y, por ello, se opongan a los intereses del poder financiero mundial? ¿Podemos confiar en que las escuelas vayan a asumir, con o sin currículos gubernamentales dirigidos a ello, los postulados de una adecuada y eficiente educación para la sostenibilidad? ¿Qué es necesario que ocurra para que los ciudadanos del mundo se sientan realmente amenazados en sus vidas y en las de sus hijos, comprendan el origen de los problemas y actúen coordinadamente para lograr los cambios necesarios?
De acuerdo con Daniel, Amparo, Rafael y otros participantes anteriores en que no podemos quedarnos sin hacer nada y hay que actuar para lograr esos cambios. Cambios en las leyes que permiten y promueven la situación actual; cambios en los organismos mundiales y en las relaciones entre países; cambios en el modelo de relación humana con el resto del planeta; cambios en la distribución de la población en los territorios; en el trabajo y los salarios; en las políticas de natalidad; en el consumo; en los hábitos de vida personales, … Pero si pensamos en estrategias realmente efectivas, es evidente que tanto la educación como la acción política (internacional, nacional y local), sindical, de organizaciones de consumidores, redes sociales en Internet, O.N.Gs, iniciativas como Wikileaks, etc., etc., tienen que aportar a una acción conjunta y de alguna forma coordinada y capaz de resistir y enfrentarse al enorme poder del establishment, que no duda en abolir la democracia y la libertad personal de pensamiento, actuación y comunicación, cuando se siente amenazado.
Mi esperanza, quizá ingenua, reside en el hecho de que el mantenimiento del modelo económico-social imperante se basa, en último término, en el mantenimiento de la producción y el consumo compulsivo en los grupos humanos. En la medida en que se pueda llegar a ser capaces de alterar y reorientar significativamente y con intencionalidad política las pautas de consumo dispondríamos de uno de los principales instrumentos de poder real para producir los cambios necesarios. Y en el ámbito de la participación política, el crecimiento y fortaleza de organizaciones de nuevo cuño y orientación, como puede ser Equo y algunos partidos y grupos verdes actuales, quizá pueda también contribuir a la fortaleza y articulación de un movimiento de resistencia y activismo contra la peste negra que nos dirige al desastre.
Podemos hacer mucho juntos, pero es difícil. No sé si el narcótico social que se nos administra logrará que la mayoría permanezca impasible como la rana o se producirá el salto necesario, en último término, cuando la degradación ambiental y de las condiciones de vida se vaya haciendo más evidente y penosa. Nos esperan años difíciles, pero no la resignación.
Optimismo cauteloso
Tus argumentos, amigo Pedro, como los de Rafael Yus y de tantos otros, tienen una sólida fundamentación científica: ya hemos hecho referencia a estudios como los de Jared Diamond, recogidos en su libro Colapso (Editorial Debate, Barcelona 2006), en el que analiza el repentino colapso que sufrieron sociedades como la de la Isla de Pascua o los Anasazi, mostrando su semejanza con la situación actual, ahora a nivel planetario. Pero el propio Diamond señala que existe una diferencia fundamental entre la situación actual y la existente en esas sociedades que colapsaron: ahora tenemos conocimientos que nos permiten prever lo que puede suceder y actuar para evitarlo. No resistimos la tentación de transcribir un breve fragmento de su libro (página 674 de la edición española):
“La gente que se deprime cuando piensa en estas cosas a menudo me pregunta: ‘Jared, ¿eres optimista o pesimista respecto al futuro del mundo?’. Yo les respondo: ‘Soy un optimista cauteloso’. Con ello quiero decir que, por una parte, reconozco la gravedad de los problemas a los que nos enfrentamos (…) Esa es la razón por la que decidí dedicar la mayor parte de los esfuerzos de mi carrera en esta etapa de mi vida a convencer a las personas de que tenemos que tomarnos muy en serio nuestros problemas, ya que de lo contrario no desaparecerán. Por otra parte, conseguiremos resolver nuestros problemas… si decidimos hacerlo. Esta es la razón por la que mi esposa y yo decidimos tener hijos (…) porqué sí veíamos motivos para la esperanza”.
Algo que viene en nuestra ayuda es el hecho de que los problemas de degradación socioambiental nos van a afectar a todos… incluidos quienes detentan el poder y apuestan por su beneficio particular. También ellos tienen hijos y no desearán verlos sufrir. Aunque solo sea por egoísmo terminarán comprendiendo la necesidad de actuar para crear las condiciones de un futuro sostenible; porque, como ha expresado el teólogo brasileño Leonardo Boff con una brillante metáfora, \»Esta vez o nos salvamos todos o nos perdemos todos. Esta vez no habrá un arca de Noé para preservar unos pocos\».
El futuro no está escrito: ni el colapso ni el logro de sociedades sostenibles. Depende todavía de nosotros. Y no vamos a resignarnos.
Para uma Intervenção
Queridos Amigos, Amparo e Daniel:
É com ACÇÕES como esta – Foro CTS – que se pode alargar e aumentar o nível de conscientização sobre a \»emergência planetária\», de que a sustentabilidade ambiental é uma parte do Problema. Este é bem mais vasto e profundo, local e global, tendo sempre como central a tentativa de equilíbrio Homem-Natureza. De facto, não restam dúvidas que a acção antrópica acelera os processos biológicos, químicos, geológicos… que são uma vertente fundamental para a (re)solução de muitos, muitos problemas. Equacioná-los é uma resposta, em muitos casos, necessária e imediata – sem nos perdermos em detalhes, no longo caminho a percorrer. Assim, de todo o foro se retira, desde já,a multilicidade de vertentes de análise e de tomadas de posição para uma acção consequente e duradoura. Todas são necessárias. A mim, parece-me, que a vertente política no seu sentido mais amplo e ao mais alto nível (global) conjugada com uma forte educação de base para a cidadania, que importa intensificar em todas as latitudes, ajudaria a contribuir para uma mudança qualitativa no estado a que chegou a CASA de TODOS NÓS. Do macro ao micro, ou seja, das instituições supranacionais, passando pelas nacionais até a uma cidadania activa, a abordagem tem de ser sistémica. Exigem-se compromissos para uma mudança no pensar-agir. Uma nova ATITUDE a partir de outros valores na acção e não já os que hoje são praticados em muitos países – de todos conhecidos. Pede-se, pois,o fim da depradação a todos os níveis, que se tornou não só eticamente deplorável, mas também moralmente reprovável. Existe um sinal vermelho que nos diz: BASTA!.
Bem hajam pela oportunidade, com este FORO, com TODOS, de nos tornarmos mais CIDADÂOS DO MUNDO.
Desastre Amazonico
Caros amigos,
O Presidente do IBAMA se demitiu ontem sob forte pressão para permitir a construção do desastroso Complexo Hidrelétrico de Belo Monte, que iria devastar uma área imensa da Amazônia e expulsar milhares de pessoas. Proteja a Amazônia seus povos e suas espécies — assine a petição para Presidente Dilma contra a barragem e pedindo eficiência energética:
O Presidente do IBAMA se demitiu ontem devido à pressão para autorizar a licença ambiental de um projeto que especialistas consideram um completo desastre ecológico: o Complexo Hidrelétrico de Belo Monte.
A mega usina de Belo Monte iria cavar um buraco maior que o Canal do Panamá no coração da Amazônia, alagando uma área imensa de floresta e expulsando milhares de indígenas da região. As empresas que irão lucrar com a barragem estão tentando atropelar as leis ambientais para começar as obras em poucas semanas.
A mudança de Presidência do IBAMA poderá abrir caminho para a concessão da licença – ou, se nós nos manifestarmos urgentemente, poderá marcar uma virada nesta história. Vamos aproveitar a oportunidade para dar uma escolha para a Presidente Dilma no seu pouco tempo de Presidência: chegou a hora de colocar as pessoas e o planeta em primeiro lugar. Assine a petição de emergência para Dilma parar Belo Monte – ela será entregue em Brasília, quando conseguirmos 150.000 assinaturas:
https://secure.avaaz.org/po/pare_belo_monte/?vl
Abelardo Bayama Azevedo, que renunciou à Presidência do IBAMA, não é a primeira renúncia causada pela pressão para construir Belo Monte. Seu antecessor, Roberto Messias, também renunciou pelo mesmo motivo ano passado, e a própria Marina Silva também renunciou ao Ministério do Meio Ambiente por desafiar Belo Monte.
A Eletronorte, empresa que mais irá lucrar com Belo Monte, está demandando que o IBAMA libere a licença ambiental para começar as obras mesmo com o projeto apresentando graves irregularidades. Porém, em uma democracia, os interesses financeiros não podem passar por cima das proteções ambientais legais – ao menos não sem comprarem uma briga.
A hidrelétrica iria inundar 100.000 hectares da floresta, impactar centenas de quilômetros do Rio Xingu e expulsar mais de 40.000 pessoas, incluindo comunidades indígenas de várias etnias que dependem do Xingu para sua sobrevivência. O projeto de R$30 bilhões é tão economicamente arriscado que o governo precisou usar fundos de pensão e financiamento público para pagar a maior parte do investimento. Apesar de ser a terceira maior hidrelétrica do mundo, ela seria a menos produtiva, gerando apenas 10% da sua capacidade no período da seca, de julho a outubro.
Os defensores da barragem justificam o projeto dizendo que ele irá suprir as demandas de energia do Brasil. Porém, uma fonte de energia muito maior, mais ecológica e barata está disponível: a eficiência energética. Um estudo do WWF demonstra que somente a eficiência poderia economizar o equivalente a 14 Belo Montes até 2020. Todos se beneficiariam de um planejamento genuinamente verde, ao invés de poucas empresas e empreiteiras. Porém, são as empreiteiras que contratam lobistas e tem força política – a não ser claro, que um número suficiente de nós da sociedade, nos dispormos a erguer nossas vozes e nos mobilizar.
A construção de Belo Monte pode começar ainda em fevereiro.O Ministro das Minas e Energia, Edson Lobão, diz que a próxima licença será aprovada em breve, portanto temos pouco tempo para parar Belo Monte antes que as escavadeiras comecem a trabalhar. Vamos desafiar a Dilma no seu primeiro mês na presidência, com um chamado ensurdecedor para ela fazer a coisa certa: parar Belo Monte, assine agora:
https://secure.avaaz.org/po/pare_belo_monte/?vl
Acreditamos em um Brasil do futuro, que trará progresso nas negociações climáticas e que irá unir países do norte e do sul, se tornando um mediador de bom senso e esperança na política global. Agora, esta esperança será depositada na Presidente Dilma. Vamos desafiá-la a rejeitar Belo Monte e buscar um caminho melhor. Nós a convidamos a honrar esta oportunidade, criando um futuro para todos nos, desde as tribos do Xingu às crianças dos centros urbanos, o qual todos nós podemos ter orgulho.
Com esperança
Ben, Graziela, Alice, Ricken, Rewan e toda a equipe da Avaaz
Fontes:
Belo Monte derruba presidente do Ibama:
http://colunas.epoca.globo.com/politico/2011/01/12/belo-monte-derruba-presidente-do-ibama/
Belo Monte será hidrelétrica menos produtiva e mais cara, dizem técnicos:
http://g1.globo.com/economia-e-negocios/noticia/2010/04/belo-monte-sera-hidreletrica-menos-produtiva-e-mais-cara-dizem-tecnicos.html
Vídeo sobre impacto de Belo Monte:
http://www.youtube.com/watch?v=4k0X1bHjf3E
Uma discussão para nos iluminar:
http://www.estadao.com.br/estadaodehoje/20101224/not_imp657702,0.php
Questão de tempo:
http://oglobo.globo.com/economia/miriam/posts/2011/01/13/questao-de-tempo-356318.asp
Dilma: desenvolvimento com preservação do meio ambiente é \»missão sagrada\»:
http://www.pernambuco.com/ultimas/nota.asp?materia=20110101161250&assunto=27&onde=Politica
Em nota, 56 entidades chamam concessão de Belo Monte de \’sentença de morte do Xingu\’:
http://oglobo.globo.com/economia/mat/2010/08/26/em-nota-56-entidades-chamam-concessao-de-belo-monte-de-sentenca-de-morte-do-xingu-917481377.asp
Marina Silva considera \’graves\’ as pressões sobre o Ibama:
http://www.estadao.com.br/noticias/economia,marina-silva-considera-graves-as-pressoes-sobre-o-ibama,475782,0.htm
Segurança energética, alternativas e visão do WWF-Brasil:
http://assets.wwfbr.panda.org/downloads/posicao_barragens_wwf_brasil.pdf
Físico
Suscribo la frase \»emergencia planetaria\». Al hacerlo tengo en cuenta que es impostergable la presión democrática de todos para, sobre la base de profundos cambios en la tecnología y la sociedad, evitar una posible catástrofe ecológica. En mi modesta opinión, no obstante los debates, las líneas generales de las trasformaciones tecnológicas están claras. Pero la realización de esas transformaciones requiere, desde mi punto de vista, cambios estructurales en la sociedad. Si esto es así, el mismo principio de precaución aplicado a la influencia del hombre sobre la naturaleza ha de ser considerado en relación con la propia sociedad. Surgen entonces las preguntas: ¿Elabora o ha esclarecido ya la investigación social estrategias científicas que posibiliten esos cambios estructurales? ¿Cuál puede ser el alcance de los mismos? Téngase en cuenta que, en nombre de las buenas intenciones se han producido catástrofes sociales para muchos imprevistas.
Necesaria visión holística de problemas y desafíos
Caro amigo Joao,
Tu contribución está llena de sugerencias para profundizar en el tratamiento de la situación de emergencia planetaria. Señalas acertadamente, en primer lugar, que esta situación de emergencia va más allá de la (in)sustentabilidad de los actuales procesos de degradación del medio ambiente físico. Es importante insistir en ello, porque a menudo la atención se centra en un problema concreto, como el cambio climático, sin duda importante, pero se olvida que hemos de hacer frente a un conjunto de problemas socioambientales estrechamente vinculados y que se potencian mutuamente, por lo que el tratamiento ha de ser sistémico.
Tu reflexión nos anima a sintetizar brevemente esta problemática global:
• Una contaminación pluriforme y sin fronteras que envenena suelos, ríos, mares y aire, y que está provocando un acelerado cambio climático qué amenaza con hacer inhabitable nuestro planeta.
• El agotamiento y destrucción (debida, en buena medida, a la contaminación) de todo tipo de recursos, desde los energéticos a los bancos de pesca, los bosques, las reservas de agua dulce y el mismo suelo cultivable, dando lugar a una creciente desertización y pérdida de diversidad biológica.
• Una urbanización acelerada y desordenada que potencia los efectos de la contaminación (generada por el transporte, calefacciones, etc.) y el agotamiento de recursos (con la destrucción de terrenos agrícolas, el aumento de los tiempos de desplazamiento y consiguiente consumo de recursos energéticos).
• La degradación generalizada de los ecosistemas (bosques, praderas, glaciares y casquetes polares, humedales, arrecifes de coral…), debido a la contaminación e incremento del efecto invernadero, la explotación intensiva, los incendios, la urbanización incontrolada… Una degradación que va acompañada del aumento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos extremos (sequías, huracanes, inundaciones, avalanchas de barro…), de pérdida de biodiversidad y creciente desertización y que afecta particularmente a los millones de seres humanos que son víctima de una pobreza extrema.
• Desequilibrios insostenibles entre una quinta parte de la humanidad abocada a un consumo sin control, vinculado a un crecimiento económico depredador, y miles de millones de personas que sufren hambre y condiciones de vida insoportables, mientras sigue creciendo la población mundial, más allá de la capacidad de carga del planeta, ante la falta de políticas educativas adecuadas para hacer posible una maternidad y paternidad responsables.
• Como consecuencia de este conjunto de problemas, en los que subyace la búsqueda de beneficios particulares a corto plazo sin atender a sus consecuencias, nos enfrentamos a conflictos de todo tipo, desde guerras devastadoras -a menudo asociadas al afán de controlar materias primas- a actividades de las mafias y empresas transnacionales (que imponen sus intereses particulares escapando a todo control democrático), terrorismos, “limpiezas étnicas” y destrucción de la diversidad cultural (un patrimonio de la humanidad constantemente amenazado)…
Esta es la problemática poliédrica a la que hemos de hacer frente con acciones educativas, tecnocientíficas y políticas también vinculadas entre sí, que respondan a un planteamiento sistémico, con planificaciones a largo plazo y a la revisión de valores fundamentales. Como tú enfatizas, todas son necesarias.
Paremos Belo Monte: ¡No a una mega central hidroel
Amiga Ana Paula,
Hemos entrado en https://secure.avaaz.org/po/pare_belo_monte/?vl y hemos firmado la petición para que no se construya el complejo hidroeléctrico de Belo Monte. Según los estudios realizados, que usted nos recuerda, este complejo “iria cavar um buraco maior que o Canal do Panamá no coração da Amazônia, alagando uma área imensa de floresta e expulsando milhares de indígenas da região”.
Estamos aquí ante un grave ejemplo más de apuesta por los intereses a corto plazo que nos aleja de la sustentabilidad. La ONG Avaaz está recogiendo decenas de millares de firmas (¡pronto superarán las 200000!) en contra del proyecto. Nos sumamos a esta iniciativa de todo corazón. ¡Contribuyamos a su difusión!
La tercera revolución industrial
Estimado Rolando,
Planteas una cuestión realmente esencial acerca de la necesidad de cambios estructurales… pero sin ignorar que “en nombre de las buenas intenciones se han producido catástrofes sociales para muchos imprevistas”. Ello te lleva a preguntarte y a preguntarnos a todos: “¿Elabora o ha esclarecido ya la investigación social estrategias científicas que posibiliten esos cambios estructurales? ¿Cuál puede ser el alcance de los mismos?”.
Nadie cree hoy en las soluciones milagro: se conoce demasiado bien la complejidad de la situación. Pero algunos cambios necesarios van quedando claros; cambios que tienen que ver con el principio de precaución al que tú haces referencia. Por ejemplo, la necesidad de que la economía internalice los costes socioambientales de los proyectos y se tengan en cuenta sus repercusiones a medio y largo plazo antes de aprobarlos. Ese principio de precaución exige, por ejemplo, poner en marcha ya una estrategia de sustitución de los combustibles fósiles por fuentes limpias y renovables de energía. Pero ello comporta todo un proceso de cambio que ha sido designado como Tercera Revolución Industrial y que conlleva una completa transformación del sistema productivo y de las relaciones sociales. Merece la pena leer a este respecto el libro de Jeremy Rifkin La civilización empática. La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis (Barcelona: Paidós, 2010). Su título ya nos informa de que se está hablando de bastante más que de la substitución de los combustibles fósiles.
En estudios como este de Riffkin o como el que Jeffrey Sachs presenta en Economía para un planeta abarrotado (Barcelona: Debate, 2008), encontramos propuestas fundamentadas y coherentes para reorientar los cambios estructurales que hagan posible un futuro sustentable mediante una [r]evolución cultural, tecnocientífica y política (ver http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=000) que reconoce la necesidad de cambios profundos (revolución), pero adoptados con garantías (evolución cuidadosa con los ritmos y posibles repercusiones). Como ves, si hay elaboraciones serias que van en la dirección que tú planteas.
Es preciso, como tú reclamas, tener presente los peligros de los intentos bienintencionados de profundos cambios estructurales. Pero también es preciso reconocer que el principal peligro –bienintencionado o no- está hoy en dejar podrir la situación, en no empezar a actuar con medidas que son ya inaplazables, como el urgente acuerdo vinculante y justo de reducción de los gases de efecto invernadero que reclama toda la comunidad científica y que los ciudadanos y ciudadanas debemos apoyar.
Emergencia planetaria-Inteligencia planetaria
Me parece interesante un concepto que puede pecar de demasiado utópico pero que al fin y al cabo es algo bastante lógico. Se trata de una idea sacada del programa \»Redes\» de Eduardo Punset, que como muchos sabreis, se trata de uno de los pocos programas televisivos de divulgación científica que tenemos en España. La idea en cuestión se podría resumir, a mi parecer, en que no se debe entender la respuesta al cambio climático como la renuncia al desarrollo socioeconómico,sino que conservación del planeta y desarrollo son dos conceptos íntimamente unidos. El hombre solo es una pequeña parte de un \»todo\»: el planeta que es su hogar, aunque el hecho de que en la sociedad actual estemos más distanciados de la Tierra y no conozcamos el proceso productivo de muchas de las cosas que usamos en la vida cotidiana haga que tengamos que hacer un esfuerzo extra para comprenderlo.
En el programa nº57 de REDES http://www.redesparalaciencia.com/2700/redes/2010/redes-57-cambiar-el-cerebro-para-cambiar-el-mundo
Punset entrevista al psicólogo Daniel Goleman. El autor del libro \»Inteligencia ecológica\» lanza la idea de que cada producto que consumimos lleve un etiquetado transparente en el que se refleje el efecto que tiene sobre en entorno su fabricación, transporte y destrucción así como las condiciones laborales de las personas que están implicadas en su fabricación. De este modo el consumidor será responsable de cada una de sus elecciones y las empresas tendrán que adaptarse a las exigencias del público si quieren seguir siendo competitivas.
Desconozco si esta idea es realmente aplicable, pero a mi parecer representa un camino hacia la sostenibilidad.
Buscando más información al respecto encontré una web estadounidense en la cual se analizan miles de productos y marcas en cuanto su efecto sobre la salud, entorno y sociedad: http://www.goodguide.com
De nuevo, desconozco la fiabilidad y exactitud de esta información pero considero que puede ser un camino a seguir, y que el uso responsable de la información puede hacernos sentir mucho más valiosos y capaces de influir en nuestro propio destino y el de \»nuestra casa\».
Comercio Justo
Estimada Vanea,
La propuesta a la que haces referencia, de un etiquetado de los productos “en el que se refleje el efecto que tiene sobre el entorno su fabricación, transporte y destrucción, así como las condiciones laborales de las personas que están implicadas en su fabricación” conecta con la idea del comercio justo (fair-trade), que implica producir y comprar productos con garantía de que han sido obtenidos con procedimientos sostenibles, respetuosos con el medio y con las personas, de acuerdo con normas internacionales homologadas. Esta garantía la proporciona una etiqueta o sello de “comercio justo”. Un ejemplo bien conocido es el café comercializado por la ONG Intermón Oxfam (www.IntermonOxfam.org) y producido por pequeños campesinos de Centroamérica y África utilizando métodos tradicionales de cultivo que respetan el medio natural. Estos campesinos reciben de la ONG precios más altos –más justos- por sus cosechas que los que pagan las grandes compañías, lo que les permite cubrir sus necesidades de alimentación, salud y educación, evitando la explotación infantil, etc. Comprar productos con el sello de comercio justo se convierte así en un acto solidario y una contribución a la sostenibilidad.
La apuesta por el comercio justo se va extendiendo a distintos productos y actividades a medida que crece la concienciación ciudadana por un consumo responsable (ver http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=08) y hoy la encontramos, por ejemplo, hasta en las empresas de turismo sostenible, que garantizan el respeto de los lugares naturales visitados.
Como puede ver, amiga Vanea, la propuesta de un etiquetado fiable es una excelente iniciativa que hemos de apoyar y dar a conocer, como usted ha hecho con su comentario. ¡Muchas gracias¡
Una posible causa de la falta de respuesta
En primer lugar quisiera valorar muy positivamente un debate como este que contribuye a avanzar en el conocimiento de los graves problemas a que debemos hacer frente. Por mi parte realizar tan solo algunas reflexiones en torno a lo que me pareció el tema inicial: la falta de respuesta de la mayor parte de la ciudadanía y responsables políticos a dichos problemas.
No solo se trata de una falta de respuesta. En mi opinión, actualmente la situación real es que de los 6700 millones de habitantes que poblamos la aldea global, hay una quinta parte \»privilegiada\» que consume recursos en exceso (y la mayoría de ellos quiere consumir más o no está dispuesta a ninguna \»rebaja\») y el resto aspira a imitarlos (y la mayoría de ellos se pone a la tarea de hacerlo en cuanto puede).
En una situación como la anterior, pocos gobernantes pueden atreverse a tomar decisiones que supongan frenar el consumo actual y enfadar no solo a la gran mayoría de sus votantes sino también a los poderosos mercados y a los medios de comunicación que les sirven.
El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la fusión del hielo, la superpoblación, la contaminación en todas sus formas, la desertificación, el aumento del nivel del mar, etc., son problemas relacionados entre sí y su solución requiere, como ya se ha dicho, un enfoque global y una revolución en el modelo económico actual de crecimiento continuo. Sin embargo los efectos de los problemas anteriores son, en general, lentos y por eso no se perciben por la mayoría de la población como una situación de verdadera emergencia planetaria en la que la humanidad de juega su futuro, provocando así esa preocupante falta de respuesta.
Cabe temer que haga falta un \»gran crack\» para que se produzca esa toma de conciencia ciudadana que obligue a desarrollar las necesarias medidas educativas, políticas y científico-tecnológicas. El problema es que, con o sin crack, las decisiones lleguen tan tarde que los cambios sean ya irreversibles.
Dificultades… y tendencias positivas
Es cierto, amigo Jaime, que la mayor parte de los seres humanos no parece lo suficientemente preocupada por la situación de degradación socioambiental como para renunciar a las “ventajas” del máximo consumo o dejar de aspirar al mismo. Los peligros no parecen tan serios cuando (¡aparentemente!) no nos afectan directamente. Cabe por ello temer –como tú apuntas- que haga falta un “gran crack” para que se movilice la ciudadanía. El problema estriba en que ese gran cataclismo, además del enorme sufrimiento que produciría, podría ser irreversible y, como han señalado algunos expertos, conducir al colapso de nuestra especie.
Ahora bien, la pregunta que debemos plantearnos es: ¿estamos realmente condenados a seguir con nuestros comportamientos suicidas? ¿No es posible lograr antes un clima de implicación ciudadana para la adopción de las medidas necesarias? La respuesta de la comunidad científica, como bien sabes, es que sí, y que debemos esforzarnos en logarlo. Recordemos, por ejemplo, el llamamiento realizado a fines del siglo XX por Jane Lubchenco, como Presidenta de la más importante asociación científica mundial, tanto por el número de miembros como por la cantidad de premios Nobel y científicos de alto nivel que forman parte de la misma, la American Association for the Advancement of Science (AAAS). Lubchenko reclamaba que el siglo XXI fuera, para la ciencia, para todas las ciencias, el siglo del medio ambiente y que la comunidad científica “reorientara su maquinaria” hacia la resolución de los problemas que amenazan el futuro de la humanidad. Y en 2007, un nuevo Presidente de la AAAS, John Holdren, reiteraba la necesidad de acciones urgentes “to build a sustainable future”. Necesidad y posibilidad de medidas urgentes en las que insistía el IV Informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de 2007.
Llamamientos similares se han dirigido a los educadores de todas las áreas y niveles, culminando con la institución, a la que ya nos hemos referido en estos comentarios, de la Década de la educación por un futuro sostenible para el periodo 2005-2014 (www.oei.es/decada). Y también la ciudadanía más informada se está movilizando a través de ONG y de su acción política.
Debemos reconocer las tremendas dificultades para crear un clima generalizado de implicación ciudadana capaz de imponer a los responsables políticos la adopción de las medidas necesarias. Pero no debemos minusvalorar los factores positivos: la acción concertada de la comunidad científica, de los educadores y de los movimientos ciudadanos puede modificar el clima social, superando las dificultades.
Nuestras preguntas y reflexiones deben ir dirigidas, pues, a ver qué podemos hacer para sobrepasar esas dificultades. Y algo esencial es comprender –y hacer comprender- que no se están proponiendo sacrificios y renuncias que nos condenen a una vida sin alicientes, sino cambios que amplían y garantizan el bienestar de los seres humanos mediante un Nuevo Acuerdo Verde, Global y Solidario, con medidas fundamentadas que encontramos descritas en libros como el de Jeremy Rifkin La civilización empática. La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis (Barcelona: Paidós, 2010) o el de Jeffrey Sachs Economía para un planeta abarrotado (Barcelona: Debate, 2008) y tantos otros. Medidas encaminadas a promover un uso eficiente de recursos renovables, un cambio en la concepción del desarrollo que permita integrar en el mismo el factor esencial de la sostenibilidad. Sachs (2008) señala en su libro citado que el reto definitorio del siglo XXI será afrontar la realidad de que la humanidad comparte un destino común en un planeta superpoblado y ese destino común exigirá nuevas formas de cooperación global.
Como escribe el escritor franco-libanés Amin Maalouf en El desajuste del mundo (Madrid: Alianza, 2009, páginas 206-207), “… si deseamos disfrutar durante mucho tiempo y con plenitud de cuanto nos brinda la vida, no nos queda más remedio que modificar nuestra forma de comportamiento. No para mermar nuestra paleta de sensaciones, sino, más bien, para ampliarla, para enriquecerla, para buscar otras satisfacciones…”. Maaluf apunta así al saber, “un universo inconmensurable”, a “la cultura como una disciplina de supervivencia”. Sin olvidar, añadimos nosotros, la satisfacción de participar en acciones transformadoras por un futuro sostenible.
Vivimos, ciertamente, en un mundo en crisis. Pero crisis significa también oportunidad y sobre todo posibilidad de hacer emerger algo nuevo y mejor. Ese es nuestro gran reto, más allá de lamentos y desánimos.
¿Desastres naturales?
La web de la Década de la educación por un futuro sostenible (www.oei.es/decada) acaba de incorporar su boletín número 59, con el título “¿Hasta cuándo vamos a mirar hacia otro lado?”. Reproducimos aquí su contenido porque aporta reflexiones de interés para nuestro debate:
Leemos en la prensa que Brasil vive estos días el peor desastre natural de su historia. Y se escriben cosas parecidas sobre Australia. ¿Desastres naturales?
¿Lo fue también la ola de calor sufrida este pasado verano por Rusia o por Estados Unidos? Nueva York registró la temperatura más alta de su historia. Rusia sufrió los peores incendios que se recuerdan.
¿Y qué decir de las inundaciones en Perú, Colombia, Venezuela, Portugal, Filipinas, México, Polonia, China, Corea del Norte, Pakistán…? Entre China y Corea hubo que evacuar 100000 personas. En Pakistán –donde se alcanzaron los 53.7ºC, la temperatura más alta jamás registrada en Asia- la crecida del Indo provocó más de 1600 muertos y 6 millones de desplazados. A ello hay que añadir otros fenómenos extremos: olas de frío, terribles heladas, numerosos tornados y huracanes, deslizamientos de tierras, etc. Todo ello acompañado de un deshielo acelerado de glaciares que pone en peligro el aprovisionamiento de agua en amplias zonas del planeta.
Durante 2010 se registraron más de 750 fenómenos meteorológicos extremos en el plantea, marcándose así un nuevo record de magnitud, frecuencia y alcance de estos fenómenos. De hecho, según los informes del PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) su número e intensidad no han hecho más que crecer estas últimas décadas. ¿Hasta cuándo vamos a aceptar que son fenómenos “naturales”… que los miles de muertos, los millones de personas sin hogar y las graves pérdidas económicas son fruto de un destino inevitable, provocado por las meras fuerzas de la naturaleza?
Sabemos que no es así: no son desastres naturales, sino catástrofes anunciadas, fruto conjunto de un cambio climático que se intensifica y de una pobreza extrema que obliga a vivir en zonas inapropiadas. ¿Hasta cuándo, pues, vamos a seguir mirando hacia otro lado? ¿Vamos a esperar a que los desastres nos afecten aún más directamente? ¿Vamos a seguir aceptando que primen miopes intereses particulares a corto plazo?
Es tiempo de reaccionar y de ayudar a reaccionar. De exigir colectivamente la adopción urgente de medidas. Contra el cambio climático. Contra la pobreza. Por el logro de los Objetivos del Milenio. Por un futuro sostenible.
Educadores por la sostenibilidad
Boletín Nº 59, 21 de enero de 2011
http://www.oei.es/decada/boletin059.php
Comprar, tirar, comprar,…La obsolescencia progra
Hace una semana vi en televisión española el documental con el título que he incorporado mas arriba. A pesar de conocer el tema, de haber hablado de el en muchas ocasiones, me impactó y creo que es importante divulgarlo.
Muestra el documental como el enorme desarrollo económico producido en el siglo XX en los paises del primer mundo, cuyo modelo se sigue potenciando tanto en estos paises como en los de economias emergentes, es un MODELO INSOSTENIBLE para el planeta.
El título refleja claramente el contenido: se ha seducido a los ciudadanos para comprar objetos cuya vida útil está programada. Se fabrican objetos de uso doméstico, para que queden inútiles u obsoletos (obsolescencia programada), o nos convencen de que se quedan obsoletos. Tirarlos y comprar otros nuevos es la solución. Consumir, tirar, consumir…Con muchos, muchos ejemplos, muy bien documentados, el documental muestra como el modelo que se ha seguido es INSOSTENIBLE: es una locura pensar en un crecimiento ilimitado en un planeta limitado. Un crecimiento que arrasa riquezas naturales, arrasa con biodiversidad, diversidad cultural, que nos conduce a pérdida de la calidad del aire que respiramos, de las aguas que bebemos (el que la tiene), que arrasa con \»valores\» de nuestra convivencia, … ¿es sostenible? ¿es racionalmente defendible?
Es necesario cambiar el modelo. Es necesario y urgente planificar un crecimiento que sea compatible con la conservación de nuestro planeta.
Es necesario y es posible. Los ejemplos que muestra el documental nos lo demuestran. Ahora bien, una premisa es necesaria: que los ciudadanos estemos concienciados de la necesidad de este cambio, que actuemos en la medida que podamos, que creemos estados de opinión para que los que tienen responsabilidades políticas actuen en la dirección de un DESARROLLO ECONÓMICO SOSTENIBLE que tenga en cuenta las consecuencias para el planeta. Hay estudios económicos que muestran no sólo que es posible el desarrollo en esa dirección, sino que además es el desarrollo realmente rentable, porque por el camino actual al terminar con las materias primas, por ejemplo, se termina el \»negocio\» ¿no?
Yo enseño física y Química en un instituto de enseñanza secundaria. Trato de contribuir, tanto en mis clases como en otras actividades programadas, a que mis estudiantes se informen y tomen conciencia de los problemas en que se encuentra el planeta para poder actuar responsablemnte como ciudadanos.
En mi blog del instituto donde subo los ejercicios, problemas, actividades de la clase,… tambien subo documentales como este para que los estudiantes lo vean y después abrir un debate en clase.
Os invito a ver el documental. Mirad donde acaban todos esos objetos \»inservibles\» del consumismo desaforado. Aquí os pongo el enlace donde lo he encontrado
http://www.rtve.es/noticias/20110104/productos-consumo-duran-cada-vez-menos/392498.shtml
Reorientar la educación
Después de haber leído aportaciones, análisis, propuestas de tanto interés, participar en este debate se me antoja un tanto innecesario… ¡tienes la impresión de que ya se ha hablado de todo!
Aún así voy a aportar mi reflexión, relacionada con lo que podemos (y debemos) hacer. Quiero poner el énfasis en las soluciones a los graves problemas de los que habéis dado cuenta quienes habéis escrito en este foro.
Y en esto tampoco nada nuevo que decir, pero sí suscribir: se necesitan medidas tanto de tipo individual como colectivo, medidas provenientes tanto del ámbito científico-tecnológico como del político y del educativo. Todas son necesarias y de ninguna de ellas vendrá la solución a la situación crítica en que nos encontramos.
El énfasis quiero ponerlo en las medidas educativas. Así como la científica Lubchenko, ya citada por Amparo y Daniel, reclamaba que el siglo XXI fuera, para la ciencia, el siglo del medio ambiente y que la comunidad científica “reorientara su maquinaria” hacia la resolución de los problemas que amenazan el futuro de la humanidad, en los últimos años se han sucedido llamamientos para introducir, en todos los espacios educativos, el estudio de los problemas que amenazan el futuro de la humanidad y las medidas necesarias para la construcción de un futuro sostenible.
Quienes nos dedicamos a la educación, en cualquiera de sus variantes, debemos también \»reorientar\» nuestra tarea. No es posible seguir por más tiempo sin considerar la situación en que nos encontramos y sin considerar, con quienes trabajamos, las medidas que cada una/o de nosotros, junto a otras personas, debemos poner en marcha. Debemos hacerlo a pesar de no poder conocer cuál será la situación en un futuro inmediato, y aún viendo que las decisiones y actuaciones de políticos nacionales, instituciones transnacionales, empresas multinacionales, etc. distan mucho de contribuir a los cambios que se necesitan. Y debemos hacerlo porque, conociendo la situación en la que nos encontramos, no podemos permitirnos no hacerlo. Y porque, asumiendo la incertidumbre del futuro, necesitamos pensar, como dice Edgar Morin, que \»lo improbable es posible\».
Contra el crecimiento depredador e insolidario
Amiga Isabel,
Compartimos tu valoración del documental “Comprar, tirar, comprar. La obsolescencia programada”. Basta buscar en Internet ese título y tenemos acceso al mismo, como tenemos acceso a “La hora 11”, el excelente documental producido por Leonardo di Caprio y a muchos otros documentales ofrecidos por ONGs como Ecologistas en Acción, Greenpeace, Intermón Oxfam y un largo etcétera. Y merece la pena difundirlos, como tú haces a través de tu blog, para dar lugar a debates con los alumnos y alumnas.
Compartimos también tu rechazo de un modelo económico –denunciado en el documental que recomiendas- basado en el crecimiento permanente (estimulado con publicidades engañosas y obsolescencias programadas). Tienes razón cuando afirmas que “es una locura pensar en un crecimiento ilimitado en un planeta limitado”. Por eso hay que denunciar los intentos de enfocar la salida a la actual crisis económica por la vía de volver al crecimiento, de seguir apoyando “un sistema asentado en el crecimiento económico como único mito, religión y objetivo a seguir”.
Estas últimas palabras están tomadas del texto de José Antonio Pascual Trillo que inaugura un nuevo debate, “Reflexiones sobre una crisis (insostenibilidad) mal entendida y peor enfrentada”, que esperamos nos ayude a profundizar en las características del nuevo modelo productivo que necesitamos para romper con el actual crecimiento depredador e insolidario.
A este nuevo debate nos remitimos, agradeciendo a quienes habéis ofrecido aquí vuestras reflexiones y propuestas para ayudar a comprender la actual situación de emergencia planetaria, sus causas y cómo contribuir a hacerle frente. Muchas gracias a todas y todos.
Hagamos posible lo que es necesario
Totalmente de acuerdo, amiga Josefina, en que los educadores debemos reorientar nuestra tarea para, como tú dices, “introducir, en todos los espacios educativos, el estudio de los problemas que amenazan el futuro de la humanidad y las medidas necesarias para la construcción de un futuro sostenible”. Y no hemos de olvidar que todas y todos somos educadores: también nuestros alumnos, también nuestros familiares y amigos. Con nuestras reflexiones, con nuestras reivindicaciones y, sobre todo, con nuestras acciones, todos educamos en nuestro entorno y podemos (y debemos) incidir en el ámbito político.
Quizás, después de todo, no sea tan improbable sentar las bases de un futuro sostenible. Permítenos que, parafraseando a Edgar Morin terminemos diciendo que “lo necesario es posible”. Contribuyamos a hacer real esa posibilidad.
la vision socio-ambiental
La visión socio-ambiental me parece que es la más correcta, ya que involucra al ser humano o por lo menos explicita la presencia de éste en los temas ecológicos, de los que a priori, parece excluido.
Es cierto que en el Sur, al que pertenezco, el medio ambiente parece competir con las personas a la hora de tomar decisiones y definir políticas. De hecho los ´90s con su ideología neoliberal nos legaron a los países latinoamericanos, amén de una serie de problemas ambientales y económicos, un problema social gravísimo de revertir. la destrucción del tejido social y la permeabilidad a un montón de flagelos, entre ellos la droga y la violencia.
De hecho el flagelo de la droga rebota sobre las economías más desarrolladas, como lo demuestran las tristes noticias que aparecen en los diarios en la actualidad.
Por ello, la visión socio ambiental parece la más correcta para abordar esta problemática
Cecilia
Medio ambiente humano
Su punto de vista es el de la comunidad científica: no tiene sentido hoy hablar de medio ambiente dejando fuera a la especie humana, tanto por la influencia que los seres humanos ejercemos (nuestra especie, por ejemplo, utiliza más del 40% de la producción fotosintética, es decir, casi tanto con el resto de todas las especies existentes), como por las repercusiones que los problemas ambientales tienen en nosotros.
La situación de emergencia planetaria, como hemos ido comentando, se caracteriza por una serie de problemas estrechamente vinculados que incluyen cuestiones sociales y que se potencian mutuamente como los insostenibles desequilibrios entre grupos humanos. Por esa razón cuando hablamos de medio ambiente conviene aclarar “en su sentido más amplio de medio ambiente humano”.
Ya nos hemos referido a la degradación de los ecosistemas que ha provocado y sigue provocando un crecimiento económico depredador que los países desarrollados han practicado sin tomar en consideración sus secuelas. Y el PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) recuerda que \»la pobreza suele confinar a los pobres que viven en el medio rural a tierras marginales, contribuyendo así a la aceleración de la erosión, al aumento de la vulnerabilidad ecológica, a los desprendimientos de tierras, etc.\». E insiste: \»La pobreza lleva a la deforestación por el uso inadecuado de la madera y de otros recursos para cocinar, calentar, construir casas y productos artesanales, privando así a los grupos vulnerables de bienes fundamentales y acelerando la espiral descendente de la pobreza y la degradación medioambiental\». En resumen, no somos únicamente los consumistas del Norte quienes degradamos el planeta: los habitantes del Tercer Mundo se ven obligados, hoy por hoy, a contribuir a esa destrucción, de la que son las principales y primeras víctimas: pensemos, por ejemplo, que se ha demostrado la relación directa y estrecha entre los procesos de desertificación (que produce hambrunas) y los alzamientos y revueltas populares en el mundo en desarrollo. Pero esta destrucción afectará cada vez más a todos. El PNUD lo ha expresado con nitidez: El bienestar de cada uno de nosotros también depende, en gran parte, de que exista un nivel de vida mínimo para todos.
La reducción de la pobreza y la universalización de los Derechos Humanos se convierten así en una necesidad absoluta para la supervivencia de la especie humana y aunque solo sea por “egoísmo inteligente” es preciso actuar, porque la prosperidad de un reducido número de países no puede durar si se enfrenta a la injusta extrema pobreza de la mayoría.
En definitiva, Cecilia, los problemas son socioambientales, como tú bien señalas.
AGUA FACTOR DE VIDA
Estoy de acuerdo con lo mencionado, es increíble como el capitalismo es capaz de devorar la tierra y todo lo que hay en ella.
Por eso una frase \»hemos acabado con la tierra, !pero que importa! moriremos ricos o habremos hecho lo que se nos a dado la gana\» porque ni ricos ni podres respetamos esta tierra que nos fue proporcionada para vivir.
Hoy tenemos una solución sencilla y practica para controlar el consumo y uso racional del agua en el mundo, donde nuestro recurso hidrico lo podríamos optimizar en un 80%, pero requiero de apoyo para poderlo poner al servicio del mundo.
Una nueva cultura
Apreciado Ismael, a lo largo de esta ya larga conversación hemos recordado que pese a la gravedad de la situación, los expertos insisten en que podemos darles solución: no tenemos demasiado tiempo, pero todavía estamos a tiempo y sabemos lo que hay que hacer, sabemos cuál es el conjunto de medidas tecnocientíficas, políticas y educativas necesarias para sentar las bases de un futuro sostenible. Son medidas que es necesario impulsar socialmente y, afortunadamente, existe una creciente atención a la situación de emergencia planetaria que permite concebir esperanzas. Pero sería iluso pensar que el logro de sociedades sostenibles será una tarea simple. Se precisan cambios profundos que explican el uso de expresiones como “nueva cultura del agua” “revolución energética”, “revolución del cambio climático”, “revolución cultural”… y, en definitiva [r]evolución para la sostenibilidad.
Nos remitimos una vez más al tema La sostenibilidad como [r]evolución cultural, tecnocientífica y política (accesible en http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=000) y, más en particular, por lo que se refiere al problema del agua, cuya importancia usted destaca, le recordamos que en http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=06 puede asomarse a las propuestas de una “Nueva cultura del agua”. Reproducimos aquí, para terminar, unos fragmentos de ese documento:
“Conviene destacar que las posibilidades técnicas para resolver muchos de los problemas que hemos ido mencionando ya están disponibles. Existen, por ejemplo, numerosas técnicas para determinar la calidad de las aguas, los elementos y compuestos tóxicos que pueden tener, los microcontaminantes, basadas en las orientaciones de la OMS de límites permitidos para el agua destinada a la alimentación. También hay tecnologías contrastadas de tratamiento de aguas residuales, depuración de vertidos industriales, etc. Hay tecnologías sostenibles que no sólo procuran disminuir la contaminación, sino que tratan de prevenir los problemas. Y existen unos principios básicos fundamentales recomendados para los proyectos tecnológicos de depuradoras, basados en la máxima reutilización de aguas limpias y semilimpias, reducción de caudales, separación inmediata de residuos donde se producen, sin incorporarlos a las corrientes de desagüe, para tratarlos separadamente, etc.
También en lo que se refiere a impedir el agotamiento de los recursos de todo tipo (aguas subterráneas, bancos de pesca…) las técnicas y los planes de actuación ya están previstos y cuentan con formas de control extremadamente fiables, que van desde la vigilancia vía satélite al análisis genético de las capturas.
Por otra parte, estudios fiables de muy diversa procedencia (PNUD, Banco Mundial…) han mostrado que con inversiones relativamente modestas –apenas 9000 millones de dólares- habría agua y saneamiento para todos. En realidad bastaría con el 5% del gasto militar para lograr la reducción de la pobreza extrema con sus secuelas de enfermedad, hambre, analfabetismo…
Lo que falta, pues, es decisión responsable para llevar adelante los cambios necesarios. Algo que exige impulsar la educación para la sostenibilidad y, como parte de la misma, una Nueva Cultura del Agua: “Para asumir este reto se precisan cambios radicales en nuestras escalas de valores, en nuestra concepción de la naturaleza, en nuestros principios éticos, y en nuestros estilos de vida; es decir, existe la necesidad de un cambio cultural que se reconoce como la Nueva Cultura del Agua. Una Nueva Cultura que debe asumir una visión holística y reconocer las múltiples dimensiones de valores éticos, medioambientales, sociales, económicos, políticos, y emocionales integrados en los ecosistemas acuáticos. Tomando como base el principio universal del respeto a la vida, los ríos, los lagos, las fuentes, los humedales y los acuíferos deben ser considerados como Patrimonio de la Biosfera y deben ser gestionados por las comunidades y las instituciones públicas para garantizar una gestión equitativa y sostenible” (http://www.unizar.es/fnca/presentacion1.php)”.
Las perspectivas van mejorando…
Gracias, a todos, por vuestras aportaciones a este foro que me están aportando interesantes ideas y perspectivas. Gracias a Daniel y a Amparo por esta iniciativa y por invitarme a participar en el foro. Llevo tiempo preocupada por la situación de “emergencia planetaria” en la que nos encontramos y que es consecuencia de una estructura socioeconómica errónea que requiere de cambios profundos. Y son cambios difíciles, a pesar de que, como ya habéis señalado algunos de vosotros porque los ciudadanos manifestamos actitudes favorables hacia los temas ambientales. Sin embargo, y a pesar de lo positivo de este hecho, las investigaciones sobre actitudes ambientales muestran fundamentalmente dos aspectos que hay que considerar. Uno de ellos es la falta de correlación existente entre la actitud manifestada y el comportamiento real. El otro es que, la mayoría de las personas delegan la responsabilidad del cuidado ambiental en las grandes corporaciones e industrias o en las administraciones y reconocen poco la importancia de las acciones individuales.
En mi Facultad aprobamos nuestra adhesión a la Década por una Educación Sostenible y tenemos una Comisión de Sostenibilidad que controla el gasto de papel, de papel reciclado, de agua y demás. Yo particularmente a través de mi asignatura virtual y optativa “Educación del Consumidor” trato de mostrar la relación entre las acciones individuales y las consecuencias globales. Yo creo que se van alcanzando logros históricos. La semana pasada leí en algún diario de Zaragoza que por primera vez en la última década se habían alcanzado los niveles permitidos de partículas en suspensión en la atmósfera. Los últimos estudios del Instituto Nacional del Agua e Investigación Atmosférica de Nueva Zelanda has declarado que la capa de ozono ha alcanzado el menor tamaño de los últimos cinco años. La pérdida de vegetación en la Amazonia ha sido la inferior desde que comenzó su estudio en 1998… Es evidente que falta mucho por hacer, pero me gusta destacar estos aspectos para insuflar un poco de ánimo y demostrar que vamos por buen camino… ¡ánimo a todos los que trabajáis por la necesaria revolución de mentalidades!
Dificultades y avances
Muchas gracias, amiga Alicia, por tus aportes. Hemos de ser conscientes, es verdad, de que en el campo medioambiental existe una gran distancia “entre la actitud manifestada y el comportamiento real”. Pero ello no puede extrañarnos ni ser motivo de desánimo, porque ese comportamiento responde a hábitos muy arraigados, difíciles de modificar. Por eso la educación ambiental para la sostenibilidad no puede limitarse a proporcionar conocimientos: es necesario establecer compromisos de acción en los centros educativos y de trabajo, en los barrios, en las propias viviendas, en la actividad ciudadana… para poner en práctica algunas de las medidas estudiadas y realizar el seguimiento de los resultados obtenidos. Estas acciones debidamente evaluadas se convierten en el mejor procedimiento para una comprensión profunda de los retos y en un impulso para nuevos compromisos.
Naturalmente, no se trata de proponer la puesta en marcha simultánea del conjunto de medidas consideradas necesarias (en http://www.oei.es/decada/accion.php?accion=004 se ofrece una amplia relación de las mismas). Conviene seleccionar inicialmente aquellas que se vean más fácilmente realizables y consensuar planes y formas de seguimiento que se conviertan en impulso efectivo, favorezcan resultados positivos y estimulen una implicación creciente.
Sin perder de vista la estrecha vinculación de los problemas y, por tanto, de las medidas requeridas para hacer frente a la situación, las acciones concretas y los éxitos parciales logrados son pasos importantes hacia la creación de un clima social de implicación generalizada en el ámbito del consumo privado, en el profesional y en el político. Por eso es tan importante, Alicia, difundir acciones como las que estás realizando y logros como los que refieres en tu comentario. ¡Muchas gracias de nuevo!
Amistad profesional
Me ha gustado mucho su artículo y en verdad ,me gustaria mantener una amistad profesional con ustes , soy cubano trabajo en una universidad, Especilista en Gestión Ambiental y estoy trabajando en mi tesis de Maestria la temática, Le educación Ambiental para el Desarrollo Sostenible. Me gustaria saber en que puedes ayudarme en mi tesis. Gracias Raucelis.
Investigación en educación para la sostenibilidad
Estimado amigo, nos alegra saber que está usted investigando en una universidad cubana en torno a “Educación Ambiental para el Desarrollo Sostenible”. Ese es también nuestro campo prioritario de investigación (En nuestras webs http://www.uv.es/vilches y http://www.uv.es/gil podrá usted ver las tesis dirigidas y trabajos que hemos publicado en ese campo, algunos de los cuales quizá puedan ser de su interés). Como ya hemos indicado en otros comentarios de este Foro, desde hace tiempo se viene reclamando más investigaciones que contribuyan a la construcción de un futuro sostenible, así que es estimulante conocer nuevos equipos implicados en el estudio de esta problemática.
Seguramente conoce la existencia en su país de trabajos en este campo. De hecho hemos asistido regularmente a los Congresos Internacionales de Didáctica de las Ciencias que se celebran bianualmente en La Habana, coorganizados por el Ministerio de Educación de la República de Cuba y el Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño. La última edición, celebrada en marzo de 2010, incluía, precisamente, un simposio titulado “Década de la educación para el desarrollo sostenible: importancia de la educación científica para la cultura energética y medioambiental” y se presentaron varias comunicaciones de colegas cubanos y de otros países (incluyendo dos nuestras). Suponemos que usted conocerá a los colegas cubanos, pero quedamos a su disposición por si necesitara alguna otra información y esté en nuestras manos. Basta que nos escriba un correo electrónico a nuestras direcciones (Amparo.Vilches@uv.es y daniel.gil@uv.es). ¡Le deseamos un fructífero trabajo!
¿Insensibles?
Me llama grandemente la atención el aparente estado de insensibilidad de algunos sectores, frente a un problema que lo estamos \»sintiendo\». Quizá, desde una perspectiva simplista vemos de lejos el factor económico para tratar de ocultar el desastre ecológico global. Pero me gustaría ir in poco más profundo, hasta las raíces filosóficas que pueden regir las vidas de quienes tratan de ignorar tal realidad.
¿Es que realmente existimos, sólo para que algún día dejemos de existir? Si fuese así, creo que cualquier acción estaría justificada. Sin embargo, la misma fisiología humana me indica que vivo más que para adjudicarme la mayor cantidad de recursos naturales en perjuicio de todo lo que me rodea. Creo que existimos para vivir en armonía con el medio ambiente, y no una armonía mística, sino real. Y cuando así lo hacemos nuestro propio sistema nos gratifica con bienestar auténtico.
No se necesitan estudios científicos (que demás los hay) para evidenciar el desastre ecológico en que nos estamos sumiendo. La pregunta sería, ¿hasta cuándo voy a anteponer mis intereses como antifaz para no ver la realidad que me inunda? Definitivamente hay que cambiar las bases filosóficas en las cuales descansa la existencia de nuestras vidas.
Por un egoísmo bien entendido
Estimado Jairo, formula usted una pregunta clave “¿hasta cuándo voy a anteponer mis intereses como antifaz para no ver la realidad que me inunda?”. Pero conviene completar esa pregunta en esta otra: “¿Cuándo vamos a comprender que nuestros auténticos interés exigen comprender esa realidad de auténtica emergencia planetaria y contribuir a darle solución?”. Permítanos que expongamos nuestras reflexiones a este respecto reproduciendo un fragmento del diálogo entre dos educadoras que hemos desarrollado en el libro “Construyamos un futuro sostenible. Diálogos de supervivencia”.
– ¿Estás hablando de superar un egoísmo centrado en el propio interés y pasar a pensar más en los demás?
– Tal como lo planteas, ése es un punto de vista que no comparto totalmente. Me parecen peligrosas las llamadas a altruismos desprendidos que exigen renunciar al interés personal. Al contrario, lo que se propone es una llamada a lo que el filósofo Savater llama, creo recordar, un egoísmo inteligente: ¿Quién puede vivir satisfecho sabiendo que estamos poniendo en peligro la vida de nuestros hijos? Pero es verdad que el cambio de mentalidad se está produciendo muy lentamente y que las llamadas de atención de los científicos y grupos ecologistas no consiguen cambiar los comportamientos, no consiguen que la población comprenda.
– Hasta el punto que algunos han comparado la situación con la de quienes seguían bailando despreocupadamente en el Titánic después del choque con el iceberg. Sabemos que el choque está a punto de ocurrir y que se puede hacer algo por evitarlo… pero seguimos bailando despreocupadamente. Parece que prefiriéramos esconder la cabeza bajo el ala, que optáramos por vivir alegremente lo poco que nos queda.
– ¡Quita, quita! No estoy de acuerdo con esas lecturas derrotistas y tristonas. No comparto las alternativas que algunos plantean a \»la humanidad\» entre una existencia larga y modesta o una corta y lujosa.
– Bueno, darse cuenta de que la naturaleza no está absolutamente disponible para satisfacer nuestras necesidades y deseos no es para dar saltos de alegría. No me negarás que problemas como los que hemos analizado nos despiertan de un sueño y que eso es lógico que produzca cierta… melancolía.
– Melancolía, miedo, frustración, rabia… deseo de seguir autoengañándonos, bailando mientras el Titánic se hunde… ya sé que estos sentimientos se están produciendo. Hay estudios que muestran –ya lo hemos comentado- que los alumnos que reciben más información sobre los problemas del planeta resultan ser aquéllos que se sienten más desconfiados y menos proclives a pensar posibles acciones para el futuro.
– ¿Sería mejor mantenerles engañados, ocultarles los problemas que estamos detectando?
– Por supuesto que no, pero hay que reflexionar sobre qué estamos presentando y cómo. Hablar de problemas no tiene por qué producir esos efectos depresivos.
– Reconoce que la misma CMMAD, cuando explica su propuesta de desarrollo sostenible, hace referencia a \»dos conceptos fundamentales\»: el concepto de necesidades y el de limitaciones. ¿No es lógico que lamentemos las limitaciones?
– Pienso que hay otra respuesta posible, que exige una discusión a fondo del concepto de desarrollo sostenible y del cambio de perspectiva que la situación de emergencia planetaria impone… Permíteme que te conteste dando un rodeo: cuando se abolió la esclavitud, muchos se revolvieron y rechazaron la “limitación” que ello introducía en sus vidas.
– ¡Pero bueno!
– ¡No te sulfures, mujer, no estoy llamándote esclavista! Estoy utilizando una metáfora. Decía que muchos se revolvieron y entristecieron, pero la mayor parte de la humanidad se alegró. Y lo que es muy significativo: hoy encontraríamos pocos descendientes de aquellos esclavistas que añoren la esclavitud. Para algunos, sin embargo, (incluidos bastantes esclavos) fue el hundimiento de su mundo y todo les parecía inseguro, carente de sentido. Pero otros (y no me refiero exclusivamente a la mayoría de los esclavos) supieron ver que otro mundo era posible y que el desafío de construirlo era apasionante y merecía la pena.
– ¿Quieres decir que no hemos de mirar la actual situación de emergencia planetaria como algo negativo?
– Bueno, emergencia significa, es verdad, situación peligrosa, asociada a menudo a un accidente, a una catástrofe… pero significa también acción de emerger, de brotar, de dar nacimiento a algo nuevo. Ese es el sentido que debemos darle.
– ¡Eres una optimista impenitente!
– Impenitente, sí, pero no ilusa. Lo son mucho más quienes dicen \»no nos preocupemos, todo tiene solución… podemos seguir quemando petróleo, sacando agua de pozos cada vez más profundos, talando más y más árboles…\» ¡Ésos sí son optimistas ilusos y autodestructivos! Tampoco digo que estemos dando ya a la situación de emergencia planetaria el sentido positivo que propongo. Eso también sería autoengañarse. Estamos, sin duda, en grave peligro, ¿pero nos condena eso a la depresión? Yo estoy convencida de que incluso ha habido esclavos felices… no porque fueran esclavos, por supuesto, ni porque fueran ilusos, sino porque luchaban por su libertad y la libertad de todos.
– ¡Tienes razón! Se puede vivir mucho mejor participando en la construcción de un mundo sostenible que lamentando el deterioro del plantea (mientras contribuimos, esquizofrénicamente, a ese deterioro).
– …
¡Y de eso se trata, amigo Jairo, de luchar, de trabajar juntos, por el beneficio de todas y todos! Ese es el egoísmo inteligente que nos hace falta…
Me gusta
Amparo y Daniel. Me gusta lo que decís y como lo decís.
Solo añadiré que tod@s debemos continuar en esta lucha para, como la Molly Brawn, seguir … ¡siempre a flote!
Un beso a tod@s y ¡¡¡adelante!!!
Lidia Ruiz
Quise decir Molly Brown, disculpadme
Me pide un comentario pero no tengo más que añadir, salvo daria las gracias por este foro.
Debemos continuar y renovar los esfuerzos
Amiga Lidia, “solo” has añadido lo más esencial: “tod@s debemos continuar en esta lucha” por lograr un futuro sostenible. Porque si algo ha quedado claro en los diálogos de este foro es que:
• la comunidad científica ha acreditado la gravedad de la actual situación de emergencia planetaria;
• las llamadas de atención de científicos y grupos ecologistas no han conseguido hasta aquí cambiar los comportamientos de la ciudadanía en general, hasta el punto que algunos han comparado este comportamiento mayoritario con el de quienes seguían bailando despreocupadamente en el Titánic después del choque con el iceberg, como si optáramos por vivir alegremente lo poco que nos queda (o tuviéramos reservado, como Molly Brown, una plaza en un bote salvavidas);
• el “hundimiento” de nuestra civilización-Titánic contra el iceberg del cambio global (es decir, contra las consecuencias de un crecimiento económico depredador al servicio de intereses particulares a corto plazo) aun puede evitarse: conocemos las medidas tecnocientíficas, educativas y políticas que pueden sentar las bases de un futuro sostenible.
Debemos, pues, continuar y renovar nuestros esfuerzos hasta lograr crear un clima de implicación ciudadana que nos lleve a todos – incluidos los líderes políticos- a adoptar las medidas necesarias, tanto a nivel local como estatal y planetario.
Ese es el objetivo de la Década de la educación por un futuro sostenible (http://oei.es/decada), a la que nos hemos referido reiteradamente en este foro. Un objetivo hacia el que podemos dar un paso de gigante este año 2011, si somos capaces de ejercer la presión necesaria para que el próximo diciembre, en Durban, se firme un acuerdo ambicioso, justo y vinculante, de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que están provocando el cambio climático.
Podemos y debemos lograrlo, pero hace falta ponernos ya manos a la obra. Como tú dices, Lidia, “tod@s debemos continuar en esta lucha”. Porque ahora no habrá bote salvavidas para ninguna Molly Brown. Esta vez, como ha expresado el teólogo brasileño Leonardo Boff con una brillante metáfora a la que ya nos hemos referido, \»…o nos salvamos todos o nos perdemos todos. Esta vez no habrá un arca de Noé para preservar unos pocos\».
Tod@s seremos Molly Brown o no lo será ningun@
Querida Amparo y querido Daniel, permitdme llamaros así. Muchas gracias por vuestras palabras, que me siguen ayudando a reflexionar más. Una vez más tenéis razón. Tod@s debemos y tenemos que seguir contribuyendo en esta empresa vital para la humanidad. Tod@s seremos Molly Brown o no lo seremos ningun@.
Muchas gracias por haber abierto este foro y un beso muy cariñoso.
Sigamos en contacto
Querida Lidia,
También tus mensajes –como los de tant@s colegas- han enriquecido nuestras reflexiones. Nos has ayudado a incorporar la metáfora del Titánic para ilustrar la situación de emergencia planetaria y la necesidad y posibilidad de hacerle frente. Pero, además, tus mensajes transmiten una calidez humana que nos han puesto francamente contentos. De ahí nuestro ruego que da título a esta respuesta: sigamos en contacto.
Sigamos colaborando por un futuro sustentable. Como seguramente ya sabes, puedes entrar en la web http://www.oei.es/decada, dedicada a la Década de la educación por un futuro sostenible, adherirte a sus objetivos, participar en las acciones que se promueven y contribuir a su difusión. A través de la web y también de nuestros correos electrónicos puedes hacernos llegar las iniciativas que tú conozcas y valores y les daremos difusión. ¡Ojalá sigamos en contacto, tú, nosotros y muchísimos más!
Un gran abrazo,
Amparo y Daniel
Los pueblos indigenas y la Naturaleza
La inminente destrucción de la Madre Tierra (Pacha Mama) en nombre de la modernidad y el desarrollo científico y la tecnología nos está convirtiendo en seres inmunes e indiferentes frente a la catástrofe ambiental que pronto podemos vivirla. Seria bueno volver nuestras miradas a las prácticas ancestrales de nuestros pueblos indígenas que \»sabiduria y conocimiento científico propio\» lograron mantener una estricta relación de armonia entre el ser humano y la Madre Naturaleza cumpliendo su lema de \»vivimos para la Madre Tierra no de ella\».
Acuerdos esenciales
Ante todo queremos expresar nuestro total acuerdo, estimado Silverio, con una idea fundamental: la supervivencia de la especie humana exige no romper el equilibrio de la biodiversidad de la que formamos parte (lo que tú denominas mantener la “armonía entre el ser humano y la Madre Naturaleza”).
A partir de ahí quisiéremos matizar algunas expresiones de tu comentario con el convencimiento de que estas matizaciones no van a cuestionar nuestro acuerdo básico, sino que pueden ayudarnos a profundizarlo.
En primer lugar pensamos que no conviene hablar de “La inminente destrucción de la Madre Tierra” en futuro sino en condicional, como algo que sucedería si no modificáramos nuestros comportamientos y no adoptáramos las medidas necesarias. No estamos condenados a ser testigos de “la catástrofe ambiental”. Podemos evitarla y nuestros discursos y actuaciones deben poner el acento en esta posibilidad, bien fundamentada por la comunidad científica. Y esto nos lleva a una segunda matización: a menudo se afirma que la degradación de las condiciones de vida en el planeta se produce “en nombre de la modernidad y el desarrollo científico”, cuando en realidad tiene lugar como consecuencia de la búsqueda de intereses particulares a corto plazo sin tomar en consideración sus repercusiones. Hemos desarrollado ampliamente esta idea en comentarios anteriores de este debate y en los “Temas de Acción Clave” que pueden consultarse en la web http://oei.es/decada, dedicada a la Década de la educación por un futuro sostenible.
Digamos, para terminar, que está documentado, como tu señalas, que ha habido civilizaciones que han logrado “mantener una estricta relación de armonía entre el ser humano y la Madre Naturaleza”… igual que ha habido civilizaciones que han colapsado por haber roto esa armonía. Nos remitimos a este respecto al excelente libro de Jared Diamond, Colapso, cuya referencia aparece en el texto inicial de este debate. Estos ejemplos, positivos y negativos, corresponden a civilizaciones aisladas del pasado; pero lo que importa es que hoy estamos viviendo, a escala planetaria, una situación que puede conducir al colapso de nuestra especie… o a una profunda metamorfosis de nuestra civilización que siente las bases de un futuro sostenible, solidario y respetuoso de la diversidad biológica y cultural.
Ese es el desafío que tiene planteada nuestra generación. Un desafío que demanda la participación de todas y todos: educadores, comunidad científica y ciudadanía en general. ¡Gracias por tu participación!
Olá, preciso de dicas
Caríssimos, tudo bem? Vou tentar Doutorado em Ciências Ambientais… mas, gostaria de algumas ideias na área de ensino/educação para ver se meus horizontes se abrem. Agradeço!!
Oi, preciso de dicas de pesquisa
Caríssimos, vou tentar Doutorado em Ciências Ambientais… mas, confesso que ando sem ideias… alguém pode me ajudar? Gracias!
Oi. Preciso de dicas
Caríssimos, vou tentar Doutorado em Ciências Ambientais… mas, confesso que ando sem ideias… alguém pode me ajudar? Gracias!
Reivindicación Proyecto de Reconversión y Control del Equilibrio Atmosférico
Autor Rolando Escudero Vidal
Creo que llegó el momento de hablar de la Neumoponia. De repente mis días están contados. No quiero que cuando solo sea polvo al viento esté arrepentido de no haberlo dicho, al ver a la humanidad sufrir las consecuencias del calentamiento global. Claro, que, algunos van a decir que digo estupideces. Todos tienen el derecho de decir lo que piensan. Pero, sería interesante que me demostraran que yo digo estupideces. Si fuera así, de repente, logro conocer algo que me hace decir estupideces. Entonces, hasta les podría agradecer. Pero, que la demostración sea lógica, que tenga bases reales.
¿Qué es la Neumponia? La Neumoponia es un método, un sistema consistente en alimentar a las plantas, o sea a los vegetales, con aire por la raíz. También se le puede llamar invento. Que ha sido patentado en INDECOPI, a fines del año 2014. Es un sistema que demuestra, con toda claridad, que los vegetales se alimentan solo por la raíz y que las hojas solo sirven para expeler los gases producidos en el interior de la planta, como consecuencia de los procesos químicos que se realizan en el interior de ellas. Y uno de esos gases, y el más abundante, es el oxígeno. Este método, aplicado en grandes proporciones, puede resolver, con mucha facilidad, el calentamiento global. Y, no solo resolver el problema, sino, también puede ayudar al hombre a controlar la atmósfera, mejorar la agricultura, etc. Ya que los vegetales usan como alimento muchos tipos de gas. Tal vez todos los tipos de gas que hay en la atmósfera.
¿En que se basa este invento? Este invento se basa en la Teoría Radicular, enunciada por el libro titulado Proyecto de Reconversión y Control del Equilibrio Atmosférico, escrito por Rolando Escudero Vidal. Esta teoría se basa en muchos hechos y cosas que se pueden observar en la naturaleza. Dicha teoría dice que los vegetales se alimentan solo por la raíz. Que las hojas le sirven solo para expeler los gases producidos por los procesos químicos que se desarrollan en su interior.
Pero el objetivo básico de este proyecto es resolver los problemas atmosféricos que afectan a la humanidad. Por este motivo, en los primeros días del mes de Marzo, se puso en conocimiento del Estado Peruano, entregando un volumen del resumen de La Neumoponia a la Casa de Gobierno, a nombre del Presidente de la República. Un volumen a nombre del Ministro de los siguientes ministerios: Ministerio del Ambiente, Ministerio de Agricultura, Ministerio de Economía, Ministerio de Relaciones Exteriores, etc. También al Congreso de la República, a nombre de la Presidenta del Congreso señora Ana María Solórzano, quien, según La Primera, tuvo la amabilidad de hacer algunos comentarios al respecto. También se entregó un volumen a la Universidad Agraria.
Reivindicación Proyecto de Reconversión y Control del Equilibrio Atmosférico
Autor Rolando Escudero Vidal
En la naturaleza se puede observar muchas cosas que indican claramente que los vegetales se alimentan con los gases de la atmósfera solo por la raíz.
Por ejemplo cuando se camina por los Andes hay momentos en que uno pasa por lugares con abundante vegetación, árboles de buen tamaño, muchas avecitas, caracoles, lagartijas que corretean, etc. Y bastante cálido. A este lugar le llaman yunga, palabra derivada del nombre kech-hua “yun-ka” que quiere decir “zona cálida”. Posiblemente, un derivado de esta palabra es, también, el nombre Yungay. Pues, los antiguos exploradores que bajaban de las alturas del Huascarán cuando llegaban a esta zona decían “yun-ka-na” que quiere decir “ya es zona cálida”.
En los Andes los caminos, mayormente, son de subida o bajada. Y para salir de la yunga los caminos, generalmente, son de subida. Y cuando uno sale de la yunga por estos caminos, a medida que avanza en la subida, se observa algo curioso: La temperatura va disminuyendo y los árboles van disminuyendo su tamaño hasta convertirse en pequeños arbustos. Y en la mente van apareciendo preguntas acerca de las causas de este hecho. Y al seguir avanzando en esta subida uno llega a lugares donde ya no hay ni arbustos. Solo pequeños vegetales que apenas salen del piso. De algunos se ven solo tres hojas pegadas al suelo. Caminando así se pasa por tres zonas características de los Andes: la yunga, la zona templada y la puna. Al pasar la puna ya están los nevados.
Entonces viene la pregunta: ¿Por qué esta variación de los vegetales al cambiar de zona? Hay que tener en cuenta que el desarrollo de todos los seres vivos, tanto animales como vegetales, depende de la alimentación: cuanto más y mejor alimento mayor desarrollo. Esta es la causa del mayor desarrollo de los vegetales en las yungas. El mismo motivo también en la selva. Con la temperatura existente en estos parajes el terreno, necesariamente, se expande creando en el terreno vías para el ingreso de más cantidad de gas en él. Lo que significa mayor cantidad de alimento para los vegetales, pues ellos se alimentan con los gases de la atmósfera. En las zonas más altas disminuye la temperatura. En consecuencia la expansión disminuye causando la disminución de las vías de ingreso de gas atmosférico. Lo que, también, disminuye la cantidad de alimento para los vegetales. Hecho que causará el empequeñecimiento de los mismos. Estos fenómenos son una prueba irrefutable de que las plantas se alimentan solo por la raíz.
Reivindicación Proyecto de Reconversión y Control del Equilibrio Atmosférico
Si bien los procesos de la Naturaleza se realizan gracias a la intervención de dos o más elementos, los resultados dependen de la ubicación de estos elementos.
Por ejemplo: ¿Por qué en la Amazonía hay tanta vegetación? Y ¿Tantos animales? Todo ser viviente depende de la alimentación que disponga. Esto significa que la flora encuentra mucho alimento en la Amazonía
Esto se debe a dos hechos: Primero la ubicación geográfica de la Amazonía y segundo su suelo esponjoso. La Amazonía se encuentra al Este de la gran Cordillera de los Andes. Este hecho produce gran cantidad de lluvia en ella (agua que necesitan las plantas). El suelo esponjoso permite el ingreso de mucho alimento gaseoso a las raíces de los vegetales. Este es el motivo por el que cuando cortan los árboles y queman los restos el suelo se vuelve estéril, pues, se endurece dificultando el ingreso de gases alimenticios. Estos procesos indican claramente que los vegetales se alimentan solo por la raíz.
La Neumoponia puede permitir que haya más agua. Pues al disminuir el CO2 queda libre mucho oxigeno. Y ante la gran abundancia de hidrógeno(H) en la atmósfera, fácilmente se formará el agua(H2O)
Gracias por publicar mi comentario.
La Neumoponia, la solución para el problema climático
Por el año 2010 me entere que había un problema climático por la acumulación de CO2 en la Atmosfera. Este hecho: Acumulación de miles de millones de toneladas del citado gas causaba muchas catástrofes, muertes, etc. Entonces, curiosamente me acordé de mi pasada infancia. De Cuando tendría 6 a 7 años.
Tiene que tenerse en cuenta que yo soy serrano. Nacido en la sierra de Ancash, provincia de Pomabamba, distrito de Parobamba. En un lugar llamado Huanchayllo. Mi padre era de este lugar, pero mi madre era de otro lugar llamado Huayllahurán, distrito de Quinuabamba.
Cuando tenía 6 años mis padres me llevaron a Huayllahurán. Y vivimos allí un año y medio. Ese lugar era un fundo de mi abuelo Miguel Vidal Alomía. Un enorme fundo que tenía tres lugares de distintos climas. Uno era cálido, de altas temperaturas. Queda en la parte baja, que es conocida como yunga y que en Kech-hua lo llaman yunka. Subiendo y terminando la yunga está la parte que le llaman ghech-hua, que es de clima templado. En este lugar estaba la casa de mi abuelo. Y allí vivimos un año y medio. Subiendo de esta parte está la puna que es fría.
Mi abuelo cada uno de estos lugares usaba para distintas actividades agrícolas. En ciertas partes de la puna cultivaba papa, oca, quinua, cebada, etc. Y en otros lugares de ella criaba ganado ovino y caprino.
En la parte ghech-hua estaba la casa y había lugares para cultivar maíz, trigo, etc. Además criaba gallinas, patos, pavos. También tenía corrales para árboles de eucalipto.
En la parte yunga criaba ganado vacuno, caballos, burros. Y tenía frutales, alfalfares, maizales, etc. En tiempos anteriores había cultivado cañaverales para hacer chancaca.
A los niños nos encantaba el lugar. Libre hasta 3 a 4 kilómetros de distancia lo recorríamos todos los días. Con mi hermano mayor Miguel nos íbamos, por lo menos una vez a la semana hasta la yunga para divertirnos con los árboles, los insectos, las culebras y los pájaros. Y para comer las frutas en los frutales. Los árboles en esta zona eran muy altos.
Después de estar un rato en ese lugar comenzábamos a subir por un camino angular. En ese entonces observé algo curioso. A medida que íbamos subiendo iba disminuyendo la temperatura y los árboles iban disminuyendo su altura hasta convertirse en pequeños arbustos. Y después pude contemplar que en la puna no había ni arbustos. En algunos lugares de la puna se podía encontrar solo tres hojitas pegadas al suelo. Entonces me pregunte ¿por qué sucedía eso? Le pregunté a uno de mis padres y me dijo: cada zona tiene un tipo de vegetación. Con esa respuesta me quedé hasta los 70 años.
Recién cuando me entero del cambio climático vuelvo a repetirme la pregunta ¿por qué sucede eso? Si no se encuentra la respuesta a esta pregunta hay que hacerse otra pregunta. ¿Qué diferencias hay entre estos lugares? Esta pregunta si tiene respuesta. Tienen diferencia de temperatura. La yunga es mucho más cálida que la ghech-hua, y muchísimo más que la puna.
Y ¿Qué tiene que hacer eso con la altura de los árboles? Mucho. La altura de los seres y los vegetales depende de la alimentación. Se ve que los vegetales de las yungas se alimentan mejor que de otras zonas.
¿Por qué? Por dos razones: primero porque los vegetales no se alimentan por las hojas. Solo por la raíz.
¿Cómo es que sucede eso? En las yungas la temperatura es muy alta. ¿Qué pasa con la materia cuando la temperatura se eleva? Pues cuando la temperatura se eleva la materia se expande. De todas las materias que existen en las yungas, el terreno es una de ellas. Cuando se eleva la temperatura el piso del terreno se expande, aumentando la comunicación entre la superficie y el interior. Y en el interior están las raíces de los vegetales que se alimentan con los gases de la atmósfera. Y no se alimentan por las hojas sino solo por la raíz.
El hecho de que no se alimentan por las hojas es totalmente demostrable por muchos hechos: Hay árboles que pierden todas sus hojas y permanecen sin ellas durante 3, 4 meses. Entonces ¿por qué no se mueren si han perdido un órgano que los alimenta? Cuando se queman raíces de árbol junto con leñas de partes altas, en las raíces se queda mucho carbón. De las partes altas solo quedan cenizas. ¿Qué quiere decir eso? Que en las raíces hay mucho más carbón. ¿Por qué? El carbón tiene una característica propia: flota en toda solución. Con esta propiedad no puede bajar de las hojas a las raíces.
Para demostrarme estas ideas hice un experimento consistente en alimentar a los vegetales con aire por las raíces. A este experimento lo llamé Neumoponia
¿Qué es la Neumoponia?
La Neumoponia es un sistema consistente en alimentar a los vegetales con aire por la raíz. Dada su capacidad absorbente de los gases atmosféricos es capaz de solucionar el problema del calentamiento global. Y no solo de solucionar el problema, sino, de permitir a la humanidad controlar el contenido atmosférico. Ya que los vegetales se alimentan de muchos gases existentes en la atmósfera, por no decir todos.
Una vez terminado el experimento escribí la obra Proyecto de Reconversión y Control del Equilibrio Atmosférico que fue patentado en INDECOPI el año 2014. Esta obra se basa en la Teoría Radicular que dice: El desarrollo de las plantas es siempre desde la raíz hacia arriba o hacia las ramas, las hojas, las flores y los frutos.
La circulación de los nutrientes y el crecimiento de las plantas son en dos direcciones, pero no de la raíz a la copa y de la copa a la raíz, sino de la raíz a la copa y en forma radial, del centro del órgano hacia la periferia
Comienza en las raíces y termina en la copa. Y nada regresa a la raíz por el tallo. Crece por multiplicación celular y se ensancha por alimentación mediante ósmosis.
La continua generación de xilema y floema secundarios, como un conjunto funcional, forma placas, que a medida que va creciendo y ensanchándose la planta, va adhiriéndose va adhiriéndose a las paredes periféricas que en el caso de los árboles llegan a ser la corteza.
Y que las hojas, solamente, son órganos accesorios que le sirven a la planta como disipadores de la energía sobrante, resto de los procesos químicos desarrollados en su interior. Después de terminar el experimento le comuniqué esto al gobierno. O sea al gobierno del señor Ollanta. Con una carta dirigida al señor Presidente, con cartas a varios ministerios. Especialmente al Ministerio del Ambiente. Por Facebook a todos los Congresistas de ese entonces.
La comunicación decía lo siguiente:
Reivindicación Proyecto de Reconversión y Control del Equilibrio
Atmosférico
Autor Rolando Escudero Vidal
Creo que llegó el momento de hablar de la Neumoponia. De repente mis días están contados. No quiero que cuando solo sea polvo al viento esté arrepentido de no haberlo dicho, al ver a la humanidad sufrir las consecuencias del calentamiento global. Claro, que, algunos van a decir que digo estupideces. Todos tienen el derecho de decir lo que piensan. Pero, sería interesante que me demostraran que yo digo estupideces. Si fuera así, de repente, logro conocer algo que me hace decir estupideces. Entonces, hasta les podría agradecer. Pero, que la demostración sea lógica, que tenga bases reales.
¿Qué es la Neumponia? La Neumoponia es un método, un sistema consistente en alimentar a las plantas, o sea a los vegetales, con aire por la raíz. También se le puede llamar invento. Que ha sido patentado en INDECOPI, a fines del año 2014. Es un sistema que demuestra, con toda claridad, que los vegetales se alimentan solo por la raíz y que las hojas solo sirven para expeler los gases producidos en el interior de la planta, como consecuencia de los procesos químicos que se realizan en el interior de ellas. Y uno de esos gases, y el más abundante, es el oxígeno. Este método, aplicado en grandes proporciones, puede resolver, con mucha facilidad, el calentamiento global. Y, no solo resolver el problema, sino, también puede ayudar al hombre a controlar la atmósfera, mejorar la agricultura, etc. Ya que los vegetales usan como alimento muchos tipos de gas. Tal vez todos los tipos de gas que hay en la atmósfera.
¿En que se basa este invento? Este invento se basa en la Teoría Radicular, enunciada por el libro titulado Proyecto de Reconversión y Control del Equilibrio Atmosférico, escrito por Rolando Escudero Vidal. Esta teoría se basa en muchos hechos y cosas que se pueden observar en la naturaleza.
Dicha teoría dice que los vegetales se alimentan solo por la raíz. Que las hojas le sirven solo para expeler los gases producidos por los procesos químicos que se desarrollan en su interior.
Pero el objetivo básico de este proyecto es resolver los problemas atmosféricos que afectan a la humanidad. Por este motivo, en los primeros días del mes de Marzo, se puso en conocimiento del Estado Peruano, entregando un volumen del resumen de La Neumoponia a la Casa de Gobierno, a nombre del Presidente de la República. Un volumen a nombre del Ministro de los siguientes ministerios: Ministerio del Ambiente, Ministerio de Agricultura, Ministerio de Economía, Ministerio de Relaciones Exteriores, etc. También al Congreso de la República, a nombre de la Presidenta del Congreso señora Ana María Solórzano, quien, según La Primera, tuvo la amabilidad de hacer algunos comentarios al respecto. También se entregó un volumen a la Universidad Agraria.
Lo fui publicitando por Facebook, por Google, etc hasta que me llegó una carta de Robert Redford diciendo lo siguiente:
Carta de Robert Redford
A pesar de horribles ataques terroristas de la semana pasada, la ONU se ha comprometido a continuar con la Cumbre del Clima de París, que comenzará el 30 de noviembre A medida que el mundo llora, nuestros pensamientos están con todos los afectados en la Ciudad de la Luz. Sobre el cambio climático, seguimos sin inmutarse. Ver mi carta de abajo, por favor firme la petición pidiendo a los líderes mundiales que exigen una actuación climático.
– Robert Redford
NRDC (Natural Resources Defense Council)
Únete a mí y Demanda de Acción por el Clima en París
Demanda Acción por el Clima
Se tomará acción audaz por parte de todos nosotros para resolver la crisis climática. Dile a los líderes mundiales que demanda un compromiso universal para actuar.
FIRMA LA PETICIÓN
Activista NRDC,
Como esposo, padre y abuelo, me preocupan los efectos devastadores del cambio climático.
El cambio climático está contaminando nuestro aire y agua, por lo que nos enferma, y envenenando el planeta nos vamos a ir para las generaciones futuras.
Pero tengo esperanza. Este mes de diciembre, los líderes de todas las naciones del mundo se reunirá para la Cumbre del Clima de París – COP21 – para trabajar hacia un compromiso internacional para la acción climática.
Todos hemos contribuido a este problema – y que todos podemos ser parte de la solución. Mira mi video – luego de pie conmigo y dicen los líderes mundiales reunidos en París: Exigimos acción por el clima.
Podemos trabajar juntos para hacer algo diferente – y estos últimos meses nos han dado muchas razones para tener esperanzas de que el mundo está listo.
Los EE.UU. va a París con su propio plan de acción – el Plan de la energía limpia innovadora, por primera vez límites de nuestro país en materia de contaminación de carbono al clima de demolición de las centrales eléctricas.
Y los EE.UU. no está actuando solo. China anunció su propio plan nacional para reducir la contaminación de carbono. La India se compromete a ampliar drásticamente su sector de energía renovable en crecimiento. De hecho, más de 150 países están llegando a París con nuevos planes de acción nacionales sobre el clima.
De todas las partes de nuestro mundo, en nuestra propia manera, podemos hacer algo para actuar sobre el clima. Pero necesitamos que nuestros líderes mundiales para que hagan lo mismo.
Este es nuestro momento. Únete a mí y firmar la petición para exigir la acción climática global.
Estaremos asociando con organizaciones de toda América – y en todo el mundo – para entregar sus peticiones a los líderes mundiales cuando se reúnan en París.
Si queremos dejar a nuestros hijos, nietos y futuras generaciones un planeta sano, ahora es el momento de actuar.
Gracias.
Robert Redford
Todo este tema es bastante cuestionable, con el tiempo veremos que tan importantes eran o no esas contribuciones al cambio climático o si habían otras cosas que financiar.