Por Claudio Alfaraz
El automóvil ha modificado la vida social a lo largo del siglo veinte y se ha instalado como una de las tecnologías más extendidas a lo largo del planeta. A su posición dominante se le suma, en general, un alto grado de legitimidad cultural. En este trabajo se exponen tanto los aspectos que hacen del automóvil una tecnología dominante y legitimada y, a la vez, una de las formas en que esa misma tecnología, pese a su poderío, puede ser modificada por sus usuarios que vuelcan en ella prácticas, representaciones y valores culturales. Así, además de un medio de transporte más o menos eficiente, el automóvil se ha convertido en un símbolo de estatus social, una fuente de satisfacción, un soporte para la expresión de diversas representaciones y valores y un medio para la diferenciación individual.