Luces y sombras en la ciencia argentina
Pablo Jacovkis
La ciencia argentina en este momento tiene luces y sombras. Naturalmente, la ciencia en todos los países, por más luces que tenga, también tiene sombras; el problema es que, en mi opinión, las sombras cubren la ciencia argentina bastante más que las luces, y en general no es por culpa de los científicos. Trataré de enumerar un poco, comenzando por las luces: la ciencia argentina, en un proceso continuo desde la restauración de la democracia, se ha institucionalizado sobre bases aceptadas mundialmente; para hacer ciencia se requieren los pasos usuales: un doctorado (tal vez una maestría como paso intermedio). En algún sentido esa institucionalización fue forzada, podríamos decir en broma, por el “imperialismo de las ciencias exactas y naturales”: las ciencias sociales y las humanidades, cuya cultura (al menos en Argentina) no preveía necesariamente tesis de doctorado, o aceptaba tesis de doctorado presentadas muy tardíamente, a veces como culminación de una carrera y no como comienzo, debieron adaptarse a la cultura de las ciencias exactas y naturales, en las cuales, salvo excepciones, la tesis de doctorado es una herramienta indispensable para la futura carrera científica.
Pablo Jacovkis: Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) y Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina. Correo electrónico: pablo.jacovkis@gmail.com.
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