EL DEBATE: Metáforas en las ciencias. Un cambio de perspectiva

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Por Héctor A. Palma

Docente investigador de la Universidad Nacional de San Martín, Argentina. Doctor y profesor en filosofía, magíster en ciencia, tecnología y sociedad.

Aunque pensamos y hablamos todo el tiempo con metáforas, siempre hay algo sospechoso e incómodo en ellas si se las relaciona con la ciencia, terreno que le está vedado desde siempre. Y está claro por qué: según la imagen estándar, las ciencias se relacionan con el lenguaje referencialmente riguroso, formalizado y clarificado, mientras que la literatura o la retórica se vinculan con la creatividad, la asociación libre, la falta de límites lógicos y formales. Se trata, sin duda, de visiones estereotipadas y mitológicas más que reales, que gozaron de tanto alcance y difusión que propiciaron un tácito pacto cultural de caballeros durante siglos: la literatura (y la retórica) con un dominio hegemónico sobre un territorio que a la ciencia no le interesa; la ciencia, por su parte, en la búsqueda de un lenguaje neutro y depurado, despreciando las expresiones figuradas o desviadas.

Sin embargo, la ciencia está llena de metáforas. Por citar solo algunas muy conocidas: el universo es una especie de organismo, o bien una “máquina”; la humanidad o una civilización se “desarrolla” o “muere”; las leyes de la economía o la sociología son equivalentes a las de la física newtoniana; el mercado se autoregula por la “mano invisible”; la mente humana es una “computadora” y una computadora es una “mente”; la ontogenia humana repite la “filogenia” o viceversa; la “información” de una generación a otra de seres vivos se transmite mediante un “código genético”. Y no se trata de meras formas de hablar para transmitir conocimiento a los legos, aunque en ocasiones lo sea, sino de un uso cognitivo de la metáfora por, al menos, tres razones: i) la profusión de de metáforas en todas las áreas científicas lleva a sospechar fuertemente que su uso es la regla y no la excepción; ii) las expresiones metafóricas –casi siempre- son la forma única y habitual en la cual los científicos que se expresan y no sustitutos o paráfrasis de otras expresiones literales que usarían entre pares; y iii) las consecuencias teóricas y prácticas de las metáforas son parte del corpus teórico al cual pertenecen, al modo de los teoremas de un sistema axiomático. Ahora bien, revisar el uso cognitivo de las metáforas, que aquí llamaré “metáforas epistémicas” o ME (Palma, 2004), interpela al menos cuatro campos de problemas diferentes: al concepto mismo de metáfora; a la tradición epistemológica estándar y a sus herejías posmodernas como los estudios sociales de la ciencia; a la historia de las ciencias y a las ciencias biológicas.

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EL DEBATE: A propósito del Desarrollo Económico Local: el derrotero de un mal parido

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Por Arnoldo Oscar Delgado

Arquitecto (UNLP, Argentina), magíster en política y gestión de la ciencia y la tecnología (UBA, Argentina), diplomado superior en desarrollo local y economía social (FLACSO, Argentina).

Como dice un amigo (según él, citando a Theodor Adorno), “toda generalización es una forma de autoritarismo”. De antemano lo asumo, así como también la arbitrariedad en la que incurriré al aventurar opinión sobre algunos aspectos que signaron el camino del Desarrollo Económico Local (DEL) en Argentina, con pretensión de extenderme a otros países de la región sudamericana y el Caribe. Después de todo, desde el eufemísticamente bautizado “encuentro de dos culturas” en adelante, la larga historia compartida de sometimiento, expoliación e intromisiones para frenar sus procesos de autoafirmación y democracia nos da terreno fértil para conjeturar similitudes: una entre ellas, la permeabilidad de los respectivos contextos políticos, económicos y socio-culturales a la transferencia y aplicación -muchas veces acrítica- de teorías y experiencias que, aparentemente exitosas en otras realidades, poco o nada tenían que ver con las propias posibilidades y necesidades.

En el caso de la que nos ocupa aquí, no es antojadizo pensar que su desembarco en estas tierras acaso haya encontrado también reacciones similares, más próximas a la adhesión que al rechazo. Al fin y al cabo, las usinas de pensamiento, prescripciones o financiamiento eran una vez más compartidas (FMI, CEPAL, BID, BM), y puertas adentro se cocían las mismas habas, como la deslegitimación de las clases dirigentes y la desafección ciudadana por la participación política. También por igual acunaba el canto de sirena sobre la “modernización del Estado”, discurso prometedor para sociedades hastiadas de su ineficiencia y opacidad. La retórica excluyente y hegemónica caló fuerte, y en menos de lo que canta un gallo atrás quedó la matriz estado-céntrica que alguna vez moldeara el Estado de Bienestar del que algunos disfrutáramos, reemplazada por otra con preeminencia del mercado como árbitro y asignador de recursos. El crecimiento económico, objetivo preeminente del desarrollo local en esta primera etapa (apostando a la radicación del capital externo y no al desarrollo endógeno que debió haber sido su norte), ya traería luego el bálsamo benéfico del “efecto derrame” para restañar las heridas del cuerpo social fragmentado y maltrecho, desmanteladas las infraestructuras públicas que antes fungieran como mecanismo de integración.

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EL DEBATE: Una agenda económica de mujeres: los desafíos del “universalismo emancipatorio”

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Por Ana Laura Rodríguez Gustá

Investigadora CONICET y profesora de la Escuela de Política y Gobierno de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), Argentina.

América Latina está cerrando una década de crecimiento económico y de significativa reducción de la pobreza, pero con llamativas desigualdades de género. De hecho, prácticamente un tercio de mujeres sin ingresos propios (31,6%) mientras que uno de cada diez hombres comparten esta situación (11,6%). Según un informe regional, Trabajo decente e igualdad de género, de 2013 (PNUD, OIT, ONUMujeres, FAO y CEPAL), las mujeres están sobrerrepresentadas entre quienes están por fuera del mercado laboral (71,1%) y la informalidad laboral las afecta particularmente (53,7% frente a 47,8% de los hombres). Además, 15,3% de mujeres encuentra empleo solamente en el servicio doméstico, con escasa protección social y bajas posibilidades de desarrollo de destrezas laborales. Se estima que existen 58 millones de mujeres en la región que viven del campo, pero de ellas solamente 17 millones son consideradas población económicamente activa. Un 60% de ellas no son propietarias de sus tierras.

En suma, se cierra una década favorable a la región que no logró revertir las desigualdades de género en materia de empleo y protección social. En ciencia y tecnología, existen profusas brechas de género que muestran un menor porcentaje de mujeres en disciplinas como la ingeniería y afines. De hecho, se conformó una Red Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Género (RICTYG), con una visión crítica de cómo funcionan los sistemas de ciencias y tecnología en términos de no discriminación por razones de sexo. En el uso de Internet, según la CEPAL, la tasa de uso es un 8,5% entre las mujeres (en 2010).

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EL DEBATE: Universidades en las nubes

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Por Javier Echeverría

Profesor de Investigación Ikerbasque, Departamento de Sociología 2, Universidad del País Vasco, España.

En un célebre artículo publicado en Wired (2006), George Gilder afirmó que «el PC de escritorio está muerto; bienvenido a la nube de Internet, donde un número de instalaciones a lo largo de todo el planeta almacenarán todos los datos que usted podrá usar alguna vez en su vida». Gilder fue el autor más citado por el Presidente Reagan en la década de los 80 y es uno de los ideólogos actuales de lo que denominaré «la religión informacionista», muy próxima al transhumanismo, tan de moda en los Estados Unidos.

He sido de los que no aceptó esa invitación a vivir en una nube, sobre todo porque tiene propietarios y porque las licencias de uso que imponen tienen condiciones leoninas. Escribo este artículo desde el escritorio de un PC que es propiedad de la Universidad del País Vasco (www.sinnergiak.org), no mío. Casi todos los datos y las informaciones que uso en mi vida los sigo extrayendo de mi propio cerebro, así como de ordenadores, libros, revistas, papeles, amigos y conocidos. No me considero transhumano, ni aspiro a serlo. Acepto el darwinismo biológico, a diferencia de Gilder, conspicuo defensor del diseño inteligente (¡sic!) de todo el universo. Me dedico a las humanidades, y en particular a las humanidades digitales, pero no a la evangelización ni a la predicación. En último término: no quiero acabar siendo una mascota de los transhumanos ni que otros seres humanos lo sean. No me interesa la Nube Prometida.

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EL DEBATE: Planos y aristas de la participación en materia de ciencia y tecnología

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Por José Antonio López Cerezo

Catedrático del área de lógica y filosofía de la ciencia en la Universidad de Oviedo, España, y co-director de la Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS).

Uno de los elementos más importantes para entender la evolución política de nuestras sociedades durante los últimos 50 años es el desarrollo científico-tecnológico: el vertiginoso avance del conocimiento científico, la profunda transformación tecnológica de todas las esferas de la vida, las cambiantes sensibilidades públicas al respecto y la adaptación de las políticas públicas en la materia.

En España, las encuestas bienales de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT, 2003-13) muestran alrededor de un 8-10% de tecnófobos, de ciudadanos pesimistas y desconfiados respecto al cambio científico-tecnológico. La Encuesta Iberoamericana de 2007 de FECYT, OEI y RICYT (2009), realizada en siete grandes urbes de la región, empuja esa cifra hasta el 15%. Pero estos datos aislados son desorientadores. Esas mismas encuestas muestran que un amplio porcentaje de la población española e iberoamericana, aun siendo globalmente optimista sobre los efectos sociales del cambio científico-tecnológico, es también consciente de los riesgos y las incertidumbres. Son los conocidos como “implicados desconfiados”, en la sugerente la terminología de las encuestas británicas PAS (Ipsos MORI, 2014).

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EL DEBATE: Educación superior: estructura y superestructura

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Por José Joaquín Brunner

Profesor titular de la Universidad Diego Portales, Chile, y director de la Cátedra UNESCO sobre Políticas Comparadas de Educación Superior.

La educación superior o terciaria latinoamericana se mueve en dos velocidades. Por un lado, con cierta pesadez y sin grandes sorpresas en el plano estructural de la masificación del acceso, la diferenciación organizacional y la difusión del ‘capitalismo académico’ con sus rasgos inherentes de mercantilización, privatización y productivismo. Por el otro, con levedad alada y rápida en el plano superestructural de los discursos, las narrativas y la circulación de ideologías.

Se abre así una brecha entre ambos planos.

Abajo, por decir así, en la parte inferior del edificio, en el plano de la economía política realmente existente de los sistemas nacionales, las cosas se mueven parsimoniosamente al compás demográfico y cultural de la demanda y la oferta, de los recursos disponibles, del acceso y graduación de las sucesivas cohortes, de la lenta maduración de la profesión académica y de los planes estratégicos de desarrollo de las instituciones.

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«Nas últimas décadas, o rápido desenvolvimento científico e tecnológico, gerou transformações notáveis para a humanidade e o planeta, esses avanços “por um lado trazem bem-estar social e, por outro, causam impactos sociais e ambientais questionáveis” (MARTÍNEZ PÉREZ, 2012, p. 31). Por este motivo, é importante fornecer ferramentas aos cidadãos para permitir-lhes participar politicamente dos processos que os envolvem todos os dias. De acordo com Rezende Filho e Câmara Neto (2003, p.4): “Um cidadão deve atuar em benefício da sociedade, bem como esta última deve garantir-lhe os direitos básicos à vida, como moradia, alimentação, educação, saúde, lazer, trabalho, entre outros. Como consequência, cidadania passa a significar o relacionamento entre uma sociedade política e seus membros». Neste sentido, a Química é uma área de conhecimento que tem sido diretamente relacionada com o avanço da Ciência e a Tecnologia, essa relação “vai desde a utilização diária de produtos químicos até às inúmeras influências e impactos no desenvolvimento dos países, nos problemas gerais referentes à qualidade de vida das pessoas, nos efeitos ambientais das aplicações tecnológicas e nas decisões solicitadas aos indivíduos quanto ao emprego de tais tecnologias» (SANTOS; SCHNETZLER, 2010, p.46). Nesta pesquisa o objetivo principal foi identificar e analisar propostas de formação nas quais se promova a Educação Química para a cidadania nos cursos de licenciatura em Química da Universidad Pedagógica Nacional – UPN (Colômbia) e da Universidade Federal do Rio Grande – FURG (Brasil) através da abordagem CTS. Isso tendo em conta que um docente de Química “precisa dominar o conteúdo químico para saber selecionar os conceitos mais relevantes para seus alunos, ao mesmo tempo em que deve ter uma visão crítica sobre as implicações sociais da química, para poder contextualizar os conceitos selecionados» (SANTOS; SCHNETZLER, 1996, p.20). O estudo é qualitativo, de tipo estudo de casos múltiplos. Foi desenvolvido utilizando Técnicas Bibliométricas e Análise Textual Discursiva ATD (MORAES; GALIAZZI, 2007) por meio de quatro etapas: Exploração dos sistemas educativos das duas nações, exploração de produção científica Ibero-americana em CTS, análise de documentos que orientam as duas licenciaturas e entrevistas com os coordenadores dos dois programas. Os resultados dos estudos da produção científica na rede SciELO indicam superioridade brasileira na quantidade de produções científicas desenvolvidas na Iberoamerica em relação à temática proposta nesta pesquisa. Observa-se pouca continuidade na produção de documentos científicos relacionados com abordagem Ciência, Tecnologia e Sociedade – CTS em Educação e com a formação de professores de ciências naturais. Também, nota-se um incremento da cooperação internacional em pesquisas com enfoque CTS. A Análise Textual Discursiva aponta a aparição de três categorias finais para descrever os principais temas contemplados nos documentos objeto de análise; A Busca do Desenvolvimento Humano e Social Sustentável; O Sistema Educativo: Qualidade, Conteúdos e Estratégias; A Relevância da Profissão Professor. Destaca-se que os projetos políticos pedagógicos dos cursos se encontram em concordância e coerência com os documentos orientadores oficiais, que esses projetos são estruturados sob o desenvolvimento de competências, que não existe uma linha dedicada exclusivamente à análise das relações CTS nos cursos e que existe um interessante movimento em torno da valorização da profissão professor, pois se promove a prática docente como componente estruturante da formação.»

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EL DEBATE: Los límites de los “límites de las ciencias”

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Por Héctor A. Palma

Docente investigador de la Universidad Nacional de San Martín, Argentina. Doctor y profesor en filosofía, magíster en ciencia, tecnología y sociedad.

«Límite» significa término, confín o lindero de reinos, provincias, posesiones, y en sentido figurado fin o término. Sin embargo, no es un término unívoco. Indica que más allá no se puede ir, pero también el ámbito que no debe ser invadido; el lugar del que no se puede salir o al que no se puede entrar; el adentro y el afuera. Los límites de la ciencia, entonces, demarcarían los ámbitos dentro de los cuales la ciencia tiene soberanía (epistémica), y también las fronteras más allá de los cuales la ciencia no tiene incumbencia alguna o, sencillamente, que no es posible conocer. Sin ninguna implicancia valorativa, denomino límite en sentido positivo al primero y en sentido negativo al segundo.

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