La misión del Banco Mundial está esculpida en piedra en su sede de Washington: “Nuestro Sueño es un Mundo sin Pobreza”. Pero, ¿qué es la pobreza? ¿Es un fenómeno que puede observarse y estudiarse sin cuestionar los paradigmas de desarrollo, crecimiento, poder, riqueza, trabajo y libertad insertos en las actuales instituciones culturales, sociales, políticas y económicas? ¿La pobreza es un síndrome o un fenómeno aparte, un conjunto de fenómenos aislados?
Como síndrome, la pobreza refleja presiones y tensiones causadas por el impacto político, económico, social, cultural y ambiental de sistemas desordenados de producción y consumo que amplían el foso entre aquellos que tienen el exceso y aquellos que no tienen lo esencial, frente a la complicidad entre los gobiernos y negocios responsables de una urbanización caótica, conflictos bélicos que llevan a emigraciones forzadas y la concentración de poblaciones en lugares de riesgo.
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