Una frase muy conocida de Karl Marx se encuentra en su tesis XI sobre Feuerbach: «Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo». Durante los últimos 40 años se ha acumulado una gran cantidad de literatura CTS que podría también entenderse como una variedad de la teoría de la acción: contribuciones y más contribuciones sobre cómo cambiar las relaciones entre ciencia-tecnología-sociedad, es decir, más y más interpretaciones sobre cómo transformar las cosas.
Es cierto que el campo CTS contiene algunos buenos ejemplos de propuestas efectivas que han alcanzado el horizonte de la práctica. Ejemplos de ello son la evaluación constructiva de tecnologías propuesta por el grupo CTS de la Universidad de Twente, diversos modelos didácticos en educación CTS, como las simulaciones CTS del grupo Argo, o las conferencias de consenso desarrolladas originalmente en Dinamarca. Sin embargo, son únicamente la punta de un gran iceberg teórico, un iceberg que sigue creciendo descompensadamente en la dirección de la interpretación.
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