EL DEBATE: Es hora de pasar a la acción

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Por José Antonio López Cerezo

Catedrático del Departamento de Filosofía, Universidad de Oviedo (España).

Una frase muy conocida de Karl Marx se encuentra en su tesis XI sobre Feuerbach: «Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo». Durante los últimos 40 años se ha acumulado una gran cantidad de literatura CTS que podría también entenderse como una variedad de la teoría de la acción: contribuciones y más contribuciones sobre cómo cambiar las relaciones entre ciencia-tecnología-sociedad, es decir, más y más interpretaciones sobre cómo transformar las cosas.

Es cierto que el campo CTS contiene algunos buenos ejemplos de propuestas efectivas que han alcanzado el horizonte de la práctica. Ejemplos de ello son la evaluación constructiva de tecnologías propuesta por el grupo CTS de la Universidad de Twente, diversos modelos didácticos en educación CTS, como las simulaciones CTS del grupo Argo, o las conferencias de consenso desarrolladas originalmente en Dinamarca. Sin embargo, son únicamente la punta de un gran iceberg teórico, un iceberg que sigue creciendo descompensadamente en la dirección de la interpretación.

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EL DEBATE: Quién y cómo, los interrogantes de la participación

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Por Marta I. González

Departamento de Ciencia, Tecnología y Sociedad. Instituto de Filosofía, CCHS-CSIC (España).

Las sociedades contemporáneas proporcionan abundantes oportunidades para la participación de sus ciudadanos en una gran diversidad de situaciones. La votación en una convocatoria de elecciones o referéndum ya no es el único medio de expresión: encuestas, SMS, foros, blogs y otros mecanismos de opinión, sobre todo en Internet, se han multiplicado en los últimos tiempos. En medio de una amplia variedad temática, y pese a que aún conservan parte de su prestigio como esferas de conocimiento privilegiado al alcance solo de los especialistas, no es infrecuente encontrar en primer plano cuestiones de debate público que tienen que ver con los desarrollos de la ciencia y la tecnología, que aparecen cada vez más entremezcladas con asuntos sociales y políticos. La ciencia se desarrolla hoy sometida a demandas de mayor responsabilidad social y más transparencia, y la tradicional evaluación por pares da paso a la rendición de cuentas frente a la sociedad. Más allá de procesar opiniones, en los últimos años se han puesto también en marcha mecanismos para involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones sobre ciencia y tecnología.

Los argumentos a favor de la participación del público no experto son habitualmente de dos tipos: por una parte, ético-políticos, apelando a la coherencia democrática y al derecho de los implicados a decidir sobre asuntos que les conciernen. Esta argumentación está relacionada con los nuevos roles sociales que la ciencia asume en el mundo actual, asociados con la necesidad de tomar decisiones urgentes en situaciones de incertidumbre inherente sobre riesgos que afectan a grupos importantes de población: los riesgos ambientales, la seguridad alimentaria o las decisiones sobre modelos energéticos son ejemplos de cuestiones tecno-científicas para las que la ciencia no tiene respuestas inequívocas y sobre las que los ciudadanos afectados deberían poder decidir.

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«El objetivo de la tesis es analizar los factores que confluyen en la movilidad internacional de graduados universitarios argentinos, en un contexto de incremento del flujo mundial de estudiantes. Esta tendencia forma parte de un proceso de internacionalización de las actividades científicas y de educación superior, impulsado por las condiciones de los países y los intereses de los estudiantes que deciden continuar su formación en el exterior.»

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EL DEBATE: Socializar el conocimiento, la utopía indispensable

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Por Carlos Vogt

Secretário de Ensino Superior do Estado de São Paulo e Coordenador do Labjor (Universidade Estadual de Campinas - Unicamp).

Uno de los grandes desafíos del mundo contemporáneo es, junto con el llamado “desarrollo sustentable”, la transformación del conocimiento en riqueza. ¿Cómo establecer patrones de producción y de consumo que tengan en cuenta las demandas de poblaciones en aumento en todos los rincones de la Tierra, preservando la calidad de vida y el equilibrio del medio ambiente en el planeta? Esta es, en resumen, la pregunta que nos plantea el así llamado «desafío ecológico». ¿Cómo transformar conocimiento en valor económico y social, o, en una de las jergas comunes a nuestro tiempo, cómo agregar valor al conocimiento? Responder a esa pregunta es aceptar un segundo desafío, al que podríamos llamar «desafío tecnológico». Para enfrentar estas tareas, propias de lo que también se ha convenido en llamar economía o sociedad del conocimiento, deberíamos estar preparados, entre otras cosas, para cumplir todo un ciclo de evoluciones y de transformaciones del conocimiento. Ello va desde la investigación básica, producida en las universidades y las instituciones afines, pasa por la investigación aplicada y resulta en innovación tecnológica capaz de agregar valor comercial, esto es, resulta en producto de mercado.

  

La otra cara de ese mismo desafío es, pues, transformar riqueza en conocimiento, creando, así, la dinámica de un círculo virtuoso en el cual el conocimiento genera riqueza y ésta, con la gestión adecuada, propicia, a través de la práctica de buenas políticas públicas de ciencia y tecnología, las condiciones de fomento para la generación, la difusión y la divulgación de nuevos conocimientos.

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Se agrega a la colección del Portafolio CTS el documento Grandes instalaciones científicas en Iberoamérica, un exhaustivo inventario realizado por el Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecnología y la Sociedad. El texto hace un repaso de las instalaciones de la región que cuentan con costes de inversión y mantenimiento relativamente grandes, con un importante carácter estratégico en materia de investigación y desarrollo. El inventario incluye, además, otras instalaciones científicas que, pese a no ser de gran tamaño, constituyen emprendimientos de cooperación internacional.

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El automóvil ha modificado la vida social a lo largo del siglo veinte y se ha instalado como una de las tecnologías más extendidas a lo largo del planeta. A su posición dominante se le suma, en general, un alto grado de legitimidad cultural. En este trabajo se exponen tanto los aspectos que hacen del automóvil una tecnología dominante y legitimada y, a la vez, una de las formas en que esa misma tecnología, pese a su poderío, puede ser modificada por sus usuarios que vuelcan en ella prácticas, representaciones y valores culturales. Así, además de un medio de transporte más o menos eficiente, el automóvil se ha convertido en un símbolo de estatus social, una fuente de satisfacción, un soporte para la expresión de diversas representaciones y valores y un medio para la diferenciación individual.

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A regulamentação da tecnologia e da concorrência

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Por Fábio Henrique Bittes Terra y Victor Pelaez

A concorrência entre as firmas, que tem como lócus o mercado, é promovida pela constante introdução de inovações tecnológicas. A inserção destas determina a dinâmica concorrencial ao passo em que destroem antigos e cria novos produtos e processos produtivos. Todavia, os resultados destas inovações são incertos, na medida em que o marco regulatório vigente pode não autorizar a adoção e difusão de novas tecnologias pela sociedade. Isto exige que a atuação da firma ultrapasse os limites do mercado, e se reflita no processo de regulamentação da tecnologia, como forma de reduzir as incertezas da introdução de inovações tecnológicas. Neste contexto, o objetivo deste trabalho é analisar como a firma atua para além do mercado, visando influenciar o processo de regulamentação da tecnologia.

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En la historia del desarrollo del conocimiento científico se pueden identificar distintos paradigmas. Hasta la primera mitad del pasado siglo XX el campo estuvo dominado por investigaciones de índole teóricas. Eran casi de exclusiva localización en ámbitos académicos, principalmente universidades, con escasos presupuestos. Por su parte, los experimentos de laboratorios y el desarrollo de tecnologías aplicadas se correspondían principalmente con iniciativas provenientes de las empresas privadas. Un cambio de paradigma, originado en la marcada incidencia del desarrollo científico-tecnológico a partir de la Segunda Guerra Mundial y su posterior acentuación en la Guerra Fría, tuvo un singular correlato en relación con el desarrollo de las denominadas tecnologías de información y comunicación (TIC). En una visión limitada del proceso histórico de construcción de conocimiento y desarrollo de tecnologías que soportan las TIC, numerosos autores dan comienzo a la era de la información, la sociedad del conocimiento, las sociedades pos-industriales. En muchos casos, lo que analizan o describen es sólo la historia de Internet, confiriendo a esta red de ordenadores digitales interconectados un carácter extraordinario que deja de lado un cúmulo de experiencias científico-tecnológicas que ha ocupado el amplio espectro de la institucionalización del desarrollo de conocimiento científico.

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