Por Elena Castro-Martínez
Científica titular en INGENIO (CSIC-UPV), Valencia, España.
Los profesores e investigadores de las universidades y organismos públicos de investigación siempre han tenido que compaginar, como mínimo, su actividad investigadora con la docente y con la gestión administrativa relacionada con ambas actividades básicas. Por otro lado, en el último tercio del pasado siglo se generalizó la llamada “tercera misión” de las universidades, mediante la cual los profesores e investigadores debían implicarse activamente en lograr el uso potencial de sus conocimientos y capacidades fuera del ámbito académico, tanto en el ámbito económico como en el social. Más recientemente, el impacto social de las nuevas tecnologías y de los nuevos descubrimientos científicos ha añadido otra dimensión al quehacer de los científicos: la divulgación científica, a fin de fomentar las vocaciones científicas y de ayudar a la población a comprender estos avances y sus efectos.
Una buena síntesis de esta multidimensionalidad de la actividad científica se describe en el documento The Knowledge Based Economy de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (1996), donde se especifica que en el contexto de la nueva economía del conocimiento, el papel de las universidades y organismos de investigación es contribuir a tres funciones clave: generación del conocimiento -mediante el desarrollo de investigación-, transmisión del conocimiento –mediante la educación y la formación de recursos humanos- y transferencia del conocimiento –mediante la difusión socioeconómica del conocimiento y proporcionando conocimiento para resolver problemas- y se insta a los gobiernos a emprender políticas que faciliten el desarrollo de todas esas dimensiones. Aunque previamente muchos gobiernos ya contemplaban estos enfoques en sus políticas científicas y tecnológicas, sin duda han ido calando progresivamente en la mayoría de los países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo.
Además, la investigación ha sido uno de los ámbitos en los que se ha fomentado la cooperación internacional, tanto en el marco de programas bilaterales como multilaterales y en el seno de las denominadas grandes instalaciones científicas, lo que ha impulsado la creciente participación de los científicos en redes científicas y docentes internacionales. Sin duda, esto se ha visto enormemente facilitado por las tecnologías de la información y de las comunicaciones, cuyas herramientas están permitiendo una interacción permanente y en tiempo real con los colegas, independientemente de su ubicación geográfica, por más que los congresos y reuniones científicas continúen siendo imprescindibles. Todas las dimensiones anteriores se traducen en criterios que se establecen en las convocatorias de ayudas para evaluar (y conceder) los recursos necesarios para poder investigar, lo que hace necesario que las propuestas de proyectos deban contemplar, además de los aspectos científicos tradicionales (antecedentes, hipótesis, objetivos, metodología), la interacción con los socios (investigadores de otros países, agentes sociales) y previsiones sobre la utilización social de los conocimientos que puedan surgir en el marco de la ayuda a la que se aspira, lo cual implica, en algunos casos, la necesidad de tomar precauciones para que la difusión (científica o social) no invalide el citado uso (protección de la propiedad industrial); en paralelo, los científicos interactúan con los agentes sociales interesados en sus conocimientos y capacidades mediante distintos tipos de mecanismos (proyectos conjuntos, contratos de I+D, consultorías, intercambios de personal) y participan en eventos de divulgación social de la ciencia de diversa naturaleza (semana de la ciencia, días de puertas abiertas, conferencias, artículos de prensa). La creciente importancia de todo ello se puede apreciar en que los sistemas de evaluación de las universidades y de los méritos y capacidades de profesores e investigadores van incorporando, de forma creciente, indicadores relativos a la cooperación internacional, a la interacción con los agentes sociales y la transferencia de conocimiento y a la divulgación social de la ciencia. Finalmente, como quiera que, para poder realizar las actividades científicas se utilizan recursos públicos y que, en general, se trabaja en entidades públicas, a la hora de llevar a cabo las citadas actividades se han de tener en cuenta las exigencias y restricciones administrativas propias de estas entidades.
Al científico multidimensional del siglo XXI no le basta con ser creativo y dominar las metodologías y prácticas científicas propias de su ámbito del conocimiento; debe, además, conocer las condiciones de contexto de su actividad científica, las limitaciones que pueden imponer el manejo de los fondos y el uso económico de sus resultados; debe saber moverse en contextos muy diversos, debe ser capaz de liderar equipos multidisciplinares, internacionales y heterogéneos, y ser capaz de gestionar, de forma eficiente, sus capacidades, sus resultados y sus interacciones con los colegas –nacionales e internacionales, de su disciplina y de otras conexas-, con los gobiernos, con otros actores sociales, con los medios sociales de comunicación.
En este contexto, parece interesante pararse a pensar cuánto tiempo dedican los científicos a la actividad científica, tal como se solía concebir -esto es, a imaginar sus hipótesis, a comprobarlas, a la lectura de bibliografía y, en general, a reflexionar sobre los objetivos científicos- y cuánto a esas otras actividades. ¿Cuánto tiempo dedican los científicos a obtener recursos y cuanto a desarrollar sus investigaciones? ¿Cuánto a diseñar su experimentación y cuánto a mantener sus redes con agentes científicos, económicos e institucionales o a elaborar los documentos necesarios para justificar los recursos recibidos?
Por otra parte, ¿son conscientes de que necesitan otras habilidades y otros conocimientos, además de los de su ámbito científico, y otras herramientas para desempeñar sus actividades con mayo eficiencia? ¿Están transmitiendo a los jóvenes investigadores que la ciencia de nuestros tiempos requiere gestionar adecuadamente los recursos, la información, el tiempo, las relaciones, las capacidades y los resultados? ¿Cómo se han de conformar los grupos de investigación en este contexto: sólo con científicos o han de incorporar además otros profesionales expertos en estas nuevas facetas de la profesión?
Publicado el 28 de mayo de 2012
un comentario
Comparto el análisis de Elena Castro en estas líneas. Es útil y necesario que todos nos hagamos las preguntas que figuran al final del art. Preguntas necesarias y pertinentes incluso para aquellos que no estén de acuerdo con su planteamiento, ¿cómo las responderían? Pedagógicamente muy bien enfocado. Un abrazo
Por una parte, considero que es necesario considerar las distintas dimensiones de la tarea investigativa para asegurar la debida difusión y utilización de los conocimientos generados.
Por otra parte, las exigencias que pesan sobre los investigadores resulta a todas luces agobiante dado que, en la mayoría de los casos, con los mismos recursos humanos y materiales, y en los tiempos, se ven obligados a sumar las distintas dimensiones previstas para la tarea, dado que al momento de la evaluación de resultados, estas se miden en itemes separados. Es decir que para que su actividad investigadora sea aprobada por los evaluadores debe haber cubierto todas las dimensiones previstas.
entidades multidimensionales, individuos unidimens
Excelente reflexión la de Elena Castro, pero le pregunto si no cree que quien debe asumir todas las funciones descritas son las entidades como tales (por ejemplo, una universidad), pero no cada uno de sus profesores.Exigirle a cada investigador que toque todos los instrumentos de la orquesta y además consiga auditorios y audiencias,realice programaciones y busque financiación, parece algo cacofónico y poco práctico.
Concienciación y Facilitación
Excelente reflexión. Muy bien ordenada y pedagógica dirigina no solo al colectivo investigador, sino tambien (por no decir sobre todo) a los equipos de gobierno de los centros públicos de investigación, que necesitan (salvo excepciones) tomar verdadera conciencia de ello y en consecuencia ponger en marcha, de forma decidida, medidas facilitadoras como: el reconocimiento del valor y del esfuerzo de esta multifunción, los recursos necesarios humanos y de formación para estas nuevas habilidades así como el rediseño de las estructuras de investigación y de apoyo a la investigación y la transferencia y de las unidades de duvulgación científica, mediante procedimientos de gestión, mecanismos de coordinación y normativas más adecuados.
El problema subyacente es que ha cambiado el marco externo pero no el interno y ni en la formación básica de los investigadores ni en la valoración de sus méritos se contemplan (o no de la forma necesaria) estas nuevas habilidades. Los preambulos de leyes, normativas y convocatorias hacen referencia a la importancia de la transferencia y la divulgación, pero luego el peso fundamental en las evaluaciones sigue estando centrado en las publicaciones superespecialidadas de alto impacto, quizá en parte porque los evaluadores han llegado a donde están a base de eso, y en el fondo una mayoria de ellos siguen entendiendo que eso es lo único excelente. En definitiva, que hacen falta cambios más profundos en el propio colectivo en la manera de entender el sistema de ciencia y tecnología.
Complejidades y multidimensionalidad
Las carácteristicas de las Tic, que están propiciando los profundos cambios en el hacer, pensar y decir de toda la humanidad, no influye de manera específica y diferencial en el quehacer técno-cinetífico, que en cualquier otra área surgida de las divisiones originadas en la estructuración del conocimiento que sobrevino como evolución a la aparición de la imprenta y de herramientas que comienzan a mejorar en masividad e impacto, la transmisión y socialización de iformación y conocimiento y de las divisiones que el sistema económico Capitalista generó en su proceso de superación de las economías feudales a las economías coloniales primero, e industriales luego. Cualquier profesión y en especial las que tengan directa relación con la generación de conocimientos que impliquen innovaciones y posibilidades de aplicaciones técnicas y técnológicas han sufrido las mismas transformaciones en los sentidos transversales de sus especificidades de antaño, no solo en términos transdisciplinarios, sino mas bien en una nueva dimensión de las capacidades críticas de acceso a lo real, de racionalización de las experiencias y de la articulación de los conocimientos históricamente generados hasta el presente desde las espcializaciones, integrandolas en nuevas, pero articulandolas en relatos mas completos a partir de los enunciados y saberes fragmentarios originalmente creados por cada especialización de conocimientos. Tales transversalidades dinamizan capacidades cerebrales nuevas en el manejo de los conocimientos y en las posibilidades de diseños técnicos-tecnologicos, que permiten comprensiones complejas y multidimensionales, a partir de tales convinaciones y que van mas allá de las evoluciones detectadas en las actividades específicas, que en el caso del comentario en cuestión, se refieren a las actividades profesionales de los científicos como experimentadores y generadores de conocimiento. De modos convergentes, cada área de actividad, incluyendo las no cientificas o técnicas, las artísticas, las que tienen que ver con formaciones empresariales, aquellas vinculadas a los servicios de cualquiera de las áreas de profesión o actividad laboral en las construcciones de las realidades sociales, se ven impregnadas de estas dinámicas que obligan a repensar lo conocido en terminos complejos y multidisciplinares, recibiendo y aportando desde las propias experiencias a la generación de un caudal impresionantemente mas rico en calidad y cantidad de conocimientos socializados y modificados al calor de experiencias mas ampliamente compartidas .- Quizás, y sería objeto de reflexiones serias al respecto, corresponda a los conocimientos científicos, el rol nuevo de ser dinamizador de nuevas estructuras sociales basadas en conocimiento, en la medida que pueda despegar de las improntas globales y financieras que signan sus devenires presentes, y comiencen a articular esfuerzos por generar conocimientos que estimulen convergencias entre lo local y global para la construcción de sociedades de la información y el conocimiento, que sean capaces de asumir de modos críticos, innovadores y priorizando la búsqueda del bienestar colectivo y la generación de dinámicas de creación y distribución de conocimientos, técnicas y tecnologías derivadas que apunten a los desarrollos concretos de las comunidades humanas locales y territorialmente establecidas, superando la pobreza, y mejorando los equilibrios entre ambiente y calidad de vida.-
¡tiene TODA la razón!
Comparto la idea de que, en gran medida ese nuevo personal de apoyo debería aportarlo la institución, quizás no en el ámbito de los grupos, sino de otras estructuras, como departamentos o institutos y, de hecho eso es lo que está sucediendo. Lo malo es que las exigencias van por delante de las dotaciones de estructura en la mayoría de las entidades, por lo que ciertamente nos hemos convertido en «investigadores orquesta» agobiados.
De todas formas, yo creo que alguna noción debemos tener de estas materias para, al menos, saber a quién acudir en cada caso y poder coordinar adecuadamente los equipos y los trabajos.
«Vinculación» investigadores-vinculadores tecnológ
Querida Elena, un placer interactuar contigo y con quienes aportan desde este foro y tu reflexión, que sin duda da una clara conciencia del hoy de los investigadores. Desde mi experiencia de trabajo y con dedicación desde hace años para contribuir al fortalecimiento de lo que en Argentina llamamos Oficinas de Vinculación Tecnológica en las Universidades, mi reflexión apunta a pensar en la función desde tales, hacia adentro de las instituciones, que lleven a una relación más directa con los investigadores, que conozcan sus proyectos, que incentiven, y que en definitiva (complemento lo que comenta Javier López Facal)realicen un trabajo conjunto, en equipo, en el que se entrecruzen y enlacen todos los aspectos concernientes a la generación, transmisión y transferencia.
DEA
Comparto plenamente los conceptos emitidos por la autora. Nuestra realidad en América Latina es semejante y aun más complicada, pues además de ejercer de forma de compensación debido a que quienes se nos considera investigadores debemos aportar – por asuntos económicos- la labor docente de manera más amplia debemos compartir grandes esfuerzos para poder equilibrar salarios e investigación científica. desconocida por quienes nos emplean.
Comentario
Excelentes planteamientos que me interesan para el estudio del fenómeno de los investigadores jubilados, sector de las comunidades científicas completamente olvidado en nuestro contexto.
¿Quién no supo adaptarse?
Si un día se les exigió a los profesores de universidad que incorporaran la misión de investigar, ellos allá que fueron, escribieron una tesis y empezaron a publicar. En definitiva, se adaptaron. Hoy a este colectivo se les exige “rendir cuentas”, es decir, que se involucren más con la sociedad. No tengo la menor duda de que también se adaptarán a esta nueva situación, si es que no se habían adelantado ya, y venían colaborando con empresas y otras organizaciones desde hace ya, aplicando su saber a problemas concretos que la sociedad les presenta. Yo creo que no debemos tener dudas de que todo lo que les pidamos a los científicos e investigadores ellos se lo tomarán como un reto y lo superarán con creces: en muchas ocasiones en eso consiste su trabajo. Lo que dudo es si los políticos y profesionales de la “nueva gestión” llegarán a entender lo que supone cambiarle a este colectivo de unos esquemas de trabajo a otros nuevos, y lo que es más, si podrán mantener procesos de remuneración y reconocimiento a la altura de los resultados que éstos cosechan, ya valorados tanto por las revistas de impacto donde publican como por los alumnos a los que han enseñado. Yo creo que los investigadores sí que cumplen con sus deberes, y por el contrario, no veo que las promesas de los políticos (puestos muchos a dedo) se concreten en hechos o evidencias: y si no, tiempo al tiempo, que ojalá los recortes en educación y sanidad no mermen la calidad del trabajo que profesionales (la mayoría con oposición) nos brindan día a día.
O INVESTIGADOR E DOCENTE DAS UNIVERSIDADES VIVEM S
Parabenizo a Elena por este texto tão reflexivo para nós e cheio de verdade, que retratam em parte nosso stress diários como docentes e pesquisadores das Universidades.
Atualmente junto a todas essas tarefas temos em geral uma rede digital de mais de 1000 a muito mais pessoas que nos demandam perguntas, projetos, informações, decisões e os documentos da burocracia.
Estamos envoltos em mil atividades,sem tempo, cheios de prazos, alto nivel de stress e ficando sem saúde.
Quando as Instituições vão se preocupar em cercar aos pesquisadores com pessoas que organizem as tarefas menores e deixar mais tempo para realmente pensar, pesquisar e ser professores que precisamos ser???
Um abraço a todos.
Parabenizo a Elena por este texto tão reflexivo para nós e cheio de verdade, que retratam em parte nosso stress diários como docentes e pesquisadores das Universidades.
Atualmente junto a todas essas tarefas temos em geral uma rede digital de mais de 1000 a muito mais pessoas que nos demandam perguntas, projetos, informações, decisões e os documentos da burocracia.
Estamos envoltos em mil atividades,sem tempo, cheios de prazos, alto nivel de stress e ficando sem saúde.
Quando as Instituições vão se preocupar em cercar aos pesquisadores com pessoas que organizem as tarefas menores e deixar mais tempo para realmente pensar, pesquisar e ser professores que precisamos ser???
Um abraço a todos.
Os Investigadores e Docentes são sufocados pela bu
Parabenizo a Elena por este texto tão reflexivo para nós e cheio de verdade, que retratam em parte nosso stress diários como docentes e pesquisadores das Universidades.
Atualmente junto a todas essas tarefas temos em geral uma rede digital de mais de 1000 a muito mais pessoas que nos demandam perguntas, projetos, informações, decisões e os documentos da burocracia.
Estamos envoltos em mil atividades,sem tempo, cheios de prazos, alto nivel de stress e ficando sem saúde.
Quando as Instituições vão se preocupar em cercar aos pesquisadores com pessoas que organizem as tarefas menores e deixar mais tempo para realmente pensar, pesquisar e ser professores que precisamos ser???
Um abraço a todos.
No somos héroes
Es fantástico ver detalladas tan correctamente las tareas que estamos haciendo / hemos hecho, asumiendo que deberíamos realizar todas correctamente. Espero que las reflexiones de Elena también ayuden a comprender a otros colectivos el esfuerzo de los investigadores.
Me gustaría contestar a dos cuestiones planteadas: SI, necesitamos adquirir habilidades relacionadas con divulgación y gestión. SI, necesitamos expertos para tareas en las que no somos expertos.
Me gustaría también destacar un reto muy atrayente que tenemos los profesores: impartir clases de una o varias asignaturas suministrando información actualizada en fondo y forma.
En mi opinión, ser un buen profesor y un buen investigador es tarea de héroes…el problema es que no lo somos!
Apuntando al ojo de la tormenta
Te felicito por el planteamiento de estas cuestiones que, en mi opinión, da lugar a numerosas aristas de análisis desde la perspectiva de la profesionalización de esas figuras llamadas ‘investigador’, ‘científico’, ‘profesor’, ‘profesor-investigador’ … ¿Qué significa realmente ser un científico y cuáles son las características y alcances de la profesión científica –lo que el CSIC llama la ‘carrera científica’- en la actualidad? Los indicadores dan cuenta de una simultánea y progresiva exigencia de cumplir con esos ‘otros aspectos’ que se suman a la ‘propia actividad investigadora’. A nivel de la opinión pública e incluso me atrevería a decir que hasta en el caso de los jóvenes aspirantes a ejercer ‘esa cosa llamada ciencia’ –diría Chalmers- no sólo se tiene una visión estereotipada sino que se desconocen las cuestiones que has planteado. A nivel de la formación que se da en educación científica y tecnológica son prácticamente inexistentes (aunque esto daría para otro intenso debate).
En cierto sentido los perfiles ocupacionales de un investigador o de un profesor de universidad no escapan a las exigencias que se vienen planteando desde el mundo laboral en la preparación de competencias genéricas/transversales/transferibles o su anglosajona equivalente ‘soft’ competences, esto es, saber idiomas, saber comunicarse (cada vez más se producen reuniones vía skype), ser como un pez en los entornos TIC, ser flexible y saber adaptarse a un contexto multicultural, ser un buen negociador … Y no nos olvidemos que en primer lugar está el trabajar en equipo, hacerlo preferentemente con honestidad y comprometidos con un desarrollo sostenible. Como bien señalas, si a esto hay que añadirle las competencias específicas y algunas más que están en el límite entre las ‘soft’ o ‘core’ competencias de la profesión, también hay que tener conocimientos y habilidades para elaborar un proyecto de investigación, y además gestionarlo, evaluarlo y ser capaz de difundir con elocuencia sus resultados con un lenguaje adecuado a la audiencia de interés y de paso proceder a eso que se llama la valorización de sus resultados, etc. Podemos cantar al unísono una canción que diga ‘que sepa descubrir, que sepa crear, que sepa contar, que sepa transferir , que sepa abrir la puerta para ir a jugar … (perdón, para ir a investigar).
En el contexto actual de la sociedad del conocimiento y desde el punto de vista del individuo el camino nos señala que tenemos que ir reforzando en la medida de lo posible muchos de estos aspectos, porque de algún modo todos estamos compelidos a ser un poco hombres y mujeres-orquesta provistos de una buena mochila de competencias ‘soft’. Pero no tenemos que ser pesimistas, porque quizás mirando esto con optimismo podemos pensar que pueden ir abriéndose paso nuevas profesiones, como ya viene sucediendo, por ejemplo, en el caso de la divulgación de la ciencia y la gestión de proyectos. Seamos positivos, ¿podría existir en el futuro la posibilidad de elegir ser un investigador de apoyo en algunas de estas tareas con un perfil ocupacional definido y de paso generar empleo?
Creo que en este sentido los profesores de universidad estarían muy agradecidos y tus preguntas pueden situarse en el ojo de la tormenta, esto que Michael Gibbons llamó en 1998 la ‘Pertinencia de la educación superior en el siglo XXI’ ante los cambios ya producidos y que continúan produciéndose en la creación de conocimiento.
El autor afirma que para poder adaptarse a los actuales sistemas distribuidos de conocimiento y dar respuesta a la progresiva diferenciación de la oferta y la demanda de conocimiento especializado … ‘las universidades se convertirán en un nuevo tipo de «institución de cartera» en la esfera de la creación de conocimiento; su papel quizás se limite a acreditar la enseñanza que primariamente imparten otros, mientras que, en cuanto a investigación, cumplen su función armando equipos que buscarán solución a los problemas y trabajarán en cuestiones fundamentales’. Ante la creciente complejidad en la generación de conocimiento y en el propio ejercicio de sus diferentes misiones, cada vez parece tomar mayor fuerza la idea de que no todas las universidades están preparadas ni pueden ser excelentes en todo … como, de modo similar, todos los profesores o profesores-investigadores no pueden en la práctica cotidiana alcanzar un nivel de excelencia si se ve sometido a la presión de realizar múltiples actividades.
Según Gibbons, el mérito para las universidades depende de su habilidad para diferenciarse en cuanto a su misión y, fundamentalmente, de su ‘conectividad’ al sistema distribuido de producción de conocimiento atendiendo especialmente a la eficacia con que utilizan los recursos de este sistema). Mientras tanto, a nivel individual, a los investigadores y profesores de universidad nos cuesta mucho adaptarnos y ejercer nuestra profesión y nuestro complejo entramado de misiones de modo ‘pertinente’.
El reto del cientifico del siglo XXI
El artículo de Elena Castro nos invita a reflexionar sobre el rol que está demandando al investigador la era del conocimiento y las comunicaciones, puesto que ya no solo se limita a la investigación propaimente dichas, sino, a gestionar los recursos de forma sostenible y transmitirlo a través de las TIC.
No cabe duda que nos enfrentamos a un gran reto
Un proceso a largo plazo
«Corregir tesis, escribir artículos, redactar proyectos,pedir subsidios, gestionar recursos humanos, la docencia… Un montón de actividades accesorias que en realidad te ocupan todo el tiempo. ¿Y también tendría que ocuparme de ESO?»
Esa fue la respuesta de un científico en activo a mi pregunta acerca de su interés o implicación con las actividades de comunicación pública de la ciencia y/o vinculación con la sociedad («ESO», en sus propias palabras).
Su percepción concuerda, en general, con la de sus colegas: ESO es una imposición reciente, un sobreañadido a sus funciones específicas, algo que de un tiempo a esta parte deben afrontar debido a las exigencias de las políticas institucionales o gubernamentales. Y deben afrontarlas no sólo sin competencias ni habilidades -comunicativas, en el caso de mi pregunta; de gestión, por ejemplo, en otros- sino también sin ningún interés. Comparto el enfoque de Elena y me parecen muy valiosas las preguntas del final. Creo que la situación tiene que empezar a revertirse por una parte, mediante la integración de nuevos actores en los grupos de investigación, no como «personajes secundarios» sino plenamente incorporados al equipo y sus decisiones en todas las instancias. Por otra parte, desde el proceso de formación de becarios, dotándolos -antes que de competencias puntuales- de una mayor sensibilidad y disposición hacia las nuevas exigencias. Por lo que a mí respecta, creo que una sana división del trabajo implicaría que no fueran los propios investigadores quienes desempeñaran el aspecto práctico de ciertas funciones, pero sí se requeriría de ellos el reconocimiento de su interés, valor y necesidad. Creo que será un proceso a muy largo plazo.
Y al individuo… ¿Qué?
Sabemos que cada día como profesores enfrentamos nuevos retos… No solo preparar e impartir la asignatura (o asignaturas) de acuerdo a nuestra especialidad. También apoyamos en proyectos disciplinares y si nos empujan o nos jalan en proyectos interdisciplinares, en la administración de lo académico, tratamos de hacer nuestras investigaciones, apoyamos en los laboratorios a nuestros alumnos, desde nuestro reducto hacemos labor social apoyados por los estudiantes, manejamos presupuestos, atendemos a padres de familia, administramos personal, hacemos promoción de nuestras universidades… Todo esto y más hacemos, pero ¿qué le queda de tiempo al profesor investigador-docente-administrador, para resolver su actividad de esposo-padre de familia-ciudadano-persona? Sabido es que en este tipo de empleos hay una fuerte incidencia en problemas de salud…¿Estamos conscientes? Esto lo escribo como una alerta para todos aquellos que estamos en las mismas actividades. Habremos de cuidar nuestra salud haciendo un poco de espacio para nosotros mismos y también, otro poco de espacio para cuidar y apoyar a los nuestros. Mis preguntas son entonces: ¿Nuestras actividades están balanceadas? ¿Hacia donde van nuestras actividades?¿Podríamos parar y modificar nuestras actividades?¿Y qué piensan nuestros empleadores?¿Nos formamos como científicos a un «buen» ritmo?¿Formamos a nuestros cuadros de docentes y científicos a una «buena velocidad» para que continúen nuestra labor?¿Los formamos para enfrentar esto que nos está tocando a nosotros y lo que les depara en el futuro?
Comentario
Articulo interesante que nos lleva a reflexionar que el trabajo de los cientificos e investigadores, se pregunta si serán multifuncionales o multifaceticos y tal parece que esa es la tendencia, dado que la investigacion academica en su fase de integracion con la realidad y su aplicación debe ser gestionada y ademas difundida y ello requiere una funcion administrativa, pero sin embargo es importante completar el analisi respondiendo las interrogantes que plantea la autora, especialmente la primera y la ultima. Tal parece que mantener un proceso de investigacion no es solo competencia del cientfico y su equipo de investigadores, sino que tendrian que ampliarse los equipos con profesionales que coadyuven a la parte de gestión de la investigación, una cuestion importante para seguir con la reflexión y el debate.
… y ahora qué?
Excelente artículo en el que de forma didáctica y valiente se expone la realidad del sistema público de I+D+i del estado español. En resumen se dan dos trazos que marcan en general las tendencias pero que son contrapuestos en sus velocidades: 1.Las tecnologías de la Información que están en evolución constante, facilitando la adaptación de los investigadores a los nuevos requerimientos de la globalización para su participación en proyectos internacionales y multi-disciplinares y 2: Las legislaciones laborales, fiscales, administrativas, económico financieras etc de los países y de las instituciones, que no evolucionan a la misma velocidad que exige el momento, adaptándose a un ritmo desesperadamente lento que produce efectos secundarios no deseados. Este último hecho , al menos en España, ha potenciado la creación paralela de múltiples estructuras (Fundaciones, Parques, Centros Tecnológicos, Asociaciones…) que en aras de una mayor capacidad de respuesta han duplicado y complicado el sistema dispersando esfuerzos y empobrecido el sistema ya que se suele competir por los mismos recursos.
Las habilidades de gestor deben ser potenciadas y sobretodo reconocidas en los grupos de investigación y en los equipos directivos de las instituciones.
sobre la multifuncionalidad de los docentes univer
Interesante artículo. Para el caso de las universidades en El Salvador, la multifuncionalidad de los docentes, es una realidad en la mayoría de universidades, que se esfuerzan por realizar, además de la docencia, la investigación y la proyección social.
Sin embargo no es toda la facultad docente la que se dedica a ambas actividades, según los indicadores de ciencia y tecnología, que publica las estadísticas de actividades de C y T, durante 2010 en El salvador, se reporta que de un total de 4816 que integran el personal académico de las universidades, solo 101 se dedican expresamente a la investigación con dedicación de tiempo completo y 225 tienen nombramientos de docentes investigadores, es decir dan clases y hacen investigación. (Estadísticas de Actividades científicas y Tecnológicas. Sector Educación superior 2010. CONACYT) es casi seguro que el resto de los docentes se dedican además de a la docencia o a la proyección social, o a la gestión administrativa.
Otro punto interesante del artículo es lo relacionado con otras habilidades que deberían tener los científicos y los investigadores, en mi opinión una de esas capacidades debería ser la capacidad de saber comunicar, de manera sencilla resultados de investigación, de modo que sean entendibles para la sociedad en general, es decir que se trabaje en popularizar la ciencia y la tecnología.
Interesante artículo. Para el caso de las universidades en El Salvador, la multifuncionalidad de los docentes, es una realidad en la mayoría de universidades, que se esfuerzan por realizar, además de la docencia, la investigación y la proyección social.
Sin embargo no es toda la facultad docente la que se dedica a ambas actividades, según los indicadores de ciencia y tecnología, que publica las estadísticas de actividades de C y T, durante 2010 en El salvador, se reporta que de un total de 4816 que integran el personal académico de las universidades, solo 101 se dedican expresamente a la investigación con dedicación de tiempo completo y 225 tienen nombramientos de docentes investigadores, es decir dan clases y hacen investigación. (Estadísticas de Actividades científicas y Tecnológicas. Sector Educación superior 2010. CONACYT) es casi seguro que el resto de los docentes se dedican además de a la docencia o a la proyección social, o a la gestión administrativa.
Otro punto interesante del artículo es lo relacionado con otras habilidades que deberían tener los científicos y los investigadores, en mi opinión una de esas capacidades debería ser la capacidad de saber comunicar, de manera sencilla resultados de investigación, de modo que sean entendibles para la sociedad en general, es decir que se trabaje en popularizar la ciencia y la tecnología.
multidimensional???’
Considero que la actual situación en investigación ha hecho que se formen egresados de los posgrados que aspiran solo al titulo para la mejora económica o para tener un reconocimiento académico. Con tantas dimensiones funcionales a los investigadores no nos alcanza el tiempo para realizar de todo, por lo que hemos sido sometidos a un gran desgaste y en muchas ocasiones es difícil detenerse a responder las preguntas planteadas al final del texto. Saludos
comparto la riqeza de un investigador
Es un articulo que enriquece el quehacer del investigador y sin duda visualiza su mision, En Mexico, al menos en el sur por lo que vivimos, aun no hay cultura de la riqueza y del trabajo de un investigador.
Investigadores en contexto
Muy acertadas las reflexiones,demandan mayor esfuerzo de los actores que buscan el conocimiento.
Creo que algunos si lo hacen o se ven obligados a buscarselas.
Doctor por la Universidad de Salamanca – España
Me encanta encontrame con al síntesis del artículo, porque een el amrco de lso «nuevos modos de producir conocimiento», documento de Michel Gibbons, y las tendecnais de los sistemas d eCiencia, Tecnología e Innovación, se está gestando un tránsito de: Investigadores a Gestores de Conocimiento, quisiera que se me permitiese publicar el artículo que alrespecto estoy preparando, muchas gracias, Silvio Cardona, Director de Posgrado de la Universidad Católica de Manizales – Colombia e Investigador de la Escuela Superior de Administración Püblica, Grupo de investigación ORION.
Pràctica cientìfica
En los ùltimos años he intentado abordar el concepto de «pràctica cientìfica» desde mùltiples abordajes, entiendo que a la luz de las nuevas modalidades es necesario re-pensar pero sobre todo analizar las implicancias del desarrollo de las nuevas tecnologìas, ello requiere revisar algunos conceptos epistemològicos y metodològicos que hacen a la validaciòn del conocimiento cientìfico.
Concretando ,entiendo que es sumamente interesante y necesario el planteo del debate. Saludos cordiales.
En la actualidad, se exige mucho a los investigadores en las universidades, con los procesos de acreiditación esta el factor de investigación e innovación aue entre uno de los indicadores solicita ciertamente la integración de diferentes profesionales para el desarrollo de las investigaciones, al igual que se establece la importancia de contar con las agendas de las reuniones y las coordinaciones con redes nacionales e internacionales.
Considero que en el aspecto de investigación se debe tomar en consideración las investigaciones científicas y las investigaciones cualitativas, estas últimas propician más la integración de otras actores o profesionales para la realización de investigaciones de caracter social.
Equipos multidisciplinarios …la solución
No solamente existen las limitantes de la gestión del proyecto, sino las diversas tareas de la práctica investigativa. Urge entonces la preparaciòn de talento humano con experticia en el área ejecutiva de la investigación. Esto ya es aplicado a nivel privado, en donde cada miembros del equipo tiene una función, estadísticos, creativos, verificadores, analistas, contadores,entre otros.